La multidimensionalidad del trabajo en seguridad alimentaria demanda un abordaje desde diferentes ángulos, que permita describir a cabalidad la complejidad de los sistemas alimentarios. Es necesario entender en detalle todos los procesos por los cuales pasan los alimentos entre que son producidos hasta que son consumidos o desechados. También deben considerarse los aspectos geográficos, climáticos, sociales, culturales y políticos de los territorios donde se realiza el análisis del estado de seguridad alimentaria.
Específicamente en la Región Metropolitana de La Paz, el análisis de la seguridad alimentaria debe abordar la complejidad de un sistema alimentario conformado por ocho municipios vecinos. Por ese motivo, dentro de los cuatro pilares de la seguridad alimentaria se incluyen indicadores, como el Producto Interno Bruto (PIB), los índices de pobreza, los servicios básicos, la inversión pública, la conexión vial, la distribución de los mercados y los índices de malnutrición, entre otros.
1. DISPONIBILIDAD
La disponibilidad de alimentos es una dimensión muy importante en la seguridad alimentaria, principalmente porque está relacionada con el suministro de alimentos, el valor de su producción, la capacidad productiva, las políticas relacionadas a la producción local y nacional, y todo aquello que permite el cultivo y la cosecha de alimentos. En ese sentido, se hace relevante conocer el valor de producción total que tienen cada uno de los municipios que componen la RMLP, como la región en sí misma; compuesto por el sector de la agricultura, ganadería y pecuaria, silvicultura, caza y pesca, y la industria alimentaria.
El valor de la producción total de los ocho municipios de la RMLP se presenta en el cuadro 3.1., haciendo énfasis en sectores relacionados a los alimentos. Se observa que la industria alimenticia es la que mayor aporte genera de todos los sectores relacionados a los alimentos, ya que es responsable del 13,5% de la producción total de la RMLP, que equivale a aproximadamente 10.118 millones de bolivianos.
A pesar de que la industria alimentaria es el sector que más aporta en VBP de la RMLP, cuenta con menor participación como actividad generadora de empleo a comparación del sector de la agricultura, que es más intensivo en mano de obra, contando con 5,3% a diferencia del 2,7%, respectivamente. Igualmente se observa que la población ocupada (PO) en el sector de alimentos representa el 9% (82.741 personas) respecto al total de la población ocupada de la RMLP. Dado ello, resulta necesaria la continuidad de políticas e inversiones a favor de sectores como el agropecuario.
La información del VBP para los diferentes sectores relacionados con el sector alimentario se muestra en el cuadro 3.2., que permite realizar un análisis más preciso por sector. En el sector de la agricultura, el municipio de Pucarani registra la mayor producción dentro de la RMLP, con un valor de 172 millones de bolivianos, lo que representa 36,6% de la producción agrícola total de los ocho municipios. Le siguen Viacha (16,8%) y Laja (11,1%). Los tres municipios que menos aportan al valor de producción agrícola en la región son El Alto (4,9%), Achocalla (6,3%) y La Paz (7,4%).
En cuanto al sector de ganadería y pecuaria, los municipios de la RMLP que tienen un menor aporte son Achocalla, Mecapaca y Palca, registrando un aporte del 5,8% (9 millones de bolivianos al año), 2,6% (4 millones de bolivianos al año) y 1,9% (3 millones de bolivianos al año), respectivamente. Comparativamente, los municipios de Pucarani y Viacha registran mayor valor alcanzado con 27,3% (42 millones de bolivianos al año) y 24,03% (37 millones de bolivianos al año), respectivamente; mientras que Laja registra un 18,2% (28 millones de bolivianos al año).
Un fenómeno particular ocurre en el sector de silvicultura, caza y pesca. El municipio de La Paz es el único que cuenta con una producción cuantificable, generando un valor de 4 millones de bolivianos anuales. El resto de los municipios de la RMLP no tienen producción en este sector o su producción es tan pequeña que no es cuantificable por el sistema de cuentas nacionales.
En cuanto a la industria alimenticia, este sector es el que más aporta a la producción de los sectores alimentarios en la RMLP. Según datos registrados, los municipios que más aportan a este sector son La Paz y El Alto, con aportes de 6.265 (61,9%) y 3.620 (35,8%) millones de bolivianos, respectivamente. Comparativamente, los municipios que generan menor aporte son Palca, Mecapaca, Achocalla, Laja y Pucarani, cada uno con aportes menores a 1%. Se resalta que Viacha supera el aporte del 1%, con una producción de 121 millones de bolivianos (1,2%) (ver mapa 3.1.).
Considerando el valor total de la producción que proviene del sector agropecuario (agricultura, ganadería y pecuaria, silvicultura, caza y pesca), para el año 2016, el municipio de Pucarani registraba el mayor valor de producción (214 millones de bolivianos); el municipio de Viacha registraba un aporte de 116 millones de bolivianos, seguido por Laja con 80 millones de bolivianos. Los demás municipios presentan valores menores, desde los 39 millones de bolivianos (Achocalla) hasta los 51 millones de bolivianos (La Paz). Esta información está representada en el mapa 3.2.
A partir del análisis de la geolocalización de la disponibilidad física de alimentos, se evidencia la existencia de dos ejes de desarrollo: el primero, relacionado con la industria alimenticia (mapa 3.1.), y el otro, vinculado a la producción agropecuaria (mapa 3.2.). Territorialmente, la industria alimenticia mantiene una relación directa con el eje económico de la RMLP (La Paz, El Alto y Viacha). Comparativamente, la producción agropecuaria tiene mayor presencia en Pucarani, Laja y Viacha. Se resalta que el municipio de Viacha se constituye en el único municipio que registra ambas actividades.
Situación actual de las cadenas productivas de la RMLP
La tendencia a la migración y la urbanización dentro de la RMLP genera grandes retos, principalmente, el desplazamiento de las actividades agropecuarias
y la presión sobre los recursos naturales, especialmente sobre los recursos hídricos en la cuenca de los ríos Katari y La Paz. De igual manera, el crecimiento urbano sin planificación influye en la pérdida de permeabilidad en los suelos, lo que se relaciona con mayores caudales de agua en los ríos y mayores probabilidades de inundaciones en partes bajas de las cuencas. Por ello, la sostenibilidad de estas actividades requiere mayor atención y una gestión integral en torno a los recursos naturales (suelo, agua, aire, cobertura vegetal y biodiversidad).Paralelamente, es importante notar que la mayoría de las unidades productivas de la región realizan sus labores en torno a un modelo de producción agrícola convencional que genera impactos negativos, incluyendo la erosión y degradación de suelos, la contaminación de fuentes de agua, la eliminación de cobertura vegetal y la pérdida de biodiversidad. Estos factores presentan un riesgo a la sostenibilidad de funciones ambientales, y por ello, a serias afectaciones a la salud pública
.A pesar de los esfuerzos de los gobiernos autónomos municipales por fomentar la actividad agropecuaria en cada uno de los municipios, las cadenas alimentarias de la RMLP se caracterizan por ser aisladas, de baja escala y desarticuladas. Por ello, aún no cuentan con la capacidad de abastecer el mercado interno
. Sin embargo, ante la presencia de múltiples pisos ecológicos, una planificación articulada acompañada de una inversión estratégica podría dar lugar a oportunidades que potencien el desarrollo económico y territorial sustentable, la integración de múltiples cadenas alimentarias y el desarrollo de cadenas de valor .Las actividades productivas dentro la RMLP varían según el territorio. En la parte rural, predominan y se mantienen las prácticas agropecuarias tradicionales, con algunas excepciones de innovación en el sector lechero, la producción orgánica de hortalizas y la participación en nuevos circuitos cortos de comercialización. En las partes periurbanas y urbanas de la RMLP, la producción de alimentos está en pleno crecimiento, con varias experiencias referidas a la producción familiar, asociativa y comunitaria. En todos los casos, los cultivos, el ganado, las prácticas productivas y los enfoques de producción se definen de acuerdo a las condiciones locales, como pisos ecológicos, topografía, disponibilidad de agua, condiciones climatológicas, la posibilidad de aplicar tecnologías productivas, la formación de los productores y el acceso a caminos. También varían según la disponibilidad y el acceso a suelo cultivable
.En las cabeceras de valle de municipios como Mecapaca, Palca y Achocalla, existe producción de una variedad de hortalizas, tubérculos y frutas, tanto a campo abierto como en carpas solares; así también, existen comunidades dedicadas a la crianza y producción de peces, ganado ovino y bovino (para la producción de carne y leche) y animales menores. En los márgenes del río La Paz, existe producción de flores y hortalizas a campo abierto. Igualmente, en el sector valle del municipio de La Paz se producen frutas y hortalizas, principalmente en Hampaturi, y miel y pollo criollo en Zongo. Complementariamente, en el altiplano, municipios como Laja, Pucarani, Viacha y parte de Achocalla se caracterizan por su producción de leche y derivados, así como por la crianza de camélidos, animales menores y peces. En todos los municipios, y a escalas diferentes, el sector agrícola produce una variedad de cereales andinos, tanto para consumo humano como para la alimentación animal. El sector trópico de la RMLP cuenta con potencialidades para la producción de frutales, específicamente en el distrito rural de Zongo. En El Alto, familias de los cuatro distritos rurales del municipio producen papa, avena y forraje. A nivel urbano, existen varias experiencias de agricultura urbana y periurbana.
Por otro lado, en años recientes, la agricultura orgánica ha recibido apoyo de varias instituciones, a pesar de constituirse en un rubro pequeño, porque se ha evidenciado que la demanda de mercado para estos alimentos libres de químicos y cultivados de manera amigable con el medio ambiente va en aumento. Ciertamente, las experiencias de Achocalla son las más conocidas; aunque también existen emprendimientos exitosos y un número creciente de productores orgánicos en los demás municipios. Estas experiencias se han visibilizado y potenciado mediante emprendimientos de comercialización directa (productor-consumidor) en las ciudades de La Paz y El Alto, encabezadas principalmente por iniciativas ciudadanas y organizaciones locales. A futuro, se espera que estas iniciativas continúen creciendo y que por ello presenten una oportunidad complementaria para generar vínculos territoriales en la región metropolitana, especialmente en torno a la consolidación de circuitos cortos de comercialización
.Se resalta que una mayor parte de las actividades productivas están vinculadas a la producción primaria (materia prima sin valor agregado); sin embargo, es importante destacar la presencia de emprendimientos exitosos que giran alrededor de productos transformados con productos locales. En el altiplano, se puede nombrar el reconocido pan de Laja y los quesos criollos elaborados a lo largo del Cordón Lechero en los municipios de Viacha, Pucarani y Laja. En el valle, se destacan los productos lácteos elaborados por la empresa Flor de Leche, ubicada dentro del municipio de Achocalla.
2. ACCESO ECONÓMICO
El acceso económico de alimentos está estrechamente relacionado al poder adquisitivo de la persona, ya sea desde los ingresos o los precios de los alimentos en el mercado. Es importante reconocer que no necesariamente un incremento en los ingresos mejora el acceso a los alimentos porque los precios y las variables sociodemográficas también influyen; por lo que no se asegura que los hogares puedan adquirir una dieta adecuada y saludable
. No obstante, se recalca que, en los hogares urbanos de Bolivia, los efectos de los ingresos y precios sí presentan variaciones en los diferentes rangos económicos. Dado ello es importante conocer cuál es la situación económica de los hogares de la RMLP.Los datos más cercanos y disponibles para conocer esta dimensión de la seguridad alimentaria a nivel municipal son aquellos relacionados a niveles de pobreza que van más allá del enfoque monetario. Por lo que el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM)
brinda mucha información sobre las diferentes privaciones que tienen los hogares en tres dimensiones: (i) poder y voz, (ii) oportunidades y elección; y (iii) recursos.Cada dimensión contiene al menos uno de los nueve indicadores que, al agregarse, brindan un resultado relacionados a los niveles de pobreza multidimensional, de menor a mayor. Aquellos de color verde marcan los municipios que reflejan menor pobreza a nivel nacional, los de color amarillo los municipios que tienen niveles intermedios y los de color rojo donde se registran los índices de pobreza más altos a nivel nacional.
En el cuadro 3.3., se observa que ninguno de los municipios de la RMLP registra índices altos del IPM; sin embargo, es importante notar que Palca, Laja y Pucarani pertenecen a un nivel intermedio de pobreza. En el caso de Palca, aún existen grandes problemas en cuanto al acceso a servicios de salud, educación y saneamiento básico; en Laja, en torno al acceso a salud, agua potable y al saneamiento básico. En Pucarani, existen retos importantes referidos al acceso a la educación, salud, agua potable y saneamiento básico.
Estas privaciones repercuten sobre las diferentes dimensiones de la seguridad alimentaria. Por un lado, el acceso al agua es fundamental debido a que es un recurso necesario, tanto para consumo humano como para garantizar la inocuidad en los alimentos. Asimismo, una población que no cuenta con acceso a la educación no solamente se priva de este derecho, sino también de los beneficios que brinda el servicio de la Alimentación Complementaria Escolar y otros programas de promoción de una alimentación saludable en la población escolar.
En este marco, las privaciones que enfrentan los hogares repercuten directamente, e indirectamente, sobre la nutrición de los miembros del hogar. Por ello, las privaciones de cualquier índole deben ser analizadas y abordadas de manera multidimensional.
3. ACCESO FÍSICO
El acceso físico a los alimentos depende, en gran medida, de dos elementos: la existencia de mercados o puntos de comercialización de alimentos, y la capacidad de garantizar el funcionamiento eficiente de cadenas productivas.
Mercados en la RMLP
Considerando que el proceso de urbanización en la RMLP no sucede bajo mecanismos planificados por diversos motivos, la distribución de mercados y el establecimiento de puntos de venta de alimentos se realizan por acción de los actores de las cadenas alimentarias, principalmente los actores informales. El establecimiento de nuevos espacios de comercialización de alimentos sucede más por iniciativa de comerciantes informales con participación de la comunidad, en sitios estratégicos de los barrios; posteriormente, suelen intervenir los gobiernos autónomos municipales para regularizar, oficializar o construir una infraestructura adecuada. Esto representa una mayor centralidad en la distribución de mercados hacia La Paz y El Alto, característica que condiciona que consumidores de barrios periféricos recorran mayores distancias para abastecerse de alimentos.
De forma general, los diferentes puntos de venta de alimentos en la RMLP pueden ser mercados mayoristas, mercados minoristas, ferias permanentes, ferias itinerantes, mercados móviles, supermercados, minimarkets y tiendas de barrio. Estos están distribuidos de diferentes maneras en la RMLP en base a las características territoriales de los lugares donde se localizan y todos cumplen la misma función, el proveer de alimentos a la población.
Los mercados permanentes son espacios de venta de alimentos de carácter minorista o mayorista autorizados por la entidad competente. Todos estos cuentan con algún tipo de infraestructura a pesar de que frecuentemente los espacios de venta se extienden hacia las calles circundantes. Como se observa en el mapa 3.5., en la RMLP existen 131 mercados de abasto con infraestructura: 84 ubicados en La Paz, 46 en El Alto y 1 en Viacha. Los mercados mayoristas son aquellos donde llegan productores campesinos a tempranas horas de la mañana para vender sus alimentos, posteriormente son vendidos por comerciantes en otros mercados de menor escala. Los principales mercados mayoristas en el municipio de El Alto son Villa Dolores, Santa Rosa y Juana Azurduy; en el municipio de La Paz son los mercados Rodríguez y El Tejar, y a menor escala, los mercados de Chasquipampa y Villa Fátima.
Las ferias permanentes o itinerantes son lugares de venta de alimentos sin infraestructura, que suelen ser organizadas por comerciantes en lugares donde no existen mercados permanentes y donde hay una población que demanda alimentos. Generalmente, se realizan una vez a la semana por iniciativa de comerciantes con el apoyo de los vecinos, sin participación de entidades públicas o privadas. Suelen ubicarse en lugares estratégicos que disponen de espacio o que se encuentran cerca de una vía transitada. Ofrecen productos como abarrotes, verduras, frutas, carne y platos preparados, complementados con otros productos, como ropa, repuestos o insumos agrícolas.
Los diferentes niveles de gobierno también tienen experiencias promoviendo ferias dentro de la RMLP. A nivel central, se generó un proyecto de Circuitos Cortos de Comercialización para el departamento de La Paz, encabezado por el Viceministerio de Comercio Interior y Exportaciones como “un modelo económico equitativo para productores y consumidores buscando peso y precio justo”
. Otra iniciativa fue el establecimiento de las Ferias de Precio y Peso Justo promovidas por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, entre 2013 a 2017, con el objetivo de “dar una oportunidad de ofrecer productos del productor al consumidor y luchar contra la especulación” . Complementariamente, el GAMLP impulsó el proyecto Mercados Campesinos, a través de la Dirección de Mercados y Comercio en Vía Pública; mientras que el Gobierno Autónomo Municipal de El Alto (GAMEA) adoptó un calendario de ferias de temporada para productos específicos, a través de la Dirección Municipal de Desarrollo Agropecuario y Seguridad Alimentaria. Ambos gobiernos municipales lograron generar espacios de comercialización alternativos para su población .Los Circuitos Cortos de Comercialización son iniciativas impulsadas por instituciones públicas o privadas y diseñadas para acercar a productores con consumidores. Estas han funcionado durante muchos años, pero han incrementado su importancia y frecuencia durante la cuarentena por COVID-19. Entre marzo y agosto de 2020, las restricciones de movilidad asumidas por los gobiernos locales de la RMLP dieron lugar a la implementación de mercados móviles: nuevo mecanismo de comercialización de alimentos a nivel barrial que permitió alcanzar zonas donde no existe un mercado cercano. En el caso del municipio de La Paz, el GAMLP identificó lugares estratégicos y organizó el desplazamiento de estos mercados. Tanto en La Paz como en El Alto, los gobiernos locales también permitieron el asentamiento de comerciantes ambulantes, fiscalizados por sus respectivas intendencias. En el mapa 3.6., se observa la concentración de mercados móviles durante la cuarentena de COVID-19, diferenciando su concentración como alta, media y baja en base a hexágonos de 1 kilómetro de diámetro.
Red vial de la Región Metropolitana de La Paz
En la RMLP hay una concentración de la población, bienes y servicios en la parte urbana de los municipios de El Alto, La Paz, Viacha y Achocalla; por lo tanto, en esos sectores existe mayor cantidad de caminos y estos están mejor mantenidos. Sin embargo, existe una carencia de caminos que conecten a los municipios periféricos de la RMLP entre sí, puesto que la red vial está centralizada a la parte de la mancha urbana, lo que demuestra que no existe un aprovechamiento integral del territorio.
El mapa 3.7. muestra el Índice de Forma Urbana del área metropolitana, un indicador generado como resultado de la ponderación de otros tres indicadores: 1) Ancho de vía, 2) Longitud de vías, y 3) Número de intersecciones. Muestra cinco categorías divididas por hexágonos de un kilómetro de diámetro y cómo empeoran las condiciones de las vías a medida que los barrios se alejan del centro de la mancha urbana. Los sectores con mejor Índice de Forma Urbana están en el Centro, Sopocachi y la Zona Sur del municipio de La Paz; mientras que en El Alto son los sectores de La Ceja y los alrededores del aeropuerto. Los sectores con peor índice están en áreas periurbanas, principalmente en Achocalla y Mecapaca.
Durante décadas, el sistema de transporte en la RMLP fue administrado por el sector privado a través de sindicatos de transporte. Sin embargo, a partir del año 2014, el sector público genera proyectos de transporte masivo para complementar el sistema de transporte tradicional. En este marco, el GAMLP implementa el proyecto “La Paz Bus” que ofrece el servicio de buses “PumaKatari y Chikititi” en siete rutas. Paralelamente, el GAMEA implementa el proyecto de transporte masivo “Wayna Bus” que opera dos rutas que unen el Sur y el Norte de la ciudad. Finalmente, el gobierno central implementa el sistema integrado de transporte por cable “Mi Teleférico” que une los municipios de La Paz y El Alto a través de 10 rutas.
Rutas comerciales de alimentos dentro la RMLP
En el mapa 3.12., se muestra cómo las rutas comerciales de alimentos se conectan con los mercados que tienen mayor afluencia de productores. Los productores y comerciantes llegan a estos mercados porque tienen tratos preestablecidos para vender sus productos, y a partir de esos convenios comerciales es que se establecen las diferentes rutas comerciales de alimentos.
Los productores de hortalizas y tubérculos del municipio de Achocalla venden en los mercados Rodríguez y Villa Dolores, en horarios y lugares fijos de venta. Los productores de hortalizas en carpas solares suelen tener mayor diversidad de alimentos y están organizados en asociaciones de productores para comercializar productos orgánicos en mercados nicho de La Paz.
Los productores comercializadores del municipio de El Alto son predominantemente agricultores urbanos, que venden a través de circuitos cortos, aplicaciones móviles o ferias en la ciudad de La Paz. Si bien los productores originarios de El Alto no mueven volúmenes importantes de alimento, es importante mencionar que por este municipio cruza la mayor cantidad de camiones de alimentos tanto de origen metropolitano como de otras partes del departamento y del país.
Los productores del municipio de Laja utilizan la carretera Desaguadero- La Paz para mover sus productos hacia los mercados de Río Seco y Villa Dolores, en El Alto. El pan de Laja está en un proceso de transición, puesto que hay cada vez más panaderos que elaboran el pan en hornos de El Alto, evitando transportar la materia prima hasta Laja, para luego retornar con el producto elaborado.
El municipio de La Paz es un caso especial, puesto que tiene sectores como Chicani y Hampaturi donde los productores tienen que recorrer relativamente poca distancia para llegar a sus puntos de venta. Algunos productores venden en los mercados Rodríguez y El Tejar, mientras que otros cuentan con un punto de venta en Irpavi II. Algunos productores llevan productos en sus propias movilidades hasta barrios del Macrodistrito Sur y se posicionan en esquinas estratégicas. Por otro lado, los productores de las zonas bajas de Zongo se ven obligados a recorrer largas distancias a través de municipios como Caranavi para llegar con los productos hasta mercados de la ciudad de La Paz.
El municipio de Mecapaca cuenta con tres rutas comerciales: la principal, a través de Río Abajo, que conecta con el Mercado Rodríguez; la segunda, a través de Chasquipampa, y la tercera, a través del municipio de El Alto, conectando con Villa Dolores. La primera es la ruta más importante, por donde pasan productores de otros municipios y donde la calidad del camino facilita la movilización eficiente de productos.
El municipio de Palca tiene pocos puntos de venta exclusivos para sus alimentos, pero a lo largo de los años los productores han consolidado canales de comercialización estableciendo relaciones con comerciantes de varios mercados en El Alto y La Paz. En años anteriores, los productores utilizaban, principalmente, el mercado de Chasquipampa, por su cercanía. Actualmente, buscan puntos de venta en toda la mancha urbana. Los distritos de Quilihuaya y Cayimbaya tienen los peores caminos por lo que se ven más afectados en caso de derrumbes o bloqueos.
El municipio de Pucarani tiene la mayor distancia entre comunidades productoras y los mercados de venta; aun así, existen productores que llevan sus productos hasta mercados cercanos a la Universidad Pública de El Alto (UPEA), Río Seco y Villa Dolores.
El municipio de Viacha tiene la particularidad de ser el único municipio de la región, fuera de La Paz y El Alto, con un mercado municipal de infraestructura permanente. Algunos productores venden sus excedentes en estas instalaciones, aunque una mayoría comercializa sus productos en ferias distribuidas a lo largo de la carretera Viacha-El Alto o en mercados mayoristas de la ciudad de La Paz. Por este municipio pasa la carretera a Oruro, y a partir del sector de Villa Remedios, se convierte en un importante punto de comercialización de alimentos provenientes del resto del país.
4. USO
El uso adecuado de alimentos está directamente relacionado con la capacidad de consumo de alimentos de calidad y en las cantidades suficientes para obtener los nutrientes que permitan un funcionamiento óptimo del cuerpo. En ese sentido, los indicadores municipales del ODS 2 (Hambre cero) del Atlas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Bolivia nos permiten conocer los datos sobre la desnutrición crónica de niños (en porcentaje), número de niños menores de 5 años con desnutrición crónica (ponderado por departamento y nivel de pobreza) y sobrepeso en mujeres (en porcentaje). Estos indicadores se muestran en el cuadro 3.4.
En valores absolutos, para el año 2016, el municipio de El Alto registraba el mayor número de niños menores de 5 años con desnutrición crónica (14.673), seguido por el municipio de La Paz (9.011) y Viacha en tercer lugar (1.217). Los demás municipios de la región registraban valores mínimos, explicado en gran medida por el tamaño de su población.
Para realizar un análisis más preciso, es necesario tomar en cuenta los valores relativos de desnutrición crónica en niños. Para ello, entre los municipios de la RMLP se puede identificar tres grupos: el primero, conformado por La Paz, Mecapaca y Viacha, que registran un 14% de desnutrición crónica en niños; un segundo grupo, conformado únicamente por El Alto, que registra un valor de 15,1% para esta variable; y un tercer grupo conformado por Achocalla, Laja, Pucarani y Palca, que registran un 23,1% de desnutrición crónica en niños menores de 5 años.
En relación al sobrepeso en mujeres de 15 a 49 años, para el año 2016, se registra una tendencia similar a la desnutrición en niños, por lo que se repite la configuración de tres grupos: el primero, conformado por Achocalla, Laja, Pucarani y Palca, que registran un 21,7% de sobrepeso en mujeres de 15 a 49 años; un segundo grupo, conformado por La Paz, Mecapaca y Viacha con 22,8%; y un tercer grupo conformado únicamente por El Alto, con un índice de 25%.
5. ESTABILIDAD
La estabilidad alimentaria se da cuando la población tiene acceso, disponibilidad y uso adecuado de los alimentos en todo momento, la cual se ve afectada por las condiciones económicas, políticas y ambientales. En cuanto a aspectos ambientales, se vio por conveniente describir el Índice de Vulnerabilidad al Cambio Climático (IVCC) elaborado en función a la exposición, sensibilidad y capacidad adaptativa de los municipios. Precisamente porque existen diferencias dentro de un mismo municipio, se ponderan y distribuyen porcentualmente en diferentes categorías: Muy Baja, Baja, Moderada o Alta, teniendo valores de 0 a 3. Los datos revelan qué municipios deberían reducir sus factores de exposición y aumentar sus capacidades de respuesta.
En el mapa 3.13., se observa el valor del IVCC para cada uno de los municipios de la RMLP: La Paz tiene una vulnerabilidad baja, mientras que Palca registra la mayor vulnerabilidad al cambio climático. A pesar de que los municipios de Laja, Pucarani y Mecapaca tienen valores entre 1 y 1,5, también presentan retos para reducir sus factores de exposición y aumentar su capacidad de respuesta. Por ende, el municipio de Palca es el que más debe trabajar en su exposición al cambio climático.
Como se mencionó previamente, la estabilidad de los alimentos no solo dependerá de temas ambientales; sin duda, los problemas sociales recurrentes, como los bloqueos de caminos, protestas o enfrentamientos, también se presentan como factores de influencia debido a que impiden el normal funcionamiento de las cadenas alimentarias. En el marco de la pandemia de la COVID-19, también se ha evidenciado que los problemas sanitarios generan grandes retos en torno al abastecimiento y el acceso a alimentos.
Igualmente, la estabilidad dependerá de las inversiones que se realizan en el país, sea a nivel nacional, departamental y municipal; sin embargo, para fines de este documento, y debido a que la seguridad alimentaria también es competencia municipal, se considera necesario conocer el porcentaje de los presupuestos municipales destinados a proyectos o programas relacionados con la seguridad alimentaria. Para este análisis, se utilizaron las siguientes partidas de inversión: (i) promoción y fomento a la producción agropecuaria, (ii) construcción y mantenimiento de sistemas de microriego, (iii) aseo urbano, manejo y tratamiento de residuos sólidos, (iv) gestión de caminos vecinales y (v) gestión de riesgos. En los siguientes gráficos (3.1. al 3.2.), se puede observar los porcentajes destinados a cada uno de estos desde el 2012 al 2020.
Según los datos extraídos de la herramienta digital de Presupuestos Municipales de Fundación Jubileo, en los municipios de La Paz y El Alto se registra un incremento en el porcentaje de su presupuesto destinado al aseo urbano. En Palca, se observa que el porcentaje del presupuesto municipal destinado a los sectores seleccionados se ha mantenido constante con los años, aunque en lo relacionado a construcción y mantenimiento de sistemas de riego se registra una reducción en la inversión. Paralelamente, en Viacha, el porcentaje de fondos destinados se mantuvo constante en los últimos años. En Mecapaca, se registra un incremento en el porcentaje de fondos destinados a gestión de caminos vecinales y gestión de riesgos; al mismo tiempo, se han mantenido los porcentajes destinados a promoción
y fomento a la producción agropecuaria, mientras que se registra una reducción en fondos destinados a construcción y mantenimiento de sistemas de microriego. En Achocalla, se registra un incremento en el porcentaje de fondos destinados a la gestión de caminos vecinales y una disminución de fondos destinados a la construcción y mantenimiento de sistemas de microriego. En Laja, hubo un incremento en el porcentaje de presupuesto municipal destinado a la promoción y fomento de sistemas de microriego. En Pucarani, se registra que el año 2016 se destinó un mayor porcentaje a proyectos y programas relacionados a la promoción y el fomento a la producción agropecuaria, construcción y mantenimiento de sistemas de microriego y gestión de caminos vecinales.