1. ÍNDICE DE VULNERABILIDAD A LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA
La unidad de análisis para el Índice de Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria (IVAM) son los ocho municipios que conforman la RMLP. Existen antecedentes en Bolivia para el cálculo de este índice que se remontan al año 2012, mediante el Análisis y Cartografía de la Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria (VAM)
en todos los municipios del país. Esto a partir del uso de información multisectorial, registros administrativos y estadísticos.En este marco, se pretende calcular la vulnerabilidad de los municipios pertenecientes a la RMLP para tener información más oportuna y actualizada respecto a la situación de la seguridad alimentaria. Para ello, es importante definir lo que se entiende por vulnerabilidad: es la capacidad disminuida de una persona, o un grupo de personas, para anticiparse, hacer frente y/o resistir a los efectos de un “shock”
o efecto adverso, con el objetivo de recuperarse del mismo.En la mayoría de los casos, la vulnerabilidad se encuentra asociada a la pobreza de las personas u hogares; sin embargo, también se consideran vulnerables a las personas que viven en aislamiento o que poseen ciertas condiciones de habitabilidad y vivienda, o factores de carácter biológico, sociológico o material
.Para este cálculo, se consideraron diferentes indicadores y variables que están relacionados al riesgo de vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria, como a la capacidad de respuesta frente a los mismos (ver anexo 1 para conocer la metodología empleada). Para este análisis, se seleccionaron 18 variables relacionados a la disponibilidad, el acceso y el uso de los alimentos para tener el IVAM de cada municipio (cuadro 4.1.).
2. ÍNDICE DE VULNERABILIDAD A LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA EN LA REGIÓN METROPOLITANA DE LA PAZ
De acuerdo a los resultados obtenidos, el valor mínimo que alcanza el IVAM de la RMLP se sitúa entre 0,25 y 0,82. El nivel de vulnerabilidad promedio de la región metropolitana se ubica en 0,64, donde el municipio con menor vulnerabilidad es La Paz y los municipios de nivel medio son El Alto, Palca y Viacha. Los municipios de Mecapaca y Achocalla registran los niveles más altos de vulnerabilidad.
Del total de municipios considerados en la RMLP, cuatro están considerados en el segmento de vulnerabilidad alta, tres presentan vulnerabilidad media y únicamente el municipio de La Paz se encuentra en el nivel bajo de vulnerabilidad frente a la inseguridad alimentaria.
En esta línea, la Agenda ODS para el municipio de La Paz, publicada el 2019, midió la prevalencia de la inseguridad alimentaria en los hogares del municipio. El estudio, realizado aplicando la metodología ELCSA,
tiene entre sus principales resultados que alrededor del 46% de la población paceña cuenta con seguridad alimentaria y un 28% con inseguridad leve, es decir, que tuvo alguna preocupación o ansiedad respecto al acceso a alimentos. Por otro lado, un 13,4% de personas presentaba inseguridad alimentaria severa, es decir que pasó hambre .El nivel de vulnerabilidad “media” del municipio de El Alto se explica principalmente por la alta cantidad de niños menores de 5 años con desnutrición crónica y porque un cuarto de su población femenina, entre 15 a 49 años, presenta sobrepeso,
situación que se constituye en un riesgo latente para la seguridad alimentaria de la población.Los municipios con vulnerabilidad alta, como Achocalla y Mecapaca, son los que presentan menor capacidad de respuesta respecto a la utilización de los alimentos. En Achocalla, únicamente el 34% de los hogares tiene cañería por red y solo el 4,4% cuenta con servicio de alcantarillado
. Por otro lado, el municipio de Laja presenta los niveles más bajos del Producto Interno Bruto Municipal y del Valor Bruto de Producción (VBP) de su gobierno local.3. COMPONENTE DE DISPONIBILIDAD
En este acápite, se presenta un balance del IVAM en relación a tres ejes de la seguridad alimentaria: Disponibilidad, Acceso y Uso. Inicialmente, el componente de disponibilidad cuantifica los ingresos provenientes desde la producción de alimentos del municipio (PIB Agropecuario), la relación que se mantiene respecto a la población ocupada dedicada al sector agrícola y la superficie productiva. También, toma en cuenta los riesgos asociados a la superficie agrícola sin riego y los extensos tiempos de viaje para acceder a los principales mercados de la RMLP.
En el gráfico 4.2. se identifica a Laja (0,94) y Mecapaca (0,89) como los municipios con mayor vulnerabilidad en el componente de disponibilidad alimentaria. El nivel de vulnerabilidad de ambos municipios se explica por los indicadores disponibles respecto a la producción agropecuaria, que fueron valorados a precios corrientes, y por las dificultades para acceder a mercados, lo que se traduce en una menor variedad alimentaria. Estos indicadores se obtuvieron del documento de Aramayo (2018) y el Mapa de Complejidades del Banco de Desarrollo Productivo.
Otro aspecto a considerar sobre los municipios que presentan alta vulnerabilidad en el componente de disponibilidad es el limitado acceso a recursos hídricos58. La mayor parte de los sistemas productivos de estos municipios no cuentan con sistemas de riego y dependen de las épocas de lluvia para la producción agrícola y la alimentación de su ganado.
4. COMPONENTE DE ACCESO
El componente de acceso del IVAM se encuentra basado en la capacidad económica y física de un municipio para la adquisición de alimentos. Este concepto está en función al nivel de ingreso promedio, el gasto en actividades, la capacidad para generar ingresos alternativos y el apoyo e inversión de los gobiernos locales; igualmente, se considera el promedio de años de estudio de la población. En principio, se identifica una correlación positiva entre la pobreza y la vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria: los municipios con mayor porcentaje de población pobre son, a su vez, los que tienen más probabilidad de tener serias limitaciones para acceder a alimentos y, más aún, para obtener una dieta variada y saludable.
Los municipios que presentan mayor vulnerabilidad en cuanto al acceso alimentario son Achocalla y Mecapaca. Esto se explica, en parte, por un alto porcentaje de población categorizada como pobre y pobre indigente, categorías asociadas a una capacidad de respuesta limitada en la producción de bienes y servicios. A su vez, Achocalla y Mecapaca reflejan un reducido VBP de sus gobiernos locales a través de los indicadores de PIB Municipal y PIB Municipal Per cápita, lo que se traduce en dificultades para adquirir productos y sobrellevar alguna crisis alimentaria.
Los municipios de El Alto y La Paz tienen los menores Índices de Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria, con 0,25 y 0,23, respectivamente. Esto tiene relación con una menor cantidad de personas categorizadas como pobres, al PIB de los gobiernos municipales y, principalmente, a menores distancias que deben recorrer las personas para acceder a los barrios céntricos de la RMLP y, por consiguiente, a los mercados de abasto.
En 2020, la Fundación Alternativas elaboró seis Planes de Contingencia Alimentaria para diagnosticar y atender retos vinculados al desabastecimiento de alimentos en los municipios de la RMLP, y proporcionar pautas para la planificación en torno a emergencias. Como resultado de este trabajo, se generó un diagnóstico específico para la vulnerabilidad al desabastecimiento de alimentos, en base a diferentes abordajes de diferentes actores de los sistemas alimentarios de cada municipio. Se analizaron factores como los ingresos, las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), la distancia a mercados de abasto, el acceso a agua de riego y la diversidad productiva (mapa 4.4.). El objetivo principal del diagnóstico fue conocer las dificultades que tuvieron estos municipios para abastecerse de alimentos durante los conflictos sociales de 2019 y la pandemia por COVID-19 de 2020.
En el municipio de Achocalla existen dos sectores con mayor vulnerabilidad al desabastecimiento de alimentos. El primer sector, Alpacoma, donde hay insuficiente conexión vehicular, una ausencia de producción agropecuaria y condiciones de pobreza entre las familias que se dedican a la elaboración de ladrillos. El segundo sector, donde están los cantones Asunta Quilliviri y Villa Concepción, en el que existe un difícil acceso vial y limitado acceso a agua de riego, condiciones que reducen la capacidad de los productores de generar ingresos mediante la producción agropecuaria
.En el municipio de Laja, el sector con mayor vulnerabilidad al desabastecimiento de alimentos corresponde a los distritos de Curva-Pucara y Satatotora, categorizados de esta manera por lo dispersas que son sus comunidades, lo que dificulta la provisión adecuada de alimentos y donde, además, se concentra la mayor cantidad de comunidades en situación de extrema pobreza. En esta zona hay una menor participación en la producción lechera, lo que limita los ingresos de los productores y los convierte en agricultores de subsistencia. Autoridades del Gobierno Autónomo Municipal comentan que en estas comunidades viven personas que practican un modo de vida ancestral, hay una mayor cantidad de personas de la tercera edad, crianza de animales y cultivos destinados al autoconsumo
.En el municipio de Mecapaca existen dos sectores con mayor vulnerabilidad al desabastecimiento de alimentos: el Distrito Chanka, donde hay un reducido acceso al agua, un acceso vial desafiante y condiciones climáticas que dificultan la diversificación productiva; y el Distrito Collana, donde hay un acceso reducido al agua, mayor concentración de familias en situación de pobreza, menor diversidad productiva y mayor distancia a mercados
.En el municipio de Palca, son dos los sectores con tendencia a la vulnerabilidad al desabastecimiento de alimentos. El primero está concentrado en los sectores de altura de los distritos Palca y Quilihuaya, por lo dispersas que son sus comunidades, con condiciones climáticas que limitan la diversidad de cultivos y caminos que dificultan el flujo de alimentos. El segundo sector se ubica en la parte media del Distrito de Cayimbaya, donde se concentran múltiples comunidades en extrema pobreza, la topografía hace difícil el acceso y la calidad de los caminos empeora las posibilidades de comercializar adecuadamente los alimentos
.En el municipio de Pucarani existen dos sectores con tendencia a la vulnerabilidad al desabastecimiento de alimentos: la Zona Norte, donde las condiciones de clima y topografía limitan la capacidad productiva del suelo y condicionan la producción animal y vegetal. El segundo sector, ubicado en el distrito Sur y cerca del lago Titicaca, se identifica como vulnerable por las partes inundables que existen en el territorio y que afectan a la producción agropecuaria; existe también una dependencia a insumos externos afectando la relación costo-beneficio de las actividades pecuarias y reduciendo los ingresos por la producción lechera
.En el municipio de Viacha, el sector con mayor vulnerabilidad al desabastecimiento de alimentos se encuentra en la parte suroeste del Distrito 3, en las comunidades alrededor de Villa Santiago de Chacoma, Chacoma Irpa Grande y los límites con el municipio de Calamarca. En este sector, las familias tienen un reducido acceso a servicios básicos, están más alejadas del circuito vial y de los mercados de la región metropolitana por lo que se ven obligadas a recorrer mayores distancias y atravesar caminos en mal estado. Sus habitantes se dedican al cultivo de forraje y papa, con poca participación en el sector lechero, por lo que hay una cantidad importante de hogares con niveles de pobreza moderada y pobreza extrema
.5. COMPONENTE DE USO
El componente de uso del IVAM no mide explícitamente los cambios en los hábitos alimenticios o el consumo diferenciado entre alimentos procesados frente a alimentos frescos, sino, en realidad, se enfoca en los índices de obesidad, desnutrición crónica y acceso a servicios básicos.
En general, los municipios con vulnerabilidad alta en cuanto al uso de los alimentos presentan conflictos relacionados a la malnutrición y a prácticas que conducen a problemas de salud, sobre todo en niños menores de 5 años y mujeres en estado de gestión. La vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria de la RMLP por el componente de uso es el más bajo (0,25), respecto a los componentes de acceso y disponibilidad, lo que se traduce en que, si bien existe menos vulnerabilidad de la región en cuanto al consumo insuficiente de nutrientes, el riesgo aún es latente y se acentúa en ciertos municipios más que otros.
En este caso, los municipios de El Alto (0,49) y Laja (0,41) presentan mayor vulnerabilidad en cuanto a la malnutrición. En este marco, el municipio de El Alto cuenta con 14.673 niños menores de 5 años con desnutrición crónica, reflejando el nivel más alto de la región metropolitana de La Paz. En Laja, la tasa de desnutrición crónica en niños es del 23%. Al otro lado, con sobrepeso, se encuentra al menos el 25% de la población femenina, entre 15 y 49 años de El Alto. Estas condiciones se asocian a una baja capacidad de respuesta en la disponibilidad de agua por cañería, energía y servicio de alcantarillado. Por ejemplo, en el municipio de El Alto solamente el 63% de los hogares cuentan con servicio de alcantarillado y en Laja únicamente el 2,1%
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