CAPITULO 3: FAUNA
3.1 INTRODUCCION
El municipio de La Paz, se ubica en la región andina de Bolivia y la vertiente oriental de los Andes, con una extensión total de 2012 km², está constituida por un área urbana que ocupa menos del 10 % del territorio, principalmente en la hoya de la ciudad de La Paz y sus laderas circundantes. El área rural comprende territorios montañosos, nevados y glaciares, lagunas y bosques húmedos de montaña de Yungas hacia el extenso valle de Zongo (Ergueta & Aranda, 2010).
El municipio de La Paz, se caracteriza por tres áreas o disstritos. El primero, el valle de la ciudad de La Paz, con una amplitud altitudinal de aproximadamente 1500 m, limita al norte y noreste con la cordillera oriental, al oeste con el altiplano y al sur con los valles que rodean el nevado del Illimani. El segundo distrito es Hampaturi con una superficie de 445 km² y está formado por 22 comunidades rurales; se caracteriza por montañas con glaciares, morrenas, roquedales y serranías, combinados con lagunas, bofedales y ambientes antropogenizados como las zonas de cultivo tradicional, pastoreo de camélidos y represas de agua. Finalmente, el distrito de Zongo con un área de 1397 km², dividido por dos sectores: el valle de Zongo que colinda con Hampaturi y Zongo-Choro que colinda con el municipio de Caranavi, siendo la parte tropical y amazónica del municipio de La Paz.
Aunque en los últimos años se ha avanzado en la investigación científica sobre la biodiversidad, Bolivia aún presenta vacios de información. La mayor parte de los esfuerzos de investigación se ha dirigido al inventario de vertebrados y plantas superiores (MDSP, 2001). En relación a los invertebrados, se carece de inventarios a nivel nacional, existiendo información sistematizada sólo de ciertas localidades y grupos. En este sentido, se estima que la diversidad de mariposas alcanzaría las 3000 especies aproximadamente, lo que ubicaría a Bolivia entre los cuatro países del mundo con mayor biodiversidad en este grupo (Morales, 2004), siendo por ejemplo el Valle de Zongo, Coroico y Caranavi, un centro ecológico de dispersión de mariposas muy importante a nivel nacional.
La fauna de mamíferos descrita para Bolivia comprende 389 especies silvestres, ocupando el treceavo lugar a nivel mundial y el cuarto lugar a nivel del continente sudamericano, después de Brasil (648 especies), Perú (467) y Colombia (442) (Tarifa & Aguirre, 2009). El municipio de La Paz, principalmente el valle de Zongo se constituye en una región muy importante para la conservación de mamíferos, porque se encuentran una especie endémica, el marsupial ( Marmosops creightoni), conocido de siete especímenes colectados cerca a la planta hidroeléctrica de Saynani a 2500 m de altitud (Voss et al., 2004).
En el grupo de las aves, Bolivia es uno de los países más ricos en especies con 1423 especies (Herzog & Maillard, 2010), que representan el 43% de toda la avifauna de Sudamérica. Bolivia ocupa el séptimo puesto a nivel mundial, después de Colombia, Perú, Ecuador, Indonesia y Venezuela (Rocha et al., 2012). Bolivia cuenta con 14 especies endémicas, de las cuales la mayoría se encuentra en los bosques secos interandinos (6 especies), seguida por los Yungas (5 especies). En el municipio de La Paz se encuentran al menos cuatro especies de aves endémicas de Bolivia ( Grallaria erythrotis, Myrmotherula grisea, Schizoeaca harterti, Atlapetes rufinucha), en la región de bosque húmedo de Yungas en el Valle de Zongo.
El orden reptiles está representado por unas 306 especies en Bolivia, cuyo grupo más diverso son las serpientes con 169 especies, del total de reptiles, 29 son especies endémicas, principalmente víboras con 18 especies (Cortez, 2009). Los reptiles del Valle de La Paz, son de amplia distribución en la región andina, con géneros típicos como Liolaemus (las lagartijas de la puna y altoandino boliviano) y Tachymenis (la culebra andina [ Tachymenis peruviana], biogeográficamente de amplia distribución en los Andes sudamericanos). Lo contrario ocurre con los reptiles del Valle de Zongo-Choro cuyo centro biogeográfico es más bien amazónico.
Los anfibios constituyen, al igual que peces, uno de los grupos menos documentados del país y se han registrado actualmente 254 especies y se estima que existen unas 350 especies, de las cuales cerca del 40% (60 especies) son endémicas del país (Reichle & Aguayo, 2006; Aguayo 2009). El valle de Zongo, se constituye en una región de altos endemismos en anfibios con seis especies ( Telmatobius bolivianus, Telmatobius verrucosus, Noblella sp., Oreobates zongoensis, Psychrophrynella chacaltaya y Yunganastes bisgnatus) (Cortez, 2011), la cual la convierte en una zona de alto valor para la conservación de anfibios.
Sarmiento & Barrera (2003) presentaron un inventario con 635 especies de peces en toda Bolivia, pero consideraron que esta cifra representa una subestimación del número real.
En los últimos años se continúan describiendo nuevas especies (Fernández & Osinaga, 2006; Fuentes-Rojas & Rumiz, 2008). Se estima la presencia de más de 700 especies de peces en Bolivia (Carvajal-Vallejos & Van Damme, 2009; Van Damme et al., 2009). La ictiofauna del valle de Zongo-Choro ha sido poco estudiada y apenas se conoce algunas localidades circundantes, cuya composición de las comunidades ícticas es en general de dominio amazónico.
En general, el Municipio de La Paz, se la puede dividir biogeográficamente en dos grandes vertientes o cuencas: La primera, la del Valle de La Paz, cuya fauna es en general de dominio andino con géneros típicos como Liolaemus en lagartijas u Orestias en peces y una avifauna predominantemente andina. Contrariamente, en la vertiente del Valle de Zongo predomina principalmente elementos faunísticos yungueño-amazónicos y con una riqueza y biodiversidad más grande, donde también los endemismos son muy altos, particularmente en el grupo de anfibios, aves y micromamíferos como en el caso de los marsupiales. Por lo tanto, el patrimonio faunístico del municipio de La Paz es muy heterogéneo dado el marcado gradiente altitudinal que predomina en su territorio, lo cual lo hace prioritario para la conservación.
3.2 OBJETIVOS
3.2.1 Objetivo General
Contribuir al conocimiento de la biodiversidad faunística, considerando sus amenazas y sinergismos con el medio abiótico, principalmente con los recursos hídricos del Municipio de La Paz.
3.2.2 Objetivos Específicos
- Evaluación de la situación actual de la fauna silvestre del Municipio de La Paz en los espacios prioritarios para la conservación
- Evaluación de los impactos ambientales sobre el medio biológico (fauna) del Municipio de La Paz.
- Caracterización de la biodiversidad del Municipio de La Paz.
- Identificación de las especies a monitorear (objetos de conservación) y sus amenazas.
- Métodos de monitoreo para los objetos de conservación.
- Análisis de sensibilidad de las especies a monitorear (OC) y criterios de amenaza (LR).
- Asignación de valores de conservación para los OC.
- Identificar áreas prioritarias para la conservación de la fauna silvestre.
- Estimación de escenarios futuros de los grupos de fauna ante los cambios climáticos.
3.3 EVALUACIÓN DE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA FAUNA SILVESTRE DEL MUNICIPIO DE LA PAZ EN LOS ESPACIOS PRIORITARIOS PARA LA CONSERVACIÓN
El Municipio de La Paz, comprende dos grandes cuencas (el Valle de La Paz y el Valle de Zongo), que según su geomorfología, condiciones climáticas y diferentes formaciones vegetales difieren uno del otro. Por lo tanto, la fauna silvestre asociada a cada valle presenta una composición muy variable en relación a los grupos faunísticos. Sin embargo, existen algunos elementos faunísticos que son considerados generalistas que pueden encontrarse en una amplia variedad de hábitats o rangos altitudinales dentro de cada valle. Entre el grupo de las aves, podemos citar por ejemplo, a la ¨Pichitanka¨ ( Zonotrichia capensis), que suele asociarse a ambientes antrópogenizados, como áreas de cultivos y áreas urbanizadas a diferentes rangos altitudinales (Fotografía 3.3.1).
La ¨Pichitanka¨ ( Zonotrichia capensis), ave típica en el Municipio de La Paz, Bolivia
(Fotografía: Omar Martínez).
3.3.1 Fauna del Valle de La Paz
3.3.1.1 Mamíferos
La mastofauna del Valle de La Paz, ha sido objeto de estudios muy específicos para algunas especies en particular. Mercado (1991) analizó la morfología molar y la dieta de ( Akodon boliviensis, Phyllotis darwini) en la región de Huajchilla, Taypichullo y Las Carreras; considerados como las especies más comunes en el Valle de La Paz. Gómez (1996), realizó un estudio complementario sobre del ciclo reproductivo de los roedores simpátricos ( Akodon boliviensis, Phyllotis darwini) en la región de Huajchilla. Tarifa et al. (2004), realizaron un análisis sobre los hábitats fragmentados de las vizcachas ( Lagidium viscacia) en 13 localidades del Valle de La Paz, determinándose la drástica reducción de sus territorios por el avance urbano y la destrucción progresiva de sus hábitats.
Mercado & Miralles (1991) hacen una descripción general de los mamíferos del Valle de La Paz, destacando la presencia de 38 especies, de las cuales 28 son especies silvestres y 10 especies domesticas. Los mamíferos grandes y medianos en el Valle de La Paz comprenden 14 especies, nueve de las cuales son consideradas especies domésticas. Entre las especies silvestres se destaca, la ¨Taruja¨ ( Hippocamelus antisensis) (Fotografía 3.3.1.1.1), una especie considerada amenazada en la categoría de En Peligro (Núñez, 2009), recientemente redescubierta en el valle de La Paz, aunque en el colindante Municipio de Mecapaca próximo a la región de Mallasa (Rechberger et al. in press). Otras regiones consideradas como hábitat de la Taruja, incluyen las tierras altas del Altoandino en Hampaturi, La Cumbre y Milluni.
Redescubrimiento de la taruka ( Hippocamelus antisiensis), en laderas andinas de la localidad de Llacasa, Provincia Murillo, La Paz (Bolivia)
(Fotografía: Omar Martínez).
Entre los micromamíferos (roedores y quirópteros) se registran 24 especies (Mercado & Miralles, 1991). Los roedores de las laderas del Altoandino incluyen a Akodon boliviensis, Akodon jelskii, Auliscomys pictus, Calomys lepidus y Neotomys ebriosus, mientras que en el Altoandino árido se encuentran tres especies de roedores caviomorfos: Ctenomys opimus, Octodontomys gliroides y Abrocoma cinerea, que ocupan microhábitats en laderas protegidas del viento.
Entre la Puna Húmeda Superior e Inferior (4400-3400 m), se encuentran los roedores: Auliscomys boliviensis, Auliscomys sublimis, Phyllotis osilae y Galea musteloides. Asociados a bofedales y turberas como en la cuenca de Kaluyo-Hampaturi, tenemos a tres especies de roedores del género Ausliscomys ( pictus, sublimis y boliviensis), así como Calomys lepidus, Neotomys ebriosus y el topo ( Ctenomys opimus), este último muy llamativo por construir guaridas al nivel del suelo, aunque su presencia es muy rara en el valle de La Paz. En la Cuenca del Rio Kaluyo-Pampa Larama y Hampaturi, es típica Phylotis osilae y sustituye a P. darwini rupestris a partir de los 3700 m hasta aproximadamente los 4200 m y desde esa altura esta sustituido por Auliscomys pictus, ya en el Altoandino. En el rango de 3500 hasta mas debajo de 2900, correspondiente al piso altitudinal de Valles Secos, con característicos suelos pedregosos, mayormente suelo desnudo con formaciones vegetales de cactáceas, tunares y arboles pequeños de Prosopis spp., en las cotas más bajas del Valle de La Paz (Aranjuez, Següencoma y Mallasa), son típicos ( Phyllotis darwini rupestris, Octodontomys glireoides, Galea musteloides) y el marsupial ( Thylamys pusillus). El roedor más conspicuo es O. gliroides por su cola larga y en forma de pincel, de ahí que sea conocido como ¨ratón cola de pincel¨.
Las especies de roedores con amplia distribución en el Valle de La Paz son Akodon boliviensis, que ocurre desde las alturas del Nevado de Chacaltaya (ca. a 4700 m), hasta la localidad de Valencia (2810 m), pasando por el centro de La Paz; y el roedor múrido, Mus musculus, ratón común de las casas y ambientes antrópicos. Contrariamente, los roedores de distribución reducida, son la Rata Chinchilla ( Abrocoma cinerea), conocido de un espécimen colectado en Llojeta; la Rata Cola de Pincel ( Octodontomys glireoides), encontrado entre Huajchilla, Llacasa y las partes menos perturbadas de Mallasa, mejor distribuidos en Mecapaca y Huajchilla, mientras que el Topo ( Ctenomys opimus), solo ha sido citado para la región de Jaccha Toloko a 4800 m (Mercado & Miralles, 1991).
La Vizcacha ( Lagidium viscacia), se distribuye en la Puna Húmeda Inferior y es más conspicuo en los Valles secos, pero en hábitats barrancosos y abruptos como son considerados los ¨ badlands¨ del Valle de La Paz. En los últimos años su hábitat ha sido seriamente amenazado principalmente por las construcciones de condominios que aplanan dichas tierras para habilitar terrenos para construcción de casas en la zona sur de La Paz (Tarifa et al., 2006).
El grupo de quirópteros del Valle de La Paz, está representado por cuatro especies ( Histiotus montanus, Lasiurus cinereus, Myotis albescens y el vampiro ( Desmodus rotundus), este último solo ha sido reportado para la quebrada Cañapa a 2840 m. Durante un estudio de trampeo de aves en la localidad de Ananta, colindante con Jupapina-Mallasa, se capturo un murciélago identificado como Histiotus montanus (Fotografía 3.3.1.1.2), de hábitat en valles secos al filo de un bosque de Prosopis sp. y tierras eriales en barrancos, conocidos como tierras malas o ¨badlands¨.
El murciélago ( Histiotus montanus), típico de valles secos de Mallasa-Mecapaca, en el valle de La Paz
(Fotografía: Omar Martínez).
La Liebre ( Lepus europaeus), es un animal introducido y se lo considera generalista, es decir, que ocupa gran variedad de hábitats en los pisos altitudinales del Altoandino, Puna Húmeda Superior e Inferior, así como de Valles secos, y se asocia generalmente a los cultivos de zanahoria, verduras y granos, por lo que es considerado como una plaga por los campesinos. Entre los carnívoros el más conspicuo es el Zorro ( Lycalopex culpaeus) (Fotografía 3.3.1.1.3), que al igual que la Liebre ocupa una gran variedad de hábitats y es el depredador principal de liebres y vizcachas. Otro carnívoro, considerado raro en el Valle de La Paz, es el Puma ( Felis concolor).
Entre los mustélidos, se destacan dos especies conspicuas en la hoya de La Paz, el Hurón ( Galictis cuja) y el Zorrino ( Conepatus chinga), ambas especies tienen amplia distribución en el Valle de La Paz, ocupando tierras altas del Altoandino (Pampalarama) hasta cotas bajas en los Valles secos (Mallasa, Següencoma y Mecapaca), y son consideradas como animales dañinos por los campesinos por que suelen atacar las cosechas.
El zorro ó ¨Kámake¨ ( Lycalopex culpaeus), un depredador de la puna y altoandino del Municipio de La Paz
(Fotografía: Omar Martínez).
3.3.1.2 Aves
La ornitofauna del Valle de La Paz y regiones aledañas es conocida a partir de estudios realizados en diferentes localidades circundantes a la hoya de La Paz, tanto en ambientes antropogenizados como en áreas poco intervenidas alejadas de áreas urbanas y periurbanas. Entre los estudios específicos para ciertas especies de aves destacamos el de Loayza et al. (1999), quienes describen la actividad alimenticia del Picaflor Gigante ( Patagona gigas) en arbustos de Nicotiana glauca, encontrando que los mayores picos de actividad diurna están al amanecer y otro a las cinco de la tarde y a su vez que la tasa de forrajeo promedio por individuo de P. gigas es de 44 flores libadas/visita/minuto. Olivera (1999), estudio algunos elementos de la ecología de la polinización por picaflores en el valle de La Paz y su posible efecto en los desplazamientos poblacionales de los picaflores: Sappho sparganura y Patagona gigas. Villegas (2005), describe la relación entre variables ambientales de urbanización y las comunidades de aves nativas en la ciudad de La Paz. Ortega (2009), realizó un estudio experimental del crecimiento de neonatos de la ¨Pisacca¨ ( Nothoprocta ornata) con lombrices rojas californianas ( Eisenia foetida) en el campus de Cota Cota. Campos (2010), desarrollo un índice biológico de integridad basado en comunidades de aves nativas en zonas urbanas y periurbanas de la ciudad de La Paz.
La diversidad y riqueza de la avifauna de la hoya de La Paz, ha sido ampliamente estudiada por Ribera (1991). Garitano & Gismondi (2003) estudiaron la variación de la riqueza y diversidad de la ornitofauna en 27 áreas verdes urbanas de la ciudades de La Paz, encontrándose 34 especies de aves asociadas a estos espacios verdes. Martínez et al. (2010), evaluaron la avifauna del Valle de La Paz desde 1996 hasta el 2003, registrándose un total de 136 especies en 30 localidades de estudio, de las cuales 18 especies fueron aves acuáticas concentrados principalmente en las Lagunas Jaccha y Charan Khota de Achocalla, asimismo se registraron dos especies endémicas ( Cranioleuca henricae y Upucerthia harterti) para valles secos, ambas en la localidad de Mecapaca. El Chiruchiru de las Tiqueras ( Cranioleuca henricae) es una especie amenazada en la categoría de En Peligro (Rocha & Balderrama, 2009), es muy rara y fue descrita en La Paz en 1997 y en los últimos años su población ha ido disminuyendo hasta el punto de llegar a extinguirse en algunas localidades como en el caso de Mecapaca y Sorata donde fueron registrados por última vez entre 1996 y 1997 (Lake et al., 2004).
3.3.1.3 Reptiles y Anfibios
La herpetofauna del Valle de La Paz, es poco diversa y se la considera de amplia distribución en la zona altiplánica y de valles interandinos. Entre los reptiles destacan dos especies las lagartijas ( Liolaemus alticolor walkeri, Liolaemus multiformis). La lagartija, Liolaemus alticolor se encuentra entre los 3000 a 3800 m, entre pajonales y arbustos de la puna; se cuentan con colectas de Huajchilla, Lipari, camino hacia Collana, Jupapina, Mallasa, Achocalla, la parte alta del Rio Irpavi, los cerros de Alto Següencoma, Llojeta y el cerro que bordea el camino entre la Avenida del Poeta y Villa Holguín (Baudoin & Pacheco, 1991). La otra lagartija, Liolaemus mutiformis, se distribuye en las zonas más altas del valle de La Paz, entre 4300 a 4900 m; se tienen colectas de las cabeceras de los ríos Kaluyo y Ovejuyo, la zona de la Cumbre, camino La Paz-Unduavi y en los alrededores del Nevado Chacaltaya (Baudoin & Pacheco, 1991). La especie Liolaemus multiformis (= Liolaemus signifer), ha sido objeto de estudio como medicina tradicional para uso en dolencias musculares y fracturas de huesos (De la Galvéz, 2002). Ocampo (2010), estudio parámetros fenotípicos en la biología de tres especies de Liolaemus en La Paz. Finalmente, Aguilar (2011), realizón una revisión taxonómica y sistemática del género Liolaemus en al altiplano y valles secos de La Paz.
Entre las serpientes del Valle de La Paz, se cuentan con dos especies ( Leptotyphlops albifrons, Tachymenis peruviana). Leptotyphlops albifrons, es una serpiente cavadora y por este hábito es muy difícil de observarla. En la Colección Boliviana de Fauna se cuentan con dos ejemplares, el primero proveniente de la quebrada del Rio Khellkata y el otro de Mecapaca, entre 2800 a 2900 m (Baudoin & Pacheco, 1991). La otra serpiente, Tachymenis peruviana es la más ampliamente conocida en la región andina, existen colectas de Jupapina, la Muela del Diablo, Aranjuez, Mallasa, zona de El Alto y Huajchilla (Baudoin & Pacheco, 1991). Otros registros corresponden al campus de Cota Cota, Mecapaca, Chicani, Ovejuyo y Lipari (O. Martínez, obs. pers.).
En el Valle de La Paz, se encuentran seis especies de anuros ( Bufo spinolosus, Pleuroderma marmorata, P. cinerea, Telmatobius marmoratus marmoratus, T. m. rugosus, Hyla pulchella y Gastrotheca marsupiata); una de estas especies presenta dos subespecies (Ergueta, 1991). El sapo ( Bufo spinolosus) es la especie más común, generalista y abundante en los hábitats naturales, pero también se la encuentra en áreas urbanas, jardines, parques y a lo largo de sistemas de alcantarillados. La rana Pleuroderma cinerea, es una rana pequeña (4 cm), se la encuentra entre 2800 a 4000 m en la Puna Húmeda Inferior y partes altas de los valles secos, en las proximidades de cuerpos de agua sin vegetación emergente. La rana, Pleuroderma marmorata es más pequeña (2.5 cm en machos y 2.8 en hembras) y ocupa el Piso Subnival y Altoandino, entre 4000 y 4800 m, frecuentando grietas de terreno, bajo las piedras y a veces sumergida en bofedales. La rana, Telmatobius marmoratus, es acuática, en el valle existen dos subespecies ( Telmatobius marmoratus rugosus y T. m. marmoratus). La primera habita las partes de menor altura del valle, en la Puna y Valles secos, hasta los 4100 m, ocupando pantanos, lagunas y lugares muy húmedos, mientras que la segunda en bofedales y riachuelos de gran altura (3800 a 4800 m) como en el valle del Río Kaluyo. La rana marsupial ( Gastrotheca marsupiata), es poco frecuente en el valle, frecuenta hábitats de valles secos y puna. Finalmente, las rana más vistosa del valle por su color verde es Hyla pulchella, se encuentra en árboles como el molle, arbustos de retama ó el agave, pero principalmente en plantas hidrófitas como la totora de los valles secos y puna; se cuentan con registros para Cota Cota, Aranjuez, Ovejuyo, Chicani y Mecapaca.
3.3.2 Valle de Zongo
El Valle de Zongo se encuentra circundada por la extensa cadena montañosa del Huayna Potosí-Charquini y La Cumbre hacia el límite sur y la cadena de los cerros Condoriri-Jankho Karka al oeste de su distribución. Similarmente por la cadena montañosa Ladrilluni y Tiquimani en la parte central del valle. En general, la fauna tiene un gran predominio de elementos amazónicos, particularmente en las tierras bajas del noreste del valle entre el polígono Zongo-Choro, Incahuara y Apana. Los elementos faunísticos de los Yungas predominan en las partes intermedias del valle de Zongo en localidades como Cañaviri, Santa Rosa, hasta Huaji, donde paulatinamente se mezclan con elementos faunísticos amazónicos a medida que se desciende de altura a nivel del cinturón del Municipio de La Paz que discurre hasta la localidad de Apana.
3.3.2.1 Mamíferos
La mastofauna del Valle de Zongo y regiones aledañas, ha sido objeto de estudios muy específicos para algunas especies en particular. Maffei & Miserendino (1999), estudiaron la dieta del zorro andino ( Lycalopex culpaeus) en la zona de Lambate (La Paz); cuyas piezas preferidas fueron los roedores ( Cavia aperea, Galea musteloides, Neotomys sp., Phyllotis xanthophygus, Oligoryzomys sp., Eligmodontia cf. puerulus, Andynomyx sp., Akodon sp., Rhipidomys sp.), un marsupial ( Thylamys pallidior) y también se demostró los hábitos carroñeros de esta especie con una presa preferida el burro ( Equus asinus). Rechberger (1999), describió la dieta y patrones de movimiento del zorro andino ( Lycalopex culpaeus) en la zona de Lambate (La Paz). Núñez (1999), documento la historia natural del Venado Andino ( Hippocamelus antisiensis) en Lambate, La Paz.
Pacheco et al. (2001) confirmaron la presencia del felino ( Leopardus tigrinus) para Bolivia, en el Cerro Hornuni, Parque Nacional Cotapata (colindante con el valle de Zongo) y ha sido considerado muy rara a nivel nacional. Este mismo felino, fue encontrado por el autor en septiembre de 1999, como mascota en la localidad de El Chairo (Fotografía 3.3.2.1.1).
El felino ¨Tigrillo¨ ( Leopardus tigrinus), un individuo encontrado como mascota en la localidad de El Chairo, colindante al cantón Zongo
(Fotografía: Omar Martínez).
Por otra parte, Gallardo (2003), estudio la riqueza de megamamíferos en parches de Alisos ( Alnus acuminata) en el PN ANMI Cotapata. Villalpando (2004), realizó estudio sobre la variación altitudinal y temporal de roedores y marsupiales en el cerro Hornuni del PN ANMI Cotapata. Burgoa (2005) y Burgoa & Pacheco (2010), determinaron la abundancia y uso de hábitat del Kúsillo ( Cebus libidinosus) en los alrededores de la Estación Biológica Tunquini, una región con una continuidad de la vegetación similar al bosque yungueño del valle de Zongo y encontraron que para un área efectiva de muestreo de 0.36 km², se obtuvo una tasa de encuentro de 1.48 grupos/10 km y 29.15 individuos/10 km de recorrido y la densidad de grupos estimada fue de 2.16 grupos/ km² y 29.1 individuos/km². Similarmente, en la Estación Biológica de Tunquini. Finalmente, Apaza (2002) y Apaza et al. (2010), estudiaron la ecología del mono ¨Marimono¨ ( Ateles chamek) en un bosque húmedo montano de los Yungas, cuya dieta de este primate fue altamente frugívora y los frutos de las plantas más consumidas fueron Protium montanum, Casearia mariquitensis, Podocarpus sp., Anomospermum sp., y especies del género Ficus.
Entre los estudios sobre la diversidad de la mastofauna en bosques húmedos de la región destacan el de Rios-Uzeda (2001), realizado en el Cerro Hornuni al límite del Municipio de Coroico y Municipio de La Paz, registrándose 21 especies ( Didelphis marsupialis, Dasypus novemcinctus, Dasypodidae sp., Lycalopex culpaeus, Herpailurus yaguaroundi, Leopardus pardalis, Leopardus wiedii, L. colocolo, Puma concolor, Conepatus chinga, Eira barbara, Nasua nasua, Tremarctos ornatus, Pecari tajacu, Hippocamelus antisensis, Mazama americana, Mazama chunyi, Lagidium viscacia, Dinomys branickii, Dasyprocta punctata y Cuniculus paca) para el Páramo Yungueño, Bosque Nublado y Bosque Húmedo de Yungas, a partir de métodos indirectos (huelleros con y sin atrayentes, y la búsqueda de heces).
En el Piso Altoandino (4900-4200 m), cuya fisonomía está dominada por montañas escarpadas, glaciares, roquedales y ambientes acuáticos conocidos como bofedales o vegas, sumado a las extremas condiciones climáticas, determinan la presencia de comunidades de fauna relativamente pobres en composición. Entre los roedores típicos se incluyen a Akodon boliviensis, Akodon jelskii, Auliscomys pictus, Calomys lepidus y Neotomys ebriosus. En las ladera aledañas a la Laguna Viscachani, se han registrado nueve especies de roedores sigmodontinos ( Oligoryzomys cf. destructor, Phyllotis osilae, Auliscomys pictus, Neotomys ebriosus, Akodon boliviensis, Akodon subfuscus, Chreomys jelskii, Oxymicterus paramensis y Galea musteloides) (Bernal, 1996). Entre los mamíferos medianos, resaltan las ¨Vizcachas¨ ( Lagidium viscacia) entre los roquedales del Cerro Charquini. Entre los predadores más frecuentemente reportados por los pobladores está el zorro ( Lycalopex culpaeus) que suele acechar el ganado ovino de la región. Eventualmente, el puma ( Felis concolor) sube hasta el nivel Altoandino, debido a la oferta alimenticia del ganado camélido principalmente.
3.3.2.2 Aves
La ornitofauna del Valle de Zongo es conocida a partir de estudios realizados en localidades aledañas y circundantes. Vidaurre (2002) describe la riqueza y abundancia de aves en parches de aliso ( Alnus acuminata) con y sin aprovechamiento selectivo en el PN ANMI Cotapata. Martínez (1999, 2003), estudio la composición y uso de sustratos de bandadas mixtas de aves en un bosque nublado de Cotapata (La Paz), identificándose 33 especies de aves ( Veniliornis nigriceps, Piculus rivolii, Synallaxis azarae, Cranioleuca albiceps, Margarornis squamiger, Pseudocolaptes boissonneautii, Phyllomyias uropygialis, Mecocerculus leucophrys, M. stictopterus, Mionectes striaticollis, Pyrrhomyias cinnamomea, Pipreola arcuata, Cyanolyca viridicyana, Atlapetes rufinucha, Catamblyrhynchus diadema, Chlorornis riefferii, Chlorospingus ophthalmicus, Hemispingus calophrys, H. superciliaris, H. xanthophthalmus, Creurgops dentatus, Thraupis cyanocephala, Buthraupis montana, Anisognathus igniventris, Iridosornis jelskii, Dubusia castaneoventris, Diglossa cyanea, Myioborus melanocephalus, Basileuterus luteoviridis, B. signatus, Conirostrum sitticolor, Cacicus leucoramphus y Amblycercus holosericeus) en grupos mixtos; éstas especies son consideradas de amplia distribución en los bosques montanos de Yungas y que también ocurren en el valle de Zongo. Montaño (2004) estudió el rol de las aves diseminadoras en la infección de plantas lorantácaes en la Estación Biológica Tunquini. Montaño (2007), evaluó la avifauna del PN ANMI Cotapata para aprovechamiento turístico. Finalmente, Serrudo (2011), describió las estrategias de forrajeo de cuatro especies de picaflores ( Coeligena violifer, Metallura tyrianthina, Heliangelus amethysticollis y Pterophanes cyanopterus) en la senda Sillutinkara del PN-ANMI Cotapata.
En el piso Altoandino del Valle de Zongo, son conspicuas las aves acuáticas asociadas a las lagunas como Laguna Zongo y Pata Khota, como los patos ( Anas flavirostris, Anas georgica, Lophonetta specularioides) y el Ganso Andino o ¨Huallata¨ ( Chloephaga melanoptera) que en ocasiones suelen congregarse en grandes grupos de 10 o > a 15 individuos. Otras aves acuáticas incluyen las ¨Chokas¨ ( Fulica ardesiaca, Fulica gigantea) y la Gaviota Andina ( Chroicocephalus serranus). Similarmente, algunos elementos aviares de este piso e inclusive a altitudes mayores a los 5000 m en el piso subnival incluyen a Attagis gayi y Gallinago andina, dos aves esquivas por su plumaje críptico, en este rango también son exclusivistas las paserina Diuca speculifera y Idiopsar brachyurus. Asimismo, entre las aves pequeñas resalta en este piso, el tiránido ( Anairetes alpinus) y el furnárido ( Cinclodes aricomae) descritos en un pequeño territorio de bosquetes de Polylepis pepei entre Pongo y Alto Chucura en el Municipio de La Paz, ambas especies son consideradas amenazadas en la categoría de En Peligro (EN) y En Peligro Crítico (CR), respectivamente (Vogel & Davis, 2002; Vogel & Hennessey, 2002; Gómez, 2009a, 2009b).
3.3.2.3 Anfibios
El conocimiento de los anfibios del Valle de Zongo y regiones aledañas, ha sido ampliamente desarrollado y la mayoría de ellos se concentraron para algunas especies en particular. Ergueta (1993) describe aspectos de la biología y ecología de Phrynopus laplacai (Anura: Leptodactylidae) en un bosque nublado de altura de Yungas (Pongo, Unduavi y Cotapata). Esta rana, Phrynopus laplacai, se encuentra distribuida entre lo 2900 y 3800 m y se ha comprobado su presencia en bosques húmedos cercanos como Zongo (a 3200 m) en hábitats de pastizales húmedos con musgos de Sphagnum sp., Muehlenbeckia y gramíneas como la Stipa sp., en bosques bajos de ceja de monte. Finalmente, Aillón (2010), estudió la densidad poblacional, abundancia y aspectos reproductivos del anfibio endémico y amenazado, Psychrophrynella wettsteini en el PN ANMI Cotapata.
Los anfibios del Valle de Zongo, fueron ampliamente estudiados por Cortez (2009a, 2009b, 2011) a lo largo de un gradiente que cubre los pisos Subnival, Altoandino, Páramo Yungueño, Ceja de montaña, Bosque Nublado y Bosque Húmedo de Yungas. En este estos estudios se registran un total de 15 especies para todo el rango altitudinal del Valle de Zongo. Se destaca la presencia del anuro ( Telmatobius marmoratus) para las tierras altas del Piso Subnival y Altoandino para la región de Huayna Potosí. En el páramo se asocian cuatro especies de anfibios. El primero, Telmatobius bolivianus fue registrado en Tiquimani, mientras que Telmatobius verrucosus fue observada en Huayna Potosí . La tercera especie, Psychrophrynella chacaltaya fue registrada en los alrededores de la Laguna Vizcachani, y finalmente, Pleuroderma marmoratum fue identificado en Botijlaca y Laguna Vizcachani.
Al Bosque Nublado en Ceja de monte se asocian tres especies ( Telmatobius verrucosus, Noblella sp. y Yunganastes bisignatus), esta última especie considerada endémica del Valle de Zongo. Finalmente al Bosque Húmedo de Yungas, se asocian ocho especies de anuros, entre los cuales destaca, el endémico ( Oreobates zongoensis), especie amenazada como en Peligro Crítico (Reichle & Cortez, 2009); esta especie fue descubierta en 1997 en las inmediaciones a la Planta de Harca por Reichle & Köhler (1997) y a la fecha no ha sido vuelta a registrar.
3.4 EVALUACIÓN DE LOS IMPACTOS AMBIENTALES SOBRE EL MEDIO BIOLÓGICO (FAUNA) DEL MUNICIPIO DE LA PAZ.
Las actividades humanas originan transformaciones de los ecosistemas, ante las cuales éstos pueden responder manteniendo el equilibrio, y por lo tanto su capacidad productiva. Por otro lado, en algunos casos, las transformaciones superan la capacidad de adaptación de los ecosistemas y éstos entran en procesos de degradación. En esta parte se presentan algunas observaciones preliminares de los procesos de transformación y sus posibles consecuencias y sinergismos con la fauna local.
3.4.1 Alteraciones en Ecosistemas Terrestres
El intercambio de materia y energía de los ecosistemas puede verse afectado de diferentes maneras por una serie de factores. En el caso de los Valles de La Paz y Zongo, los impactos más importantes son la pérdida y la fragmentación del hábitat, causadas por la extracción de madera, construcción de caminos y el consiguiente avance de la frontera agrícola para el cultivo principalmente de papa ( Solanum tuberosum) en las laderas altoandinas y coca ( Erytroxylum coca) en las laderas de bosques húmedos de Yungas. Por otra parte, la presencia de ganado vacuno y ovino, principalmente en la tierras altas del Altoandino y Puna (Kaluyo, Pampalarama y La Cumbre) y zonas circundantes a las partes altas del Valle de Zongo, alterando los ciclos de materia y energía naturales. Otras actividades locales como la caza y pesca, el desbosque de las selvas de Yungas y la actividad de explotación minera, tienen una influencia fuerte en la integridad ecológica de ecosistemas terrestres y la fauna asociada.
Desde el punto de vista del hábitat de la fauna local, gran parte de las formaciones vegetales, principalmente en la Ceja de Monte y Bosque Húmedo Montano en el Valle de Zongo presenta todavía extensiones importantes de formaciones boscosas y está habitada por una biota relativamente natural, de modo que muchos de los intercambios de materia y energía entre cada uno de ellos no parecen haber sufrido mucho, porque son bosques de montaña con pendiente mayores a 45 grados y sobre todo por tener regímenes pluviales muy altos que no permite el asentamiento de pobladores, ni la agricultura.
Las comunidades bióticas de las formaciones vegetales de páramo con unidades vegetales exclusivas como los bofedales tiene suma importancia como hábitat de la fauna, particularmente aves limícolas (aves que aprovechan el fango y cieno de lechos y fondos acuáticos), entre ellos se destacan los chorlitos y otras acuáticas como (patos), que van buscando su alimento ente el fango y cieno de los reservorios de agua. Estas formaciones vegetales responden a una dinámica ecológica muy frágil debido al retroceso de los glaciares en los picos de montaña, cada vez van decrementando las fuentes de abastecimiento de agua a las planicies parámicas y en definitiva por efectos de cambio climático, estas planicies altoandinas son susceptibles a ser impactados ambientalmente. Estos ambientes parámicos reciben sus aguas de los sistemas glaciares y nevados como el Huayna Potosí, Charquini y Japa Japani, se prevé que entre los organismos más susceptibles al cambio climático están los anfibios. El valle de Zongo es una región con alta diversidad de anfibios con un total de 15 especies y además es una región con alto endemismo de este grupo con un total de seis especies endémicas ( Psychrophrynella chacaltaya, Yunganastes bisignatus, Noblella sp., Oreobates zongoensis, Telmatobius bolivianus y T. verrucosus) y de las cuales tres ocurren principalmente en el páramo y una especie es propia del Altoandino ( T. marmoratus). Estas especies se encuentran en alto riesgo de peligro de extinción por pérdida de hábitat y todas se encuentran amenazadas localmente como En Peligro (Cortez, 2010).
Impactos a las formaciones de bofedales y vegas se manifiestan por las actividades humanas. Se ha observado en la parte alta del Valle de La Paz, en el sector de Kaluyo hacia Pampalarama, existen extensas áreas (aprox. 500 Has) de turberas impactadas por la extracción de las capas superficiales y capas subyacentes de turba que es explotada por los pobladores locales, dichas capas de turba colectada, por lo general alcanzan 1 m de profundidad y en otros casos hasta > a 2 m de profundidad (Fotografía 3.4.1.1) y la misma es comercializada para los jardines de la ciudad de La Paz (Anexo 3.2: Fotografías 54 y 55).
La turba, al estar normalmente saturada de agua y expuesta a bajas temepraturas, se descompone más lentamente que su ritmo de crecimiento, aumentando su volumen con el tiempo. Los bofedales, además de contar con grandes cantidades de matería orgánica y carbono, son importantes reservorios de biodiversidad y también de agua, pues regulan los flujos que bajan de las cordilleras, acopian el líquido durante las épocas de abundancia y lo proveen en las épocas secas (CIPCA, 2009). Estas actividades extractivistas de la turba impactan en estos ecosistemas frágiles, degradando la calidad de los suelos que son expuestos a procesos erosivos. La pérdida de hábitat para ciertas especies de fauna silvestre, puede deberse a estas malas prácticas. Por ejemplo, este suele ser el típico hábitat de los Topos ( Ctenomys opimus), que ya eran muy raros a principios de la década de los 90ś (Mercado & Miralles, 1991) o la ausencia de camélidos como la vicuña responda a estas malas prácticas en la cuenca del valle de Pampalarama y Kaluyo, debido a la falta de turberas y vegas altoandinas donde ramonean y buscan su alimento estos camélidos. En la parte baja de Kaluyo, existen otras amenazas al medio biótico, por la antigua estuquería Bedoya y la actual industria de áridos, cuyos impactos en el factor suelo y caudal de las aguas del río son extremadamente serios.
Dos aspectos de la extracción de turba en las planicies del valle de Kaluyo por la gente local
(Fotografías: Omar Martínez).
Dado que los bosques de Yungas son los más susceptibles a interferencias humanas sobre todo por el avance de la frontera agrícola y la extracción de madera. De continuar estas actividades que atentan la integridad ecológica, se prevé que para escenarios a futuro como al 2050, toda la masa boscosa de bosque primario será reemplazada por bosque secundario en terrenos aptos para la agricultura con pendientes leves a moderadas (hasta 45°). En la actualidad, se advierte notoriamente en la región del Valle de Zongo procesos de fragmentación, efecto de barrera y pérdida de hábitat para la fauna. Considerando que el Valle es estrecho en forma de ¨V¨, esto no permite que toda la superficie de suelo sea utilizada para agricultura, en cierta forma la topografía abrupta favorece la preservación de áreas boscosas en ciertos tramos del bosque húmedo montano.
Actualmente no existe camino al noroeste del Valle de Zongo (áreas cumbrales de los sectores Chinalaya, Incahuara y Zongo Choro), lo cual hace de este polígono una de las zonas relativamente mejor conservadas de todo el Municipio de La Paz, en cuanto a zonas forestales. Sin embargo, existe un camino desde el cruce Chairo-Coroico con rumbo a Ipiro-Nogalani en el seno del Valle de Zongo-Choro, que facilita la penetración de gente con fines de extracción de madera y en estos ecosistemas de montaña se encuentra un elemento arbóreo indicador de estos bosques como es el Aliso ( Alnus acuminata), Nogal ( Juglans boliviana) y el raro Pino de monte ( Podocarpus rusbyi). En este sector, en décadas pasadas se instaló un aserradero (Aserradero Nogalani) que extraía pino de monte, nogal y aliso. El impacto fue notorio, como se muestra en las imágenes satelitarias, dando lugar a superficies grandes de bosques secundarios, sabanas antropogénicas y procesos erosivos intensos (Ribera, 1995). En estas laderas también se advierte restos de antigua terrazas para el cultivo de coca, alternados por quemas anuales en la época seca.
El impacto ecológico de la apertura de caminos en bosques montanos tropicales y su incidencia sobre la fauna ha sido ampliamente descrito a nivel global (Young, 1994) y local (Daza, 2004). El camino que va hasta el valle Zongo, pasando por Santa Rosa, Zongo y Harca, termina en Cahua Grande. Entre la gente local existen planes de extender su recorrido hasta Isicani, pasando por Huayliplaya y Huaji. Los grupos más susceptibles de fauna son las poblaciones de pequeños vertebrados (roedores, reptiles y ranas, por ejemplo), que podrían fragmentar su hábitat, hasta la pérdida del mismo. Esto supondría la separación de sus poblaciones con la consiguiente reducción de su tamaño y los problemas de pérdida de variabilidad genética. En la región existe un anfibio endémico ( Oreobates zongoensis), que fue descubierto por Reichle & Köhler (1997), en las cercanías a Cahua y hasta la fecha ya no ha sido vuelto a ver, se indica que la apertura de caminos por el uso de dinamita para fragmentar formaciones rocosas y la pérdida de hábitat habrían atentado su ocurrencia en la región y su hábitat potencial coincide con el trazo caminero proyectado por los pobladores que recorre paralelo al Río Zongo.
La megafauna o animales grandes, es la más susceptible a la apertura de caminos, pero los caminos facilitan las incursiones de cazadores de presas grandes y con ello atentan su integridad. Sin embargo, ya se ha demostrado que animales grandes entre ellos los tapires, venados e incluso animales medianos (p. e. monos, pavas de monte) son altamente susceptibles a la perturbación. El camino también permitiría el acceso a partes más profundas del bosque de plantas introducidas, algunas de las cuales podrían tener influencia negativa sobre éste, alterando las interacciones entre organismos y el funcionamiento en general de estos ecosistemas. Más grave aún, los caminos invitan a la entrada de nuevos colonos (y cazadores) cuya actividad conduce a la destrucción y fragmentación del bosque.
El proceso de fragmentación podría agudizarse por los incendios que muy probablemente originarían los colonos, ya que estos bosques producen la mayor cantidad de hojarasca de todas las formaciones de la cuenca. Esto cambiaría completamente el funcionamiento de estos ambientes, pues las nuevas dinámicas instauradas en los parches resultantes podrían ser insuficientes para el mantenimiento de estos ecosistemas a largo o incluso mediano plazo.
3.4.2 Alteraciones en Ecosistemas Acuáticos
De manera general, la continuidad de flujos de caudales de agua se encuentra interrumpida en ciertas épocas del año sobre todo en época seca de vaciante por la baja de los niveles de aguas y lo contrario ocurre en época húmeda o de creciente. Durante esta última ocurren los mayores riesgos naturales por el incremento de los caudales de aguas. Sin embargo, efectos de cambio climático ya se manifiestan con los ritmos y montos totales de las precipitaciones pluviales, es decir que en este año (2012) se han registrado inusuales lluvias en meses considerados de época seca.
En cuanto a la dinámica natural de áreas fluviales, las observaciones de campo mostraron que casi todas las riberas son altamente inestables y erosionadas, por las causas que son naturales, pero actividades humanas (industria hidroeléctrica), ha modificado notoriamente los cursos de aguas y niveles (Fotografía 3.4.2.1), por la construcción de plantas hidroeléctricas (Anexo 3.2: Fotografías 70 y 73),lo cual ha impactado en la fauna acuática, cuyos efectos sobre la biota faltan determinar Similarmente, las grandes represas de almacenamiento de aguas como la de Hampaturi o Milluni, que proveen del líquido elemento a la ciudad de La Paz (Anexo 3.2: Fotografías 63 y 69).
Impactos ambientales a los recursos hídricos por el manejo artificial de los cursos y cauces de aguas por las plantas hidroeléctricas a lo largo del Valle de Zongo
(Fotografía: Omar Martínez).
En relación al medio biótico, la introducción de especies exóticas de peces como la trucha ( Oncorhynchus spp . ) en lagunas como Vizcachani y Pongo en el Municipio de La Paz, ha sido una práctica muy difundida en el piso Altoandino, sin prever su impacto biológico, puesto que dichas especies exóticas suelen competir por el hábitat y depredar a las especies nativas del género Orestias. Por ejemplo, la introducción del pejerrey en el Lago Titicaca, tuvo consecuencias ecológicas muy extremas para el pez nativo Ümanto¨ ( Orestias cuvieri). El caso de la trucha, todavía no se conoce su impacto en la cadena trófica y en poblaciones pequeñas de peces de la ecoregión andina.
Algunas malas prácticas de la gente local que atentan contra la ¨salud¨ de los sistemas hídricos están relacionadas con la contaminación con detergentes debido al lavado de ropa, lavado de movilidades pequeñas, medianas y pesadas (Anexo 3.2: Fotografías 81); a esto debe indicarse las prácticas de pesca con dinamita, tipo ¨barbasco¨ que atentan la biota acuática y más grave aún debido a las actividades extractivistas de la minería aurífera ribereña como en el caso de la Cooperativa Esperanza Ltda., cuyos campamentos se encuentran apostados en las inmediaciones del Río Zongo y tributarios menores.
3.4.3 Degradación de los Suelos
La pérdida de los suelos es un problema que ocupa un segundo lugar de los cuatro grandes problemas del cuadro ambiental global. Nuestro país no escapa a esta realidad; se estima que de 35 a 41 % de los suelos del territorio nacional están afectados por problemas de erosión, a nivel de departamento, La Paz tiene un 32% de su territorio con problemas de erosión (ABDES, 2003). En general, la cuenca amazónica presenta suelos poco propicios para emprendimientos de proyectos agrícolas, presentan un mantillo o capa superficial muy delgada, siendo fundamentalmente suelos clasificados como lateríticos, la cual le hacen susceptible a la degradación, máxime si se abren brechas o se realiza desmontes de grandes áreas, esto provoca mayor irradiación en la superficie desnuda de cobertura vegetal y pérdidas significativas de la humedad y evapotranspiración potencial de las plantas. Por eso, la cobertura boscosa mantiene la humedad y reciclaje de nutrientes óptimo para el mantenimiento del equilibrio entre los componentes bióticos y abióticos, entre este último la calidad de los suelos. La manifestación de estos fenómenos de degradación constituye la presencia de sedimentos en las corrientes de agua y el aumento de áreas abiertas para agricultura con la siguiente disminución de su capacidad de producción, siendo la magnitud de éstos un indicador de la severidad de los mismos.
En la región se suele talar extensas masa boscosas para monocultivos excedentarios de coca ( Erytroxilum coca), quitándose al bosque su rol ecológico natural, que es el de actuar como una ësponja¨, es decir, captando y almacenando la humedad, regulando el ciclaje de nutrientes en el suelo, para el desarrollo de otras formas de plantas como helechos, musgos y líquenes. Este ciclo se pierde con la tala y los suelos tienden a degradarse y en muchos casos a erosionarse o simplemente volverse menos productivos.
3.5 ANÁLISIS DE LAS PRINCIPALES AMENAZAS A LA BIODIVERSIDAD DE LA FAUNA REGIONAL
El análisis de amenazas realizado en este punto se refiere a las acciones que están incidiendo en la transformación de los ecosistemas naturales por ende en la biocenosis. Es decir, los procesos que están ocasionando una pérdida de biodiversidad, que puede incluir extinciones locales de especies. En el presente punto se analizan los efectos ecológicos de las diferentes intervenciones humanas.
Sin embargo, es necesario aclarar que esta transformación es parte de la evolución natural de las sociedades humanas. Por otro lado, la intervención humana no siempre ha modificado los paisajes de manera negativa, frecuentemente ha dado lugar a la formación de paisajes culturales con elementos de biodiversidad “nuevos” o “creados por el ser humano”, como por ejemplo, una variedad de sistemas de cultivo de plantas y animales domesticados o lo que se ha venido a l amar como “agrobiodiversidad”. En consecuencia, el mantenimiento de estos elementos de la biodiversidad de origen cultural, sólo es posible si se mantiene la presencia humana. Las principales amenazas a la biodiversidad detectadas en el Municipio de La Paz se describen a continuación:
3.5.1 Construcción y Apertura de Caminos
Los caminos fragmentan los ecosistemas, promoviendo el efecto de borde y aislamiento de diferentes tipos de organismos. Muchos de los organismos aislados en estos fragmentos son incapaces de atravesar estos caminos para moverse a otros fragmentos. Por ejemplo, especies de anfibios y reptiles no son capaces de atravesar ni siquiera caminos estrechos de tierra. Este factor parece ser limitante para organismos como los anfibios, de ahí que se asume que en la región existe un anfibio endémico, la Rana de Zongo ( Oreobates zongoensis), que fue descubierto por Reichle & Köhler (1997), en las cercanías a Cahua y hasta la fecha ya no ha sido vuelto a ver, se indica que la apertura de caminos y la pérdida de hábitat habrían atentado su ocurrencia en la región y su hábitat potencial coincide con el trazo caminero proyectado por los pobladores que recorre paralelo al Río Zongo. Mientras más ancho el camino o senda abierta, mayor el número de organismos que se sienten desalentados a cruzarlo. Además, los caminos promueven la invasión rápida de muchas especies de plantas introducidas y pioneras nativas.
En la actualidad, los pobladores de Zongo están demandando la construcción de un camino de doble vía para permitir la circulación más fluida del transporte de pasajeros y productos hacia la ciudad de La Paz (Chávez, 2008). Por otra parte, la construcción de un camino que conecte las localidades de Cahua Grande con Apana-Nogalani y más al norte del municipio con las localidades de Cobija y Zongo-Choro, es un anhelo de los pobladores locales y las presiones se han incrementado debido a la mayor necesidad de vinculación local que requiere el sector para el transporte de recursos. En particular, el presunto camino también implicaría ciertas amenazas ambientales como la colonización de áreas boscosas para fines extractivos de madera, o simplemente apertura de área boscosas con fines de cultivos extensivos de coca, así favoreciendo los asentamientos humanos y la ampliación de la frontera agrícola.
Actualmente, no se está llevando la ejecución de este proyecto por parte del gobierno municipal local. Sin embargo, ecológicamente, causaría gran impacto a la integridad ecológica que afectaría principalmente a los bosques húmedos montanos de Yungas. Los principales impactos ambientales inminentes serían: la fragmentación del bosque y alteración de procesos de conectividad de la megafauna, principalmente de mamíferos entre las regiones de Zongo Choro y el valle de Apana. Este impacto originaría una reacción en cadena con la perdida de hábitat para las especies de fauna, particularmente en la megafauna (tapires, cérvidos) más susceptibles a la perturbación del hábitat.
Asociado al tema de caminos se encuentra el problema de atropellamientos de la fauna silvestre local. Los atropellos pueden perjudicar a las poblaciones de fauna, especialmente a aquellas que están en peligro de extinción. Por ejemplo, el atropello por movilidades fue una de las más importantes causa de muerte del Puma ( Puma concolor coryi) de Florida, una subespecie en peligro de extinción (Foster & Humphrey, 1995). Las carreteras o caminos pueden ser barreras que cruzan el territorio de un animal o pueden ser el corredor por donde se esté dispersando o migrando (Gottdenker et al., 2001). Las carreteras y caminos abiertos pueden atraer algunas especies de fauna silvestre a causa del tipo de vegetación que se encuentra al borde de caminos (Monge-Nájera, 1996). En el proyecto ¨roadkill¨, los participantes registran datos sobre animales atropellados en carreteras y caminos y pueden comparar datos de una determinada especie en diferentes lugares (Roadkill, 2010). Entre algunas especies de los animales atropellados, podemos mencionar al ¨Tatúö armadillo ( Dasypus novemcinctus) (Loughry & McDonough, 1996), la ¨Pacaranaö ¨Jochi con cola¨ ( Dinomys branickii) (Gottdenker et al., 2001). Por ejemplo en la carretera Villamontes-Yacuiba es frecuente ver animales silvestre atropellados, desde víboras, zorros ( Lycalopex culpaeus), hasta animales domésticos (O. Martínez, obs. pers.).
En el área de estudio, el camino que va descendiendo al Valle de Zongo, principalmente en la cota de ceja de monte, entre las localidades de Cuticucho hasta la Planta de Harca (ya en el bosque montano húmedo de Yungas) el camino se hace serpenteante y de herradura, sumado a los niveles altos de neblina, la visibilidad a veces es escasa y este factor podría incidir en atropellamientos de la fauna. En una oportunidad, se encontró una ¨Carachupa¨ ( Didelphis albiventris), atropellada al borde del camino, cerca a la Planta de Chururaqui a 1830 m (Fotografía 3.5.1.1a). Este camino diariamente es transitada por movilidades medianas (camionetas) y pesadas (camiones), que ciertamente son un peligro latente para la fauna local. Durante este estudio, se impactó una ave ( Synallaxis azarae) pequeña que volaba de frente al parabrisas en compañía de un pequeño grupo familiar (3 individuos); finalmente, se logró reanimarlo y soltarlo en su hábitat (Foto 3.5.1.1b). A través de datos sobre animales atropellados, se puede evaluar el impacto de la presencia de caminos al interior y exterior de áreas protegidas y planificar mejor la ubicación de túneles para permitir el paso de vida silvestre (Foster & Humphrey, 1995), además de los sectores donde es necesaria señalización relativa y presencia de animales en la vía.
a)
b)
a) La "Carachupa" (Didelphis albiventris), atropellada al borde del camino cerca a la Planta de Chururaqui
b) Una ave (Synalaxis azarae), impactada en el parabrisas de la movilidad y reanimada para ser devuelta a su hábitat, cerca a la Planta de Santa Rosa
(Fotografías: Omar Martínez).
3.5.2 Áreas Abiertas con Poca Cobertura Vegetal
En los bosques nublados y húmedos de Yungas, las gotas de lluvia (en especial cuando las precipitaciones son intensas o en forma de granizo), al caer sobre el suelo carente de vegetación, impactan directamente sobre el suelo, destruyen su estructura y lo arrastran a los cursos de agua. Por tanto, se aceleran los procesos de erosión y, corriente abajo, se producen fenómenos de sedimentación y subsiguiente inundación de tierras. En el Valle de Zongo, que coincide con el Bosque montano de Yungas, este impacto ambiental se evidencia notoriamente con las actividades agrícolas (Fotografía 3.5.3.1), donde grandes superficies de suelo al carecer de cobertura vegetal han sido degradados por erosión hídrica y por exposición solar prolongada y las formaciones de cárcavas es una notable consecuencia.
3.5.3 Ampliación de Frontera Agrícola
En general, se considera el principal impacto de gran magnitud en el área de estudio, puesto que existen nuevos asentamientos humanos en las localidades como Apana, los cuales priorizan la actividad agrícola en las laderas del Bosque montañoso de Yungas (Fotografía 3.5.3.1). Los principales cultivos en la región son los cítricos (naranjas, mandarinas, limones, toronjas), para comercializarlos en las localidades de Caranavi y Coroico y en la ciudad de La Paz. Otros cultivos de la región incluyen el banano ó plátano, maíz, arroz, walusa, considerados principalmente como cultivos de subsistencia.
Particularmente el incremento de la superficie cultivada va aumentado en proporción directa a los asentamientos humanos que cada vez se hacen más importantes en la región (Anexo 3.2: Fotografías 78 y 79).
a)
b)
a) Nuevos asentamientos humanos impactan las áreas boscosas, habilitando nuevas tierras para cultivos, localidad de Apana
b) un aspecto de la expansión de frontera agrícola en un bosque montano de Yungas a 1750 m, localidad Ipiro, Municipio de La Paz (Fotografías: Omar Martínez).
3.5.4 Extracción de Madera
Esta actividad favorece la creación de senderos que pueden ser aprovechados para la realización de asentamientos ilegales que después afectan a todas las comunidades vegetales circundantes. Además, se produce un efecto directo sobre las poblaciones de las especies maderables aprovechadas, si la extracción se realiza de manera descontrolada.
En el área del Valle de Zongo y áreas circundantes (p. e. Zongo-Choro), se considera como la segunda amenaza de mayor impacto a la integridad ecológica, después de los cultivos de coca excedentaria. Existe explotación de madera en la región y es importante señalar que ciertas áreas de explotación en algunas áreas como el este del Municipio de La Paz se solapan con el área protegida Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (PN ANMI) Cotapata, por lo cual urge un programa de regulación y adecuación con las instancias pertinentes.
En las poblaciones al noreste del Municipio de La Paz entre Zongo-Choro, Nogalani-Ipiro, Apana y Monteverde, existe extracción de madera para uso doméstico (leña, construcción) generalizada (Fotografía 3.5.4.1). Sin embargo, existe una actividad forestal comercial, parcialmente regulada por la Superintendencia Forestal. Un poblador de la región indica que en la región existe madera de cedro amarillo, nogal, sikiri colorado y hay poco quina-quina (Juan Pablo Barrientos - comunario de Tiquiri - 2012, com. pers.). Esta actividad es un proceso de destrucción de hábitat, que es el de mayor impacto sobre la integridad ecológica por tener efectos sobre la biota.
Actividades extractivistas de recursos forestales en el norte del Municipio de La Paz:
a) Comunidad Nogalani y b) Monteverde.
(Fotografías: Omar Martínez).
3.5.5 Incendios
Esta práctica muy difundida en tierras bajas tropicales, cuando no son un factor natural, también producen destrucción de hábitat y matan la mayoría de las especies vegetales originarias e individuos de la fauna, entre ellos se destacan los topos, mustélidos, roedores, quirquinchos y ranas, entre otros. Los bosques de montaña de Yungas son particularmente susceptibles dado su carácter más estratificado y mayor volumen en términos de biomasa, producto de lo cual se produce una gran cantidad de hojarasca que representa un combustible ideal. En el caso de los matorrales y plantas pioneras en terrenos abiertos como un helecho considerado maleza en áreas intervenidas, la vegetación parecería no ser tan proclive a incendios de gran extensión dado su carácter más disperso. Sin embargo, incluso los bosques más húmedos pueden ser devastados por incendios en años muy secos que suceden a un año muy lluvioso en el que se produce gran acumulación de biomasa.
En nuestro estudio, incluso en tierras altas, se advierten quemas, como las que se realizan en época seca para ëliminar¨ los pastos secos en la planicie y mesetas, para así poder aprovechar pastos nuevos para forraje del ganado camélido, como en el caso de las observadas en las laderas andinas de Huaripampa (Fotografía 3.5.5.1) y en otros sitios como las áreas cumbrales de Botijlaca en el Valle de Zongo.
Pastizales de la puna quemados (10 de agosto de 2012) por los campesinos cerca al camino que se dirige a Huaripampa, Municipio de La Paz
(Fotografías: Omar Martínez).
3.5.6 Avance de la mancha urbana
En el valle de la ciudad de La Paz, el crecimiento de la mancha urbana, se concentra en la configuración norte-sur, dada la topografía abrupta, accidentada, irregular y encajonada de sus geoformas, con proyecciones y tendencias hacia los valles secos del sur de la hoya (Anexo 3.2: Fotografía 44). En este sentido, planes de urbanización de áreas periurbanas no prevén estudios geológicos, ni análisis de riesgos, lo cual, se evidencia en los eventuales deslizamientos de terrenos en laderas escarpadas.
El avance de la urbanización ha destruido el hábitat de ciertos elementos faunísticos como el de las vizcachas y por consiguiente se ha reducido su hábitat a fragmentos. Las vizcachas viven en lugares áridos, abruptos, barrancosos y con presencia de rocas y se ha considerado a las vizcachas como especialistas en hábitats rocosos (Pearson, 1948; Walker et al., 2000; Tarifa et al., 2004). Actualmente, se ha encontrado en el valle de La Paz, 13 sitios en total, de los cuales siete (Vino Tinto, Kantutani, Achumani, La Muela del Diablo, Achocalla, Mallasa y Ananta) tienen presencia de vizcachas en hábitats típicos y otros seis sitios (cerro Kellumani, Cementerio Jardín de Obrajes, Ermita de Schoenstatt en Achumani, El Pedregal y dos sitios de Cota Cota – calle 29 y 35) en hábitats ädoptados¨ por la vizcachas en barrancos y quebradas de suelo arcilloso de origen glaciar ( löss) (Fotografía 3.5.6.1). La Muela del Diablo es además un área protegida municipal con espectacular belleza escénica (Anexo 3.2: Fotografías 42 y 43).
a)
b)
a) Nuevo tipo de hábitat "adoptado" por las vizcachas en la quebrada Pedregal hacia la Muela del Diablo y
b) un aspecto de la Muela del Diablo, típico hábitat de las vizcachas en formaciones rocosas, Municipio de La Paz
(Fotografías: Omar Martínez).
En definitiva, la urbanización del valle de La Paz, ha reducido el hábitat disponible para las vizcachas. El autor de este documento, evidencio que ciertos sitios como el Cerro kellumani y el barranco de la meseta de Achumani y otros como en la meseta de Llacasa que colinda con Achocalla-Jupapina, así como varias laderas de Lipari y Las Carreras, presentan terrenos barrancosos que están siendo aplanados y habilitados por la Urbanizadora Terrasur. El sitio más amenazado, es el de la meseta de Llacasa donde recientemente fue descubierto una población de ¨Tarujaö Ciervo Andino ( Hippocamelus antisiensis) (Martínez, 2009; Rechberger et al., in press), una especie considerada En Peligro (EN) de extinción (Núñez, 2009). Llacasa en un pueblo abandonado hace más de 15 años en la meseta del mismo nombre, por falta de fuentes de agua; este aspecto aparentemente favoreció la repoblación de Tarujas en las laderas adyacentes, sin embargo, se sugieren medidas urgentes de conservación del hábitat, para que sea considerada especie ¨bandera¨ y de esta forma pueda proteger el hábitat de otra fauna pequeña como las vizcachas y el Ratón cola de pincel, ésta última, sólo habita en fragmentos de hábitat típicos con cactáceas en el valle de La Paz.
3.5.7 Actividades Ganaderas
Las actividades ganaderas afectan a prácticamente todas las formaciones vegetales de la cuenca alta del Municipio de La Paz, particularmente en los pisos de Altoandino y Pradera Parámica. Esto parece estar relacionado con el pisoteo del ganado por la presencia de pezuñas muy pesadas de estos animales que tienen impacto con el frágil mantillo y la capa arable de estas formaciones vegetales.
La ganadería de ungulados tiene efectos negativos sobre las plántulas de especies de árboles y otras formas de vida porque los animales constantemente ramonean hojas tiernas y en ciertos casos llegan a matar las plántulas por esta acción y en otras por el constante pisoteo de las mismas. Las especies maderables parecen ser bastante afectadas de esta manera, ya que no solamente hay pocos individuos adultos; también hay escasa regeneración. En lugares no boscosos sus pezuñas promueven la erosión del suelo. En definitiva, el ganado contribuye esencialmente en la transformación del paisaje.
Los claros en el bosque se mantienen principalmente por el pastoreo del ganado; pastoreo moderado contribuye para mantener una diversidad de especies vegetales más altas que en algunos ecosistemas naturales.
En el Municipio de La Paz se advierte una ganadería intensiva de camélidos en los valles de Kaluyo, Huaripampa y en la cuenca alta del Valle de Zongo (Anexo 3.2: Fotografía 59). El principal ganado de la región es de llamas y alpacas (Fotografía 3.5.7.1), aunque también el ganado ovino y vacuno es considerable. Las áreas de praderas altoandinas con hábitats de vegas y bofedales, se encuentran altamente amenazados por la ganadería intensiva que ramonea estos ambientes y en parte por factores de cambio climático, donde extensas áreas de bofedales y turberas se encuentran en procesos de desertificación por la escasez de aportes de aguas provenientes de los glaciares y escasez de lluvias.
a)
b)
a) Llamas pasteando en la cuenca alta del Valle de Zongo
b) Ganado camélido pasteando en laderas y partes altas debido a la escasez de recursos durante la época seca en la localidad de Kaluyo, Municipio de La Paz
(Fotografías: Omar Martínez).
3.5.8 Especies invasoras
Las especies invasoras son aquellas foráneas o traídas de otros ecosistemas y compiten con la fauna local o autóctona. De cualquier modo, no todas las especies introducidas tienen efectos negativos. Su efecto suele ser más adverso en ambientes muy aislados. En el Municipio de La Paz, pocos son los casos que se consideran en esta categoría, entre ellos se destaca una especie de pez, la Trucha ( Oncorhynchus spp . ), introducido en el país en el Lago Titicaca y de ahí se fue dispersando a lo largo del Altiplano y en toda la Cuenca endorreica del mismo. En la cuenca del Valle de Zongo se ha observado truchas en la Laguna Viscachani y sus arroyos tributarios. Este pez invasor se come a especies menores de peces, devorándose a numerosas especies de la fauna local. Otra especie invasora es la Liebre ( Lepus europaeus), introducida de Europa, frecuenta campos de cultivos de hortalizas (zanahoria), aunque su presencia en el Valle de La Paz es esporádica, se tienen registros para los valles de Huaricana y Rio Abajo (O. Martínez, bs. pers.). Ots sitios donde fue avistada la Liebre son en Aranjuez y Jupapina (Josef Rechberger 2012, com. pers.).
3.5.9 Explotación Minera y Contaminación Ambiental
Se evidencia las amenazas a la biodiversidad por las actividades mineras por la utilización de mercurio, un químico altamente tóxico para la fauna silvestre. Los mineros organizados en cooperativas, tanto en la parte alta del Valle de La Paz (Kaluyo) donde operan al menos cinco minas grandes (Aurora, Kaluyo, Rinconada, La Solución y Santa Lucía), el Valle de Zongo (Mina Copacabana y La Joya), y el sector de Zongo-Choro donde opera la Cooperativa Esperanza Ltda (Anexo 3.2: Fotografía 80). Dichas minas explotan principalmente oro y en otros casos el wólfram en las partes altas (Fotografía 3.5.9.1).
Por otra parte, la utilización de mercurio impacta principalmente en peces pero tiene un efecto en la cadena trófica, en organismos como las aves (garzas, patos, gaviotas, etc.) que se alimentan de peces y los niveles de toxicidad pueden afectar estos animales hasta producir muertes masivas, incluso puede afectar contra la salud de los pobladores locales, al consumir estos pescados infectados.
En la Cuenca alta del Municipio de La Paz, el piso altoandino sector Huayna Potosi-Milluni, muchos estudios demuestran la presencia peligrosa de algunos iones metálicos como hierro, manganeso y zinc en concentraciones elevadas en relación a los límites permisibles por la OMS y la EG, siendo la laguna Milluni, la más afectada por la contaminación minera, ya que no presenta en su seno organismos acuáticos, ni vegetación, por lo cual se considera que este daño ocasionado por la empresa minera COMSUR es irreversible (Apaza, 1991). Algo similar ocurrío con la laguna Kellhuani parte del complejo de humedales de Milluni que han sufrido niveles altos de contaminación y son considerados irreversibles (Anexo 3.2: Fotografía 66). La evaluación del grado de toxicidad de los cuerpos de agua de la Cuenca de MiIlluni mediante cuatro bioensayos: Allium cepa (cebolla), Lactuca sativa (lechuga), Hydra attenuata (hidra de agua dulce), y Lepidium sativum (berro), revelaron un nivel de toxicidad alto en las Laguna Milluni Grande, represa de agua potable y Milluni Chico, receptora principal de las colas de mina y un nivel bajo de contaminación en la Laguna Jankho Khota, la primera en la cadena de lagunas afectadas por la minería (Elliot et al., 2010). Este estudio, también muestra resultados contradictorios para la Laguna Ventanani, la más alta de la Cuenca y sin influencia minera visible: cultivos de lechuga, berro e hidra de agua dulce mostraron alta sensibilidad a esta agua, mientras la cebolla casi no estaba afectada.
Actividad minera en las laderas hacia el Rio Zongo, en la ladera del frente del río de la comunidad de Huaylipaya, Municipio de La Paz
(Fotografías: Omar Martínez).
La actividad minera ocasiona contaminación con metales pesados en suelos y aguas, pudiendo bioacumularse en las comunidades biológicas residentes, provocando niveles de toxicidad, envenenamiento y la muerte; efectos en cadena trófica, que puede implicar a las personas residentes. Cassis et al (2010), presentaron datos de residuos de minerales en perdices del Altiplano y la Puna como Nothoprocta ornata y Nothura darwini que mostraron bioacumulación tisular de As, Cd, Pb y Sb en dichas aves que provenían de dos localidades mineras con comprobada contaminación edáfica y acuática con estos metales pesados.
3.5.10 Caza y pesca
Las falencias en el marco regulatorio determinan que el ejercicio de la caza y gran parte de la pesca se realicen sin autorizaciones, lo que repercute en la ausencia total de control y regulación de cuanto, donde y qué se puede utilizar. En consecuencia, los efectos sobre poblaciones de especies amenazadas no pueden ser definidos. En la cuenca del Río Zongo, en las cotas más bajas se ha evidenciado la utilización de dinamita para la pesca, donde pudimos constatar la presencia de Sábalo ( Prochilodus lineatus) (Fotografía 3.5.10.1), obtenido por este método (Bernardina Vargas – Comunidad Monteverde - 2012, com. pers.).
En la región noreste del Municipio de La Paz, valle de Ipiro-Nogalani y Zongo-Choro existe caza y pesca de subsistencia, que aparentemente cubre las necesidades alimentarías de los pobladores. Muchas especies de fauna cinegética presentan todavía poblaciones “saludables” de sus cuarteles, puesto que se han observado, por ejemplo, pavas de monte ( Penelope montagni y Ortalis guttata) e incluso monos (p. e. Cebus libidinosus) que no se alteran mucho ante la presencia humana, esto nos indica que la caza todavía no es intensiva en la región.
Actividad pesquera en la localidad de Monteverde. El sábalo ( Prochilodus lineatus),obtenido a partir de pesca tipo "barbasco" con el uso de dinamita
(Fotografías: Omar Martínez).
Por otra parte, en el valle de La Paz, se evidenció la cacería de la fauna silvestre en alrededores del hábitat de la Taruja ( Hippocamelus antisienis) y en sitios de tierras malas ( badlands) donde habitan las Viscachas ( Lagidium viscacia), en la localidad de Llacasa, puesto que fueron encontradas municiones de reglamento del ejército, donde anteriormente realizaron pruebas de tiro y en otras regiones entre laderas, en las cercanías donde fue avistado un par de Tarujas, se encontró balas o cartuchos calibre 32 de escopetas, lo cual evidencia la cacería con escopetas por gente local o por cazadores citadinos que suelen hacer sus travesías en determinadas épocas.
3.6 CARACTERIZACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD FAUNÍSTICA DEL MUNICIPIO DE LA PAZ.
En esta parte se muestra los inventarios de la fauna silvestre que se encuentra en el Municipio de La Paz y otros de ocurrencia probable, a partir de los diferentes estudios realizados en el municipio y regiones aledañas. Para su mejor comprensión se ha dividido la fauna del municipio en dos grandes dominios, la primera del dominio altiplánico y de valles interandinos, característicos en el valle de La Paz, y el otro de dominio yungueño-amazónico, propios de valle de Zongo. Durante este estudio y otros realizados en diferentes sitios del Municipio de La Paz se ha realizado registros de la fauna, principalmente de la fauna considerada como Objetos de Conservación (OC) y entre los cuales resalta la presencia de la Vizcacha ( Lagidium viscacia) para diferentes sitios en el Valle de La Paz y un registro notable de Taruja ( Hippocamelus antisiensis) al límite sureño del municipio de La Paz. Similarmente, en el Valle de Zongo se destaca la presencia de anfibios amenazados, una carachupa ( Didelphis albiventris), y en las proximidades de la Laguna Milluni, una ave acuática amenazada, la Gallareta Gigante ( Fulica gigantea). Finalmente, en las planicies altiplánicas de Huaripampa se registro al Zorro Andino ( Lycalopex culpaeus), a partir de heces (Mapa 3.6.1.1.1).
3.6.1 Fauna del Valle de La Paz
3.6.1.1 Mamíferos
La fauna de mamíferos del Valle de La Paz, corresponde a la región biogeográfica de las provincias Altoandina y Puneña, ubicada entre los 3200 y los 4400 m, con algunos géneros típicos como Lagidium, Ctenomys, Lama y Lycalopex. Entre los grupos con mayor riqueza se encuentran los roedores con 18 especies, seguido de los carnívoros y quirópteros, con cuatro especies, respectivamente (Tabla 3.6.1.1.1). Algunas especies como la Rata Cola de Pincel, ( Octodontomys gliroides) (Anexo 3.2: Fotografía 47), se encuentran en hábitats específicos como cardonales o cactáceas de los valles secos interandinos.
Se destaca el redescubrimiento de una población de ¨Tarujasö Venado Andino ( Hippocamelus antisienis), así como de registros indirectos como (astas o cuernos y la presencia de heces en las laderas) (Anexo 3.2: Fotografía 50). La Taruja; anteriormente mencionado como una especie En Peligro a nivel nacional, fue observada en el límite sur del Municipio de La Paz colindante con el Municipio de Mecapaca.
Mapa de las especies de fauna registradas como objetos de conservación en el Municipio de La Paz.
Lista de mamíferos registrados en el área del Valle de La Paz y/o áreas circundantes, Municipio de La Paz, Provincia Murillo (La Paz), Bolivia.
3.6.1.2 Aves
La avifauna del Valle de La Paz ha sido ampliamente estudiada en diferentes regiones de la hoyada. Ribera (1991), compilo la composición de las comunidades de aves de la ciudad de La Paz y alrededores, llegando a registrar 116 especies. Garitano & Gismondi (2003) realizaron un estudio sobre la variación de la riqueza y diversidad de la ornitofauna en áreas verdes urbanas de la ciudades de La Paz y El Alto (Bolivia). Martínez et al. (2010) han realizado observaciones e inventarios de aves en 30 localidades de la ciudad de La Paz durante el periodo 1996-2003, y en 2009 se estudio la avifauna de Llacasa durante quince días intensivos, habiéndose registrado 136 especies en las 31 localidades en total (Tabla 3.6.1.2).
Lista de las aves del Valle de la ciudad de La Paz y regiones aledañas, Provincia Murillo, La Paz, Bolivia
En general, la fauna es típica de la región andina con algunos elementos de valles interandinos principalmente. Es importante considerar la avifauna asociada a ambientes urbanizados y otros elementos que son exclusivamente de formaciones vegetales autóctonas en áreas periurbanas. Algunas aves típicas en el Valle de La Paz son el Carpintero Andino ( Colaptes rupicola) (Anexo 3.2: Fotografía 45) y la paloma "Kurukuta" ( Metriopelia ceciliae) (Anexo 3.2: Fotografía 57), mientras que en ambientes acuáticos se encuentran el visitante estacional, ¨Pato Cuervo¨ ( Phalacrocorax olivaceus) (Anexo: 3.2 Fotografía 49), y entre otras, el Ibis de la Puna ( Plegadis ridgwayi) y el Pato Gigante ( Lophonetta specularioides) (Anexo 3.2: Fotografía 58).
3.6.1.3 Anfibios
La riqueza de anfibios en el Valle de La Paz no es grande, sólo se cuentan con seis especies (Ergueta 1991, Tabla 3.6.1.3.1). Muchos anfibios se ven seriamente amenazados por la pérdida de hábitat. Es el caso de la Rana Verde ( Hyla pulchella), que hasta 20 años atrás, se la podía encontrar en ciertas lagunas y jardines de Cota Cota, actualmente son raras. Una pequeña población persiste en una laguna artificial del jardín botánico de Cota Cota. Muchas lagunas de Cota Cota (incluso las del campus universitario) se han secado por el avance de la mancha urbana, construcciones civiles y edificaciones de las carreras universitarias. Dos lagunas del campus universitario de Cota Cota, con alta productividad primaria, presencia de macrófitas como la totora ( Schoenoplectus californicus var. tatora), actualmente se ven seriamente amenazadas y prácticamente en proceso de desertificación.
Lista de anfibios del Valle de La Paz y regiones aledañas, Municipio de La Paz, Provincia Murillo, La Paz, Bolivia.
3.6.1.4 Grupos de Vertebrados Menores
Entre los grupos de fauna de vertebrados de menor diversidad en el Valle de La Paz se encuentra los peces y reptiles. Entre los peces, solo una especie ( Orestias agassii) se encuentra en el Valle de La Paz; encontrado en las lagunas Jachcha Khota, Huni, Murmuntani y Limani (Sarmiento, 1991), a las que debe añadirse, las laguna Charan Khota de Achocalla y la laguna Pampalarama, registradas durante este estudio. En el caso de reptiles, solo cinco especies (tres lagartijas y dos culebras). Entre las lagartijas ( Liolaemus alticolor alticolor, Liolaemus alticolor walkeri, Liolaemus multiformis multiformis) y las culebras ( Leptotyphlops albifrons y Tachymenis peruviana) (Baudoin & Pacheco, 1991). En 1998, se registró en Mecapaca una nueva especie para el Valle de La Paz y el departamento de La Paz, registrada como cf. Liophis andinus (Stephen Reichle 2002, com. pers.) (Fotografía 3.6.1.4.1), en un lecho de río tributario al Rio La Paz (O. Martínez, no publicado).
Un ejemplar de la culebra (cf. Liophis andinus), Una especie nueva para el Valle de La Paz y para el departamento de La Paz, obtenido en un lecho de rio estacional tributario del Rio La Paz, en la localidad de Mecapaca
(Fotografías: Omar Martínez).
3.6.1.5 Entomofauna
Poco se conoce de los insectos del Valle de La Paz y áreas aledañas. Existen algunos estudios para ciertas especies en particular o grupos selectos, como el de Forno (1988), para mariposas (Rhopalocera); el de Altamirano (1991) para la Abeja Carpintera ( Xylocopa hirsutissima); el de Hurtado & Miranda (2010) para odonatos ó libélulas ( Aeshna spp. y Sympetrum spp.) en lagunas del campus universitario de Cota Cota. Yevara (2000), describió las variaciones morfológicas y ecológicas de un lepidóptero hespérido ( Metardaris cosinga). Este mismo lépidóptero fue estudiado, analizando sus efectos en plantas de pino ( Pinus radiata) de la zona de Bolognia (Estévez, 2000). Arandia et al (2010), estudiaron el ciclo de vida de mariposas nocturnas ó polillas (familia Noctuidae) en el jardín botánico de Cota Cota, La Paz. Se conocen de algunos estudios relacionados a grupos selectos como las mariposas (Forno, 1991) e insectos polinizadores como las abejas y avispas (himenópteros) (Altamirano, 1991), cuyos datos se muestran en la Tabla 4. Entre las mariposas típicas del Valle de La Paz figuran Junonia vestinia livia (Anexo 3.2: Fotografía 51).
Lista de la entomofauna (mariposas e insectos polinizadores) del Valle de La Paz y regiones aledañas, Municipio de La Paz, Provincia Murillo, La Paz, Bolivia.
3.6.2 Fauna del Valle de Zongo hasta Zongo-Choro
3.6.2.1 Mamíferos
Combinando observaciones realizadas durante este estudio y mediante otros estudios para grupos selectos como roedores (Bernal, 1996), murciélagos (Loayza et al., 2006), y otros estudios para comunidades de mamíferos medianos y grandes (Rios-Uzeda, 1999, 2001; Roldán, 2001) se ha levantado una lista de 68 especies para el Valle de Zongo y tierras bajas del municipio de La Paz (Tabla 3.6.2.1.1). Los endemismos de mamíferos en la región son considerables, entre ellos destacamos, la Carachupa de Zongo ( Marmosops creightoni), especie endémica de Bolivia, descubierta cerca de la planta hidroeléctrica de Saynani en el Valle del Río Zongo a 2500 m de altitud (Voss et al., 2004).
Lista de mamíferos registrados en el área del Valle de Zongo y/o áreas cicundantes, Municipio de La Paz, Provincia Murillo (La Paz), Bolivia.
Otra especie de marsupial es la Comadreja de Aceramarca ( Gracilianus aceramarcae), que solo ha sido registrado en el departamento de La Paz y la región, cuyos especímenes colectados en el Valle de Zongo y en Llamachaqui fueron en bosque húmedo montano (Salazar-Bravo et al., 2002; Tarifa & Solari, 2009). En Bolivia sólo se conoce seis localidades para Gracilianus aceramarcae en la vertiente oriental de los Andes del departamento de La Paz, incluyendo la localidad tipo en el Valle de Unduavi, Río Aceramarca (Tate, 1931; Anderson 1997; Salazar-Bravo et al., 2002; Tarifa & Solari, 2009). En 2002, otro marsupial identificado como Micoureus constantiae (Sergio Solari 2012, com. pers.), fue encontrado en los predios de la Estación Biológica Tunquini (Fotografía 3.6.2.1.1), que colinda con el Municipio de La Paz.
Otro registro interesante en este estudio fue el de la Carachupa o Chayi ( Didelphis albiventris), que localmente, no es tan común como la Carachupa ( Didelphis marsupialis) y que fué encontrada muerta (atropellada) en el camino cerca a la planta hidroeléctrica de Chururaqui. Existen pocos registros de la especie para el valle de Zongo y se contaría con un especímen para la región de Anderson (1997).
Mediante entrevistas, se evidenció que mamíferos grandes como la Anta ( Tapirus terrestris), han sido eliminados de la región. Allá por 1963, cuando recién se asentaban en la comunidad de Monteverde, había mucha Äntaën el monte y con relación al Tigre ( Panthera onca), hace muchos años (aprox. 10 años) habría atacado a una vaca preñada en Monteverde (Felisa Cusi 2012 - comunidad Monteverde, com. pers.). Otro anciano poblador indico que hace dos semanas atrás de nuestra entrevista (29 de julio de 2012) observaron un Tigre ( Panthera onca) por Exaltación (Bernabé Alcón 2012 – comunidad Gral. Pérez, com. pers.).
El Marmosa ( Micoureus constantiae), un pequeño marsupial, encontrado en la Estación Biológica Tunquini, departamento de La Paz
(Fotografía: Omar Martínez).
3.6.2.2 Aves
Las avifauna del Valle de Zongo y Zongo-Choro es de amplio domino yungueño-amazónico. Combinando los datos de la Estación Biológica Tunquini que fue parte del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata, los datos de otros autores (Sagot, 1999; Vidaurre et al., 2006; Martínez & Rechberger, 2007 y Martínez, 2010), y las registradas en este estudio, se cuentan con 305 especies de aves para estos dos distritos yungueño-amazónicos del Municipio de La Paz (Tabla 3.6.2.2.1). Sin embargo, se esperan que al menos 450 especies de aves potenciales existan en el municipio de La Paz y áreas circundantes de acuerdo con los mapas de distribución de las especies de aves. Entre las aves típicas en bofedales se encuentran la Dormilona Gris ( Muscisaxicola griseus) (Anexo 3.2: Fotografía 68), si como el Älkamari¨ ( Phalcoboenus megalopterus) (Anexo 3.2: Fotografía 71); en áreas abiertas de bosque secundario, el Gallinazo de Cabeza Roja ( Cathartes aura) (Anexo 3.2: Fotografía 77), y en ambientes ribereños, la Golondrina de Faja Blanca ( Atticora fasciata) (Anexo 3.2: Fotografía 83).
Lista de las aves registradas en el Valle de Zongo y Zongo-Choro, Provincia Murillo, La Paz (Bolivia).
3.6.2.3 Anfibios
La fauna de anfibios del Valle de Zongo, fácilmente dobla en riqueza con relación a la del Valle de La Paz, con 15 especies (Cortez, 2011) pero todas circunscritas a un gradiente de 4800 a 1800 m (Tabla 3.6.2.3.1). Se detacan los endemismos de anfibios con seis especies, tres para tierras altas ( Telmatobius bolivianus, Telmatobius verrucosus, Psychrophrynella chacaltaya) y otras tres para tierras bajas en Yungas ( Oreobates zongoensis, Noblella sp. y Yunganastes bisignatus) en el Valle de Zongo. Similarmente, otras especies endémicas en áreas circundantes al municipio de La Paz como el Sapo Silbador de Pongo ( Psychrophrynella wettsteini), cuyo hábitat discurre a lo largo del camino precolombino de El Choro; lo cual la hace una región importante para la conservación de este grupo.
Lista de los anfibios del Valle de Zongo y otras especies de probable presencia en áreas circundantes (al norte), Municipio de La Paz, Departamento de La Paz, Bolivia. <
Por otra parte, poco se conoce de regiones distantes en las cotas mas bajas del sector de Zongo-Choro, como Nogalani-Ipiro, Apana y Monteverde. Pacheco (2010, 2012) ha realizado estudios en localidades circundantes al norte del municipio de La Paz, como Suapi-Quellkata, Incahuara-Caranavi y cerca a Chulumani (sitios 16, 17, 18; Tabla 3.6.2.3.1), algunas de las especies de anfibios tambien han sido registradas en el Valle de Zongo (Cortez, 2011), pero otras son nuevas para el municipio de La Paz y de probable ocurrencia en la misma, dada la continuidad y cercanía de las localidades como el caso de Rana de Cristal ( Nymphargus cf. pluvialis) (Foto 18), una especie En Peligro (EN) de extinción (Reichle & Aguayo, 2009), ), asi como de otra Rana de Cristal ( Hyalinobatrachium bergeri) (Anexo 3.2: Fotografía 76), ambas encontradas en el tramo de Suapi a Quellkhata (Pacheco 2010) que conduce a las localidad de Santa Rosa de Quilo Quilo todavía en el municipio de Coroico y luego las localidades de Cruzani, Tiquiri e Ipiro-Nogalani, ya en el Municipio de La Paz.
El Rana ( Nymphargus cf. pluvialis), registrada en el tramo Suapi-Quellkhata, que conduce a Ipiro-Nogalani, ya en territorio del Municipio de La Paz
(Fotografía: Mauricio Pacheco).
3.6.2.4 Peces
Uno de los grupos menos conocidos en el Valle de Zongo es el de los peces. Aunque especialistas en este grupo indican que es común en la cuenca alta de Zongo, la presencia de ciertos elementos piscícolas introducidos como la trucha ( Oncorhynchus spp . ), asi como en otros sitios del municipio de La Paz como Pongo (F. Osorio 2012, com. pers.). En la laguna Viscachani del Valle de Zongo y otros cursos de agua como Pongo, se han visto truchas, en este último sitio se realizan actividades de pesca por turistas y visitantes (O. Martinez, obs. pers.).
La ictiofauna de cursos de aguas río abajo, como el Rio Zongo y tributarios aguas abajo es poco conocida. Sin embargo, para fines comparativos en la cuenca baja del Rio Huarinilla, parte del colindante PN ANMI Cotapata, se ha realizado un inventario encontrándose al menos ocho especies (Miranda-Chumacero, 2006) (Tabla 3.6.2.4.1), que por las características del tipo de bosque y continuidad de la vegetación y rangos altitudinales, son especies potencialmente existentes en el área de estudio. Estivariz (2007), describe la variación en la morfología, reproducción y dieta de Astroblepus (Astroblepidae) y Hemibrycon (Characidae) en un gradiente de los ríos Suapi y Huarinilla de La Paz.
Lista de los peces de la Cuenca baja del Río Huarinilla (PN ANMI Cotapata) de probable presencia en el Valle de Zongo y regiones aledañas, Municipio de La Paz, Provincia Murillo, La Paz, Bolivia.
3.6.2.5 Artrópodos
El Phylum Arthropoda a nivel global, incluye a insectos, arañas, crustáceos, centípedos y otros como los saltamontes u ortópteros (Anexo 3.2: Fotografía 86), de los cuales cerca a 875.000 especies de artrópodos han sido descritos, particularmente insectos con 751.000 especies conocidas; siendo los coleópteros (escarabajos) los mas representativos con 290.000 especies, seguido de los lepidópteros (mariposas) con 112.000 especies, himenópteros (abejas y hormigas) con 103.000 especies, dípteros (mosquitos y moscas) con 98.500 especies y los hemípteros (chinches) con 82.000 especies (Wilson, 1992). Sin embargo, a nivel global solo se conoce poco mas del 18% de las especies de insectos, quedando mucho por estudiar y descubrir especies para la ciencia.
Las mariposas son excelentes bioindicadoras del estado de salud de los ecosistemas naturales, reflejan las condiciones de conservación ya que tienen estrecha relación planta-animal, dependiendo exclusivamente de la vegetación la mayor parte de su ciclo (Valdivia et al., 2010). Los Yungas de Bolivia son conocidos como un centro de dispersión de mariposas, particularmente el Municipio de Coroico y áreas circundantes. En la estación Biológica Tunquini, parte del área protegida PN ANMI Cotapata y colindante con el municipio de La Paz, se han registrado 392 especies de mariposas distribuidas en 6 familias: Nymphalidae (216 especies), Hesperiidae (64), Riodinidae (40), Pieridae (39), Lycaenidae (25) y Papilionidae (8), respectivamente (Valdivia et al., 2010). Guerra (2010) describe las mariposas diurnas y nocturnas de amplia didtribución en los Yungas de La Paz (Tabla 3.6.2.5.1). Entre ellas se destaca la presencia de la Polilla Gigante ( Arsenura syl a); ésta es la segunda polilla más grande del Neotrópico, con más de veinte centímetros de envergadura y fue encontrada en el Arroyo Suapi (Pacheco, 2010) (Fotografía 3.6.2.5.1) o la mariposa ( Hamadryas fornax) observada en Monteverde (Anexo 3.2: Fotografía 87).
La Polilla Gigante ( Arsenura sylla), registrada en el Arroyo Suapi, cerca al territorio del Municipio de La Paz (Fotografía: Mauricio Pacheco).
Lista de la entomofauna (mariposas diurnas y nocturnas) del Valle de Zongo y regiones aledañas, Municipio de La Paz, Provincia Murillo, La Paz, Bolivia.
Algunos estudios desarrollados en bosque montanos de Yungas, incluyen, la diversidad de escarabajos coprófagos en el PN ANMI Cotapata (Conchari, 2007; Ubidia-Montoya, 2007).
3.6.3 Uso de la Fauna
En el Municipio de La Paz, la fauna y derivados de la misma son utilizados para diferentes fines (mágicos, alimenticios, medicinales ó como mascotas). El principal uso de la fauna es como alimento como una forma de obtener proteína animal, pero en calidad de alimento de subsistencia (Tabla 3.6.3.1).
Especies de fauna silvestre, utilizadas para diferentes fines en el área del Municipio de La Paz (La Paz), Bolivia.
*Son las siglas en ingles de la Convención Internacional del Tráfico y Comercio de las especies de fauna silvestre.
La caza de subsistencia familiar a veces se entremezcla con una obtención de presas destinadas parcial o totalmente a los comercios de carne, locales o regionales (para otras familias de la comunidad, para otras comunidades o para restaurantes), esto también como parte de las estrategias de supervivencia familiar de los cazadores, haciéndose selectiva, hacia presas preferenciales como taitetúes, agutíes (jochis) o venados, lo cual obliga a los cazadores que abastecen regularmente carne a terceros, a ingresar a lugares más alejados del monte (Ribera, 2008). En el valle de La Paz, los campesinos eventualmente cazan animales dañinos para la cosecha, como en el caso de la liebre ( Lepus europaeus) o el hurón ( Galictis cuja), animales considerados plaga de las cosechas, a lo largo de las regiones de cultivos agrícolas de Chinchaya, Chicani, y más comunes en Mecapaca y Rio Abajo. Una actividad que se ha detectado en ciertas regiones del valle de La Paz, es el de la cacería furtiva por parte de personas citadinas que suelen recorrer ciertos lugares como la Muela del Diablo o sectores del Rio La Paz, como Ananta, Llacasa para cazar animales como las vizcachas o perdices. En una oportunidad encontramos municiones de escopeta en las inmediaciones de la meseta de Llacasa, donde también encontramos municiones del ejército, en este sector como en Achocalla solían frecuentar los militares para hacer revista y para alimentar a la tropa, a menudo frecuentando la caza de animales silvestres.
El uso de fauna por pobladores locales y gente que trabaja en las diferentes plantas hidroeléctricas del Valle de Zongo es prácticamente nulo. La gente caza ocasionalmente animales de monte en sus faenas agrícolas, pero no existe búsqueda intensiva de presas por cazadores estrictos. Donde sí, se evidencia caza de animales de monte, aunque aparentemente no a gran escala es en el sector de Zongo-Choro, Monteverde y Apana, donde existen asentamientos de gente proveniente del Altiplano y cooperativas mineras que además de la pesca, frecuentan actividades de caza de animales silvestres. En estas localidades se suelen tener en las casas ciertos animales como loros y monos en calidad de mascotas. En general, la carne de monte cosechada por los pobladores es considerada como alimento de subsistencia.
3.7 IDENTIFICACIÓN DE LAS ESPECIES A MONITOREAR (OBJETOS DE MONITOREO) Y SUS AMENAZAS
Las especies indicadoras (o bioindicadores) son aquellos organismos (o restos de los mismos) que ayudar a descifrar cualquier fenómeno o acontecimiento actual (o pasado) relacionado con el estudio de un ambiente, ayudándonos a determinar alteraciones medioambientales. En general, aquellas que tienen estrechos rangos de tolerancia son mejores indicadores; esto quiere decir que las especies vegetales o animales más susceptibles a los cambios son los mejores bioindicadores (CONAMA, s/a.).
Paralelamente, es preciso conocer el concepto de monitoreo como la colección y análisis de observaciones repetidas o medidas para evaluar cambios en la condición y progreso hacia la obtención de un objetivo de manejo (Elzinga et al., 2001). Aguilar (1997) señala que los bioindicadores se caracterizan por sus posibilidades de previsión en el tiempo, es decir, permiten predecir el comportamiento climático a corto, mediano y largo plazo; pero una mayoría son específicos en este sentido, como por ejemplo los zooindicadores, que predicen a corto plazo.
En este contexto, tomando en cuenta las amenazas a los recursos hídricos y la calidad de aguas del Municipio de La Paz, se ha priorizado un análisis exhaustivo de las especies de fauna a monitorear con una estrecha asociación a los ambientes acuáticos. En este estudio se ha determinado que los objetos de conservación, que según su importancia de conservación son aquellas especies suceptibles a la extinción, porque son principalmente especies amenazadas, raras o endémicas con una considerable reducción de su hábitat y por otra parte son altamente susceptibles a fenómenos de cambio climático. Sin embargo, no todas las especies u objetos de conservación pueden ser monitoreadas porque precisamente son raras. Una especie a monitorear debe tener la misma chance de ser observada durante las diferentes réplicas. Para la selección de la especies a monitorear se ha tomado en cuenta el análisis de sensibilidad de las especies, la asignación de valores conservativos de las mismas y la bibliografía. A continuación presentamos los objetos de monitoreo:
3.7.1 Objetos de Monitoreo
3.7.1.1 Objeto de Monitoreo 1: Comunidad de Macroinvertebrados de las Lagunas Altoandinas
Los macroinvertebrados son utilizados como organismos bioindicadores que permiten evaluar y monitorear la calidad de aguas (Rosenberg & Resh, 1993; Molina, 2004; Rocabado & Goitia, 2011). Los macroinvertebrados acuáticos, tienen un tamaño relativamente grande y pueden ser vistos a simple vista (no < a 0,5 y normalmente > a 3 mm) (CONAMA s/a). Rosenberg & Resh (1993) indican que los macroinvertebrados son de tamaño grande (miden entre 2 mm hasta 30 cm). Estos comprenden principalmente artrópodos, entre los que encontramos crustáceos e insectos (son los más abundantes, sobre todo sus formas larvarias): Ephemeroptera, Plecoptera, Trichoptera, Coleoptera, Odonata y Diptera; también se encuentran oligoquetos, hirundineos y moluscos (Anexo 1).
Rocabado & Goitia (2011), indican que la gran diversidad taxonómica, tipo de alimentación y sus diferentes ciclos de vida hacen de los macroinvertebrados, buenos indicadores de la calidad ecológica de los ríos y fuentes de agua, ya que ofrece un amplio espectro de respuestas a las diferentes perturbaciones ambientales, entre ellos destacan los macroinvertebrados bentónicos (organismos que habitan el fondo de los ríos o lecho fluvial) y estos organismos son utilizados como indicadores biológicos por las siguientes razones:
- Son de amplia distribución, abundantes y de fácil recolección por su tamaño que los hace visibles a simple vista.
- Se encuentran en todos los sistemas acuáticos, favorecen los estudios comparativos. La taxonomía de varios grupos es conocida y su identificación es menos compleja comparada con grupos inferiores como algas, bacterias u hongos.
- La técnica de muestreo es relativamente sencilla y con equipos poco costosos.
- Existen numerosos métodos para el análisis de datos, incluyendo índices bióticos y de diversidad, los cuales han sido utilizados ampliamente en biomonitoreo a nivel comunitario y de respuestas individuales.
- Luego de una perturbación al medio acuático, requieren un tiempo mínimo para su recuperación.
Entre estos organismos se encuentran el grupo de los macroinvertebrados bentónicos, que son organismos que habitan el fondo de sistemas acuáticos, nos sirven como indicadores biológicos por:
- Su gran diversidad y son consideradas especies con diferentes niveles de tolerancia a la contaminación.
- Su muestreo e identificación es sencillo.
- Duración de sus vidas en torno a un año, por lo que nos da una información amplia de lo que ha pasado en el curso de agua (lago o río). Por ejemplo, si hay un vertido tóxico a los días la corriente arrastrará los contaminantes y los análisis fisicoquímicos mostrarán el agua en buenas condiciones, pero los animales seguirán afectados.
Un primer grupo es representado por los macroinvertebrados vulnerables o altamente sensibles a la contaminación de los ecosistemas acuáticos y se consideran los más sensibles a las condiciones físico-químicas y calidad de las aguas; en este grupo se debe tener mayores recaudos al momento de identificar y realizar los muestreos (Tabla 3.7.1.1.1).
Macroinvertebrados bioindicadores de la calidad de aguas, considerados Ältamente sensiblesö vulnerables (grupo 1) a la contaminación en humedales del Municipio de La Paz.
Los grupos más sensibles a las alteraciones del ecosistema son las larvas acuáticas de los insectos Trichoptera, Ephemeroptera, Plecoptera, y las larvas y adultos del orden Coleoptera (Tabla 3.7.1.1.1). Estos insectos son ältamente sensiblesä la contaminación y a la degradación de los ambientes acuáticos (Rocabado & Goitia, 2011).
El segundo grupo de macroinvertebrados, considera a los organismos acuáticos considerados älgo tolerantesä la contaminación de las aguas, su muestreo nos da la pauta de la calidad de las aguas con contaminación intermedia (Tabla 3.7.1.1.2). Finalmente, consideramos al grupo de organismos macro-invertebrados considerados ¨tolerantesä la contaminación, un predominio de estas comunidades de macroinvertebrados indica ambientes acuáticos altamente contaminados (Tabla 3.7.1.1.3). Este grupo es altamente resistente a la contaminación orgánica y en ella se encuentran los gusanos (Olygochaeta), larvas de mosquitos (Diptera) y moluscos (Mollusca) (Rosenberg & Resh, 1993; Rocabado & Goitia, 2011). Alonso & Camargo (2005) indican que entre las estrategias de los organismos para soportar estas condiciones se encuentran la alta tolerancia a compuestos tóxicos o la corta duración de sus ciclos de vida, lo que les permite soportar condiciones adversas.
Macroinvertebrados bioindicadores de la calidad de aguas, considerados Älgo tolerantes¨ (grupo 2) a la contaminación en humedales del Municipio de La Paz.
Macroinvertebrados bioindicadores de la calidad de aguas, considerados ¨tolerantes¨ (grupo 3) en humedales del Municipio de La Paz.
3.7.1.2 Objeto de Monitoreo 2: Comunidad de Anfibios de los Humedales Altoandinos y a lo Largo del Río Zongo en un Gradiente Altitudinal
Desde el año 1980 se está registrando una dramática disminución en las poblaciones de anfibios de todo el mundo, con extinciones locales especialmente en zonas de montaña, siendo considerada como la principal causa de declinación el cambio climático global (Aparicio & Ríos, 2010). El monitoreo del cambio climático en el país es reciente y dirigido principalmente a la emisión de gases de efecto invernadero, no existen ningún proceso de observación sistemática ordenada sobre el efecto de este cambio en la biodiversidad faunística, que es fundamental para los programas de conservación. Los anfibios por su ciclo de vida bifásico, son sensibles a los cambios en las condiciones climáticas de sus hábitats, actuando como bioindicadores de la salud de los ecosistemas. Una experiencia con el monitoreo de 26 especies de anfibios se esta realizando en cuatro localidades del ANMI Apolobamba (Aparicio & Rios, 2010).
Comunidades de anfibios como bioindicadores de la calidad de aguas, considerados para monitoreo biológico en humedales del Municipio de La Paz.
En este contexto se hace muy importante y justificable realizar el monitoreo de las comunidades de anfibios en el Municipio de La Paz, puesto que se encuentran muy estrechamente asociados a ambientes acuáticos y cuya calidad de aguas es crucial para la supervivencia de los anfibios y por consiguiente la preservación de su hábitat. En este sentido, las comunidades de anfibios del Valle de Zongo, revisten mucho interés para la conservación, puesto que existen 15 especies registradas en la región: Rhinella leptoscelis (Fotografía 3.7.1.2.1), R. poepiggi (Fotografía 3.7.1.2.2), Telmatobius bolivianus (Fotografía 3.7.1.2.3), T. marmoratus (Fotografía 3.7.1.2.4), T. verrucosus (Fotografía 3.7.1.2.5), Hyloscirctus armatus (Fotografía 3.7.1.2.6), Hypsiboas balzani (Fotografía 3.7.1.2.7), Pleurodema marmoratum (Fotografía 3.7.1.2.8), Anexo 3.1.20), Noblella sp. (Fotografía 3.7.1.2.9), Oreobates zongoensis (Fotografía 3.7.1.2.10), Pristimantis danae (Fotografía 3.7.1.2.11), P. fenestratus (Fotografía 3.7.1.2.12), P. platydactylus(Fotografía 3.7.1.2.13), Psychrophrynella chacaltaya (Fotografía 3.7.1.2.14) y Yunganastes bisignatus (Fotografía 3.7.1.2.15). Del total de anfibios, seis especies son endémicas (Cortez, 2011), de ellas tres especies ( Telmatobius bolivianus, Telmatobius verrucosus y Psycrophrynella chacaltaya) se encuentran en el Piso Altoandino y parámico y otras tres ( Noblella sp., Oreobates zongoensis, Yunganastes bisignatus) en los Bosques Húmedos de Yungas (Tabla 3.7.1.2.1). Normalmente, las especies endémicas tienen estrechos rangos e distribución o mejor dicho su distribución es restringida, razón por la cual se las considera susceptibles a la extinción, por la pérdida de su hábitat. Todos estos aspectos las hacen principales candidatos como bioindicadores u objetos de conservación y monitoreo.
3.7.1.3 Objeto de Monitoreo 3: Dos Especies de Aves Simpátricas: El Pato de las Torrenteras ( Merganetta armata) y el Mirlo de Agua ( Cinclus leucocephalus), Asociadas a Habítats Acuáticos de Torrenteras y la Gallareta Gigante ( Fulica gigante) en Lagunas Altoandinas
El Pato de las Torrenteras ( Merganetta armata), otra especie categorizada a nivel global como de menor riesgo (BirdLife International, 2009) y al igual que el Mirlo de Agua ( Cinclus leucocephalus), son especies consideradas bioindicadoras de la calidad de hábitat y ambientes acuáticos no contaminados (Tyler & Tyler, 1996).
El Pato de las Torrenteras (Fotografía 3.7.1.3.1) se distribuye a lo largo de los Andes desde Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y la Argentina, desde los 300 hasta los 4600 m. Usualmente son vistos sobre rocas gigantes en las riberas de ríos torrentosos; poseen una gran capacidad para desafiar los rápidos, pero generalmente se mantienen cerca a las rocas y también entre la vegetación ribereña (Fjeldså & Krabbe, 1990). Se alimenta de insectos y moluscos (Rocha et al., 2012); sumergiéndose entre las corrientes, raramente vuela, cuando lo hace es corto por tramos sobre el río, a veces se sumerge enteramente en caso de peligro.
El Pato de la Torrenteras ( Merganetta armata) (a la izquierda la hembra), una especie con cierta amenaza a nivel global, altamente asociado a fuertes corrientes de agua en ríos de montaña con cobertura boscosa (Fotografía: Daniel Alarcón).
El Mirlo de Agua (Fotografía 3.7.1.3.2), se extiende desde la vertiente este de los Andes de Venezuela hasta el centro de Bolivia (Fjeldså & Krabbe, 1990), entre los 400 a 4100 m en Bolivia (Rocha et al., 2012). Forrajea sobre riscos musgosos y húmedos sobre los arroyos y torrentes de montaña en terrenos pedregosos, rocas aluviales gigantescas, cursos de río, pero raramente nada y nunca se lo ha registrado buceando (Fjeldså & Krabbe, 1990). Vuela bajo pero rápidamente haciendo zumbar las alas. Apunta el pico hacia arriba cuando se siente amenazado. Se lo ha observado a lo largo de arroyos de corriente rápida, en cursos de aguas claras de regiones húmedas y semi-húmedas, a menudo en orillas arboladas.
El Mirlo de Agua ( Cinclus leucocephalus), una especie estrechamente asociado a corrientes de agua en torrenteras de montaña en el Valle de Zongo
(Fotografía:Daniel Alarcón).
La Gallareta Gigante (Fotografía 3.7.1.3.3a), se distribuye desde en centro de Perú, pasando por el occidente de Bolivia hasta el Lago pozuelos en Jujuy al noroeste de la Argentina y norte de Chile (Fjeldså & Krabbe, 1990). Normalmente quieto y confidente y usualmente en parejas o familias y defiende vigorosamente su territorio y a menudo cruza las aguas corriendo y batiendo las alas (Fjeldså & Krabbe, 1990). Es una especie amenazada en la categoría de Vulnerable y considerada según los censos neotropicales de aves acuáticas como una especie menos abundante y rara en relación a Fulica cornuta y no se tienen medidas de conservación a nivel nacional de la especie (Quiroga & Rocha, 2009). Habita lagunas poco salobres en el piso Altoandino del Valle de Zongo y Hampaturi con vegetación acuática sumergida compuesta por Myriophillum, Potamogeton, Ruppia, Chara y algas filamentosas, constituyéndose el alimento y material para la construcción de sus nidos y se la considera altamente sensible a la contaminación de los ambientes acuáticos por efectos de la minería y diques de colas. Otra amenaza es la recolección de huevos por los pobladores locales (Quiroga & Rocha, 2009). En el área del Municipio de La Paz fue registrado en la Laguna Huaña Khota en el piso Altoandino del Valle de Zongo cerca al Lago Milluni (Fotografía 3.7.1.3.3b).
a)
b)
a) La Gallareta Gigante ( Fulica gigantea), una ave amenazada categorízada como Vulnerable, fue registrada en la Laguna Huaña Khota.
b) Laguna Huaña Khota(complejo), cerca al campamento de Huayna Potosí
(Fotografías: Omar Martínez).
3.7.1.4 Objeto de Monitoreo 4: La Vizcacha ( Lagidium viscacia)
La Vizcacha ( Lagidium viscacia), es un roedor de tamaño mediano (1-3 kg de peso), miembro de la familia Chichillidae, propia de Sudamérica (Rowlands, 1974; Mann, 1978). La vizcacha se distribuye en Los Andes desde el extremo sur de Perú, el oeste y sur de Bolivia, norte y centro de Chile hasta el oeste de Argentina (Nowak, 1999; Betancourt & Saavedra, 2002). En Bolivia se reconocen tres subespecies de Lagidium viscacia: L. v. cuscus, L. v. cuvieri y L. v. perlutea (Tarifa et al. 2004). La subespecie presente en la ciudad de La Paz y sus alrededores es L. v. cuvieri que se distribuye en los departamentos de La Paz y Oruro (Anderson, 1997) (Fotografía 3.7.1.4.1).
La Vizcacha ( Lagidium viscacia), una especie con cierta amenaza de extinción local en el Valle de La Paz por la pérdida de su hábitat debido al avance de la mancha urbana
(Fotografía: Omar Martínez).
Siendo una especie común en la región andina de Bolivia, aunque no se asocia a sistemas acuáticos, el hecho que la califica como especie objeto de monitoreo en este estudio, es la pérdida de hábitat de ésta especie en el valle de La Paz, cuya amenaza radica en el avance de la mancha urbana que en muchas zonas como Mallasa, Achumani, Cerro Kellumani, su hábitat se ha reducido significativamente y en muchos casos, las vizcachas han adoptado nuevos tipos de hábitat con barrancos y quebradas abruptas compuestas de suelo arcillosos de origen glaciar ( löss) como en Cota Cota, Cerro Kellumani y Pedregal en la zona sur de La Paz (Tarifa et al., 2004).
3.7.2 Métodos de monitoreo para los objetos de conservación.
3.7.2.1 Objeto de monitoreo 1: Comunidad de macroinvertebrados de las lagunas altoandinas
3.7.2.1.1 Sitios a muestrear
En la Tabla 3.7.2.1.1.1, se muestran los humedales propuestos para realizar muestreos de macroinvertebrados acuáticos, en los humedales más representativos del valle de La Paz. En total son 26 humedales, la mayoría son lagunas de altura, principalmente en la cuenca alta del Valle de Zongo (5 lagunas) y en las cotas mas bajas se proponen dos lagunas ubicadas en la localidad de Achocalla.
Humedales Propuestos del Municipio de La Paz para Monitoreo de Macroinvertebrados.
3.7.2.1.2 Materiales
- Lupa
- Bandeja plástica (con profundidad de preferencia blanca o amarilla)
- Tapa plástica de un frasco de boca ancha.
- Red para insectos
- Guantes de goma (de lavandería o de los médicos).
- Botas de agua (recomendable)
- Claves e ilustraciones de identificación.
- Papel.
- Tamizadores.
- Pinzas.
- Frascos de plástico con tapa rosca (250 ml).
- Lápiz.
- Cámara fotográfica.
3.7.2.1.3 Desarrollo del Método
Se propone elegir cuatro zonas de un cuerpo de agua, dependiendo de la superficie del cuerpo de agua (laguna, bofedal o río). Antes de comenzar a muestrear, se debe mirar desde la orilla la superficie del agua para ver si hay macroinvertebrados nadando en ella, si es así se debe intentar identificarlos y anotarlos en hojas de datos debidamente preparadas. Si no se puede identificarlos, es necesario dibujarlos o fotografiarlos para su posterior identificación con expertos. Se debe mencionar que los muestreadores no requieren ser expertos en macroinvertebrados. La presencia o ausencia de un determinado grupo ya nos está indicando un cambio en la calidad de las aguas muestreadas en un determinado lago, laguna o humedal.
Luego se procede a recoger ciertos sustratos en donde suele posarse los macroinvertebardos como piedras y ramas sumergidas de algunas plantas acuáticas. Todo este material se recoge en una bandeja y se recomienda lavarlas con agua del mismo humedal, luego se devuelven estos materiales al humedal. Se puede utilizar una red para insectos, la misma se debe utilizar pegada al fondo del humedal removiendo el fondo con el pie y moviendo la red a través del agua intentando atrapar la materia en suspensión, luego se saca la red y se deposita el material en la bandeja. También se puede frotar con la mano las raíces sumergidas y rocas, cerca de la red, para que se depositen los materiales.
Se limpia la bandeja de todos los restos de hojas, ramas, piedras, utilizando un tamiz, dejando sólo los macroinvertebrados, se sacan de uno por vez, con la mano o con una pinza, teniendo mucho cuidado de no matar al animal y se lo coloca en la tapa de un frasco con un poco de agua. Posteriormente, se analiza y observa con una lupa cada macroinvertebrado y se compara con las ilustraciones (Tablas 3.7.1.1.1, 3.7.1.1.2, 3.7.1.1.3 y Anexos 3.1.1 al 3.1.12). Aquellos individuos que no puedan ser identificadosdeben ser dibujados o fotografiados para su identificación posterior, luego deben ser devueltos al humedal.
Registramos los macroinvertebardos en una hoja de datos, para analizarlos de la siguiente manera:
- Mayor presencia del grupo vulnerable: agua de buena calidad.
- Mayor presencia del grupo semi tolerante: agua de calidad moderada.
- Mayor presencia del grupo tolerante: agua de pobre calidad.
Mediante el registro del número de individuos, se debe determinar cuál es el orden del grupo animal que domina un determinado humedal (aquella que tenga un mayor número de individuos), también la que tiene menos individuos o si en alguna no se encontraron individuos; se puede generar una discusión en torno a estos resultados y la calidad de aguas.
Rocabado & Goitia (2011), indican que la toma de muestras debe adecuarse al tipo de hábitat lo que implica principalmente el tipo de sustrato. Para sustratos duros (piedras, rocas grandes, madera) y hojarasca o donde existe materia orgánica, se puede utilizar una red Surber o una red de arrastre (tipo kick net) por un lapso de 3 a 5 minutos en todo los hábitats presentes en el tramo del río (muestreo multihábitat), siendo constantes los minutos de colecta para todos los ríos. En los sustratos blandos (arena, limo) es preferible utilizar dragas aunque también se puede utilizar la red Surber. Esta red se coloca en contra de la corriente y con el pie o la mano se limpia y remueve todo el sustrato comprendido en el área de la red, hasta una profundidad de 10 a 15 cm, asegurándose de que todos los organismos además del sustrato fino queden dentro de la red. Se aconseja realizar el muestreo desde río abajo hasta río arriba, si el muestreo se realiza con una red Surber, colectar por lo menos 6 réplicas en función a cada facie o unidad morfo-dinámica ó microhábitat. Se aconseja realizar por lo menos un muestreo en la orilla, es decir en la zona más lentica del microhábitat y otra al centro, tratando de obtenerla mayor representatividad de los organismos del medio acuático. Una vez extraída la muestra, se la debe lavar con abundante agua del mismo río y tamizar la muestra, eliminando todo el sustrato más grande (piedras, troncos, hojarasca).
3.7.2.1.4 El Índice BMWP/ Bol
El índice Biological Monitoring Working Party (BMWP) es un método simple que asigna un puntaje a todos los grupos de macroinvertebrados identificados sólo al nivel de familia, teniendo como requisitos datos cualitativos de presencia o ausencia (Rocabado & Goitia, 2011). El puntaje asignado va de 1 a 10 de acuerdo a la tolerancia a la contaminación. Las familias más sensibles tienen una puntuación de 10 y las menos sensibles de 1. El valor se obtiene por la suma de puntuación correspondiente a cada familia que habita en el tramo objeto de estudio.
La Tabla 3.7.2.1.4.1, presenta los valores de sensibilidad/tolerancia establecidos para el BMWP/ Bol (adaptado para Bolivia) a partir de una amplia base de datos para las cuencas del Amazonas, Endorreica o del Altiplano y del Plata, además de la ponderación con los valores asignados por otros estudios realizados en la región Neotropical. Se considera que el índice BMWP/ Bol, se puede aplicar, especialmente a las zonas regiones altoandinas y los valles interandinos (Rocabado & Goitia, 2011); como en caso de la Cuenca del Rio Kaluyo, Hampaturi y Valle del Rio Zongo en el municipio de La Paz.
Rocabado & Goitia (2011), sugieren introducir el puntaje promedio por taxón, denominado ASPT (Average Score per Taxón), que es el puntaje obtenido por el índice BMWP/ Bol dividido entre el número de grupos presentes. Estos valores se encuentran entre 0 y 10; valores bajos de ASPT relacionados a valores bajos de BMWP/ Bol, indicarán con mayor precisión las condiciones críticas de medio acuático. Las puntuaciones asignadas por familia de acuerdo al índice BMWP/ Bol se presentan en la Tabla 16, que incluye a los taxones de macroinvertebrados encontrados en Bolivia.
Grupos faunísticos de los macroinvertebrados y la asignación de valores a través del índice BMWP/ Bol para las familias representativas en Bolivia.
La ventaja de este índice se basa en al confiabilidad de los resultados, la rapidez y sencillez de su utilización, con ahorro de costes y de tiempo. En la siguiente Tabla 3.7.2.1.4.2, se presenta los rangos que determinan las clases de calidad de agua, establecidos para el índice propuesto BMWP/ Bol y la representación en colores. Para más información se puede ver Rocabado & Goitia (2011).
Clases de calidad, valores asignados al BMWP/ y colores propuestos para la categorización de las aguas en el Municipio de La Paz.
3.7.2.2 Objeto de Monitoreo 2: Comunidad de Anfibios de los Humedales Altoandinos y Cursos de Aguas del Río Zongo a lo largo de un Gradiente Altitudinal
Para la identificación y reconocimiento de las especies de anfibios se sugiere el apoyo de libro: Los sapos del valle de Zongo de Cortez (2011) que se encuentra disponible en la red. Mayor apoyo para las identificaciones ver Anexos (3.1.13 a 3.1.24).
3.7.2.2.1 Materiales
- Linternas de cabeza.
- Linterna de mano (de largo alcance tipo Miglite).
- Pilas extra recargables (tipo alcalinas).
- Guantes de goma (de lavandería o de los médicos).
- Botas de agua (recomendable).
- Lavandina.
- Bolsas ziploc medianas.
- Impermeable o poncho de lluvia.
- Repelente para mosquitos (en tierras bajas).
- Claves e ilustraciones de identificación.
- Papel.
- Lápiz.
- Cámara fotográfica.
3.7.2.2.2 Desarrollo del Método
En un contexto global, los anfibios están en riesgo y muchas especies están desapareciendo, principalmente por la transmisión de enfermedades (Cortéz, 2011). Por tal motivo, el equipo y la ropa, incluidas las botas de campo deben ser desinfectadas con lavandina antes de realizar los recorridos una localidad dada, evitando convertirse en un agente de transmisión de enfermedades y ayudando a la conservación de este grupo tan susceptible a fenómenos de cambio climático.
De manera general se propone hacer recorridos en humedales de altura (bofedales y en deshielos del piso subnival de Huayna Potosí) del valle de Zongo, cubriendo un gradiente altitudinal en la cuenca alta de este valle hasta las tierras bajas de la plantas de Cahua y Harca, a lo largo del río Zongo. Ciertas lagunas de la cuenca alta del valle de Zongo como la de Vizcachani, Ventanani son sugeridas para este cometido.
El método consiste en recorridos a pie ó caminatas libres en ciertos hábitats como los bofedales, buscando anfibios debajo las piedras, pastos y bordes de arroyos. Cuando se muestrea una laguna se sugiere recorrer todo el perímetro a nivel de las orillas y si la laguna no es profunda se puede entrar un poco tomando siempre los recaudos necesarios. En las cotas bajas de la cuenca de Zongo, se sugiere monitorear ciertos puntos a lo largo del Rio Zongo, tomando como referencia los puntos geográficos que coincidan con las plantas hidro-eléctricas.
La mayoría de los anfibios son nocturnos, por lo tanto, para observarlos en el campo se necesita una buena linterna. Es importante mantener silencio durante los recorridos nocturnos, y fijarse bien donde se pisa y posa la mano, puesto que los anfibios no son los únicos que salen de noche. Para poder observarlos se debe estar atento, afinando la vista y el oído, puesto que suelen mimetizarse con el sustrato y a veces el reconocer el canto determina y ubica su posición.
Una vez detectado un anfibio se debe coger el animal violentamente con la palma de la mano (se sugiere usar guantes de plástico desechables, puesto que ciertas ranas expulsan una sustancia irritante a la piel o simplemente como mecanismo de defensa para poder zafarse de la captura), para depositarlo momentáneamente en una bolsa plástica gruesa (polipropileno) tipo ziploc, dándole aire necesario.
Se recomienda en la mayoría de los casos hacerles unas medidas biométricas, solo de largo-rostro-cloaca (LRC) (desde la punta de la cabeza ¨rostro¨ hasta la cloaca) en cm con una regla, también puede ser el largo de las piernas, muslos y pies; luego compararla con las guías de identificación y tomarle fotografías necesarias para consultar con expertos. La manipulación no debe extenderse más de los 5 minutos, para finalmente, devolverlos a su hábitat.
En general, la interpretación de resultados de los muestreos de ranas (anfibios) se la debe interpretar mediante el análisis de presencia/ausencia. En este sentido, los muestreos iterativos a lo largo del tiempo deben indicar que cuando se ha registrado la presencia de anfibios en ecosistemas acuáticos (lagunas, bofedales y turberas) indican buena calidad de los ambientes acuáticos y contrariamente, la ausencia de los anfibios debe indicarnos ambientes degradados.
3.7.3 Objeto de Monitoreo 3: Dos Especies de Aves Simpátricas: El Pato de las Torrenteras ( Merganetta armata) y el Mirlo de Agua ( Cinclus leucocephalus), Asociadas a Habítats Acuáticos de Torrenteras; y la Gallareta Gigante ( Fulica gigante) en Lagunas Altoandinas
3.7.3.1 Materiales
- Binoculares (recomendable 8 x 35 ó 10 x 50).
- Botas de agua (recomendable).
- Impermeable o poncho de lluvia.
- Repelente para mosquitos (en tierras bajas).
- Claves e ilustraciones de identificación.
- Papel (Libreta).
- Lápiz.
- Cámara fotográfica.
3.7.3.2
Desarrollo del Método
Se propone un recorrido en movilidad a lo largo del camino que desciende al valle de Zongo, a velocidad lenta (< 20 km/hora), cuando se recorre bordeando el río y cursos de aguas. Tomar mucha cautela cuando se llega al Rio Zongo, entre las Plantas hidroeléctricas de Zongo (Chururaqui) y Botijlaca. Se sugiere hacer recorrido a pie de tanto en tanto (500 m de distancia) a partir de Botijlaca y luego continuar con movilidad a velocidad lenta (< 10 km/hora). No debe dejarse de perder la vista del Río Zongo. En lugares donde la vegetación es densa y o permite visualizar el curso del río, se sugiere hacer recorridos a pie. Dos monitores (observadores pueden hacer el recorrido para la toma de registros del Mirlo de Agua y del Pato de las Torrenteras. El recorrido termina en la planta hidroeléctrica Central Huaji. De ahí se puede hacer un recorrido por la senda que va a Huaji (por lo menos 1 km), siendo un recorrido totalmente de bajada, esto facilita esfuerzos sobre todo cuando se hacen recorridos a pie.
El monitoreo de la Gallareta Gigante ( Fulica gigantea) se concentrara en el Piso Atoandino del Valle de Zongo, es decir, se debe cubrir todas las lagunas de la puna y páramo principalmente en el Valle alto de Zongo, laguna Huaña Khota (donde fue registrado en este estudio - agosto de 2012), en el complejo de lagunas de Milluni, Laguna Pata Khota, Laguna Ventanani (este sitio donde fue anteriormente registrada por el autor); lagunas Kellhuani, Laram Khota y Chacaltaya en el sector del Cerro Chacaltaya y el complejo de Siete Lagunas de Kaluyo, incluidas las lagunas de Limani, Khota Canchi y Killan Khota en la ceja de Achachicala-Kaluyo. Muchas lagunas están en complejos como el de las Siete Lagunas o del complejo Milluni y su muestreo se lo puede efectuar en un solo día, tomando las observaciones por laguna que no toman más de 15-30 minutos.
Cuando se avista una determinada especie debe anotarse:
- El número de individuos por especie.
- En el caso del Pato de las Torrenteras, la hembra y macho difieren en patrones de coloración del plumaje, se debe distinguir el número de individudos por sexo.
- En relación a las parejas de patos, en época de reproducción se deben contabilizar el número de crías.
- En el caso de las Gallaretas se debe tomar en cuenta si están construyendo nidos (época reproductiva) y se deben contabilizar el número de crías y parejas.
- Se debe geo-posicionar los puntos de referencia de los individuos o grupos vistos para la elaboración de mapas temáticos.
3.7.3.3 Frecuencia
Este muestreo se puede realizar cada tres meses, aunque lo ideal sería realizarlo una vez por mes, para así tener un control total de las poblaciones de estas dos especies. La observaciones del Mirlo de Agua, aparentemente son mas dificultosas por el tamaño más pequeño del ave, puesto que también suele ir escondido entre matorrales (p. e. helechos) ribereños, por eso se debe tener mayor cautela al detectar esta especie.
3.7.4 Objeto de Monitoreo 4: La Vizcacha ( Lagidium Viscacia)
3.7.4.1 Sitios a muestrear
En la Tabla 3.7.4.1.1, se muestran los sitios propuestos para realizar muestreos en los humedales más representativos del valle de La Paz (Tarifa et al., 2004), a la cual se añade la localidad de Llacasa, donde se ha identificado un sitio con hábitats de barrancos abruptos ( badlands) en los que se ha encontrado una interesante población de Vizcachas, mientras se realizó un estudio de monitoreo de Tarujas ( Hippocamelus antisiensis), recientemente redescubierto en el Valle de La Paz (Martínez, 2009; Rechberger et al., in press). El hábitat de las Vizcachas de este sitio se ve amenazado porque en las cotas más bajas de esta localidad se están aplanando los terrenos para habilitar urbanizaciones y con proyecciones para los mismos fines en la meseta de Llacasa, incrementándose la mancha urbana en desmedro del hábitat de la Tarujas y Vizcachas de la región.
Sitios propuestos en el Valle de La Paz (Municipio de La Paz) para monitoreo de la Vizcacha.
3.7.4.3 Desarrollo del Método
Este monitoreo propone continuar y consolidar los datos obtenidos en dos muestreos puntuales realizados en 1999 y 2003 por Tarifa et al. (2004). Se trata de evaluar el grado de intervención humana en cada sitio usando nueve criterios cualitativos indirectos: residuos sólidos, heces de animales, excrementos humanos, estado de la vegetación, construcciones civiles, animales domésticos, derrumbes, cazadores y/o cartuchos y accesibilidad del sitio. A cada criterio se le atribuyen cuatro grados de intensidad usando valores numéricos entre 0 y 3. El valor cero significa intensidad nula del criterio, mientras que los valores de 1 a 3 sirven para indicar la presencia del criterio en tres grados de intensidad de intervención. Para cada uno de los sitios investigados se determina el valor de cada criterio y se lo compara con las características de todos los sitios. La suma de los valores de cada uno de los nueve criterios da el valor de intervención humana en cada lugar. En el rango de 1 a 27 se define tres grados de intervención: baja de 1 a 9, media de 10 a 18 y alta de 19 a 27 (ver más detalles en Tarifa et al., 2004).
La Vizcacha no está asociada a ambientes acuáticos. Sin embargo, su importancia como especie para monitoreo radica que en la ciudad de La Paz y sus alrededores se encuentra en peligro de extinción local, por la pérdida de hábitat y se requieren medidas urgentes para preservar su hábitat, ante el inminente avance de la mancha urbana.
3.8 ANÁLISIS DE SENSIBILIDAD DE LOS OBJETOS DE CONSERVACIÓN (OC)
3.8.1 Asignación de Valores de Conservación para los OC.
En esta sección del estudio se hace un análisis de las diferentes categorías bio-ecológicas (valores de conservación) que se tomaron en cuenta para la selección de los objetos de conservación (Tabla 3.8.1.1).
En función a la lista de especies identificadas y consideradas como indicadoras de cambios ambientales se realizó los cálculos de los valores conservativos específico (Vce), aplicando la siguiente fórmula (Monjeau et al., 2000; Saavedra & Daza, 2004):
Vce = Vd + Vt + Vc + Ve + Va + Vs + Vr + Vh + Vp
Este cálculo se realiza para cada especie bajo estudio y posteriormente con los valores específicos de cada especie (Vce) se realizó la sumatoria de los mismos para obtener el valor conservativo ambiental en el área de estudio, en este caso en el Municipio de La Paz.
Vca = ∑ Vce
Estos valores pueden ser manejados mediante Sistemas de Información Geográfica (SIG) para la generación de los mapas temáticos de distribución local de las especies ïndicadoras¨ y el mapa de valoración conservativa. Este último mapa resume los valores conservativos ambientales (Vca).
Variables a considerar en la asignación de valores conservativos de los objetos de estudio en el Municipio de La Paz.
En general, se tiende a aplicar la regla del semáforo, creando un mapa de valores conservativos ambientales desde el rojo intenso (alto valor conservativo, área intangible para otros usos), hasta verde oscuro (¨luz verde¨ para la actividad que se desea realizar), pasando por tonos naranjas y amarillos para representar cartográficamente áreas de valor conservativo intermedio. Para más detalles sobre el significado de cada parámetro en los valores conservativos específicos y otros se sugiere ver (Monjeau et al., 2000; Saavedra & Daza, 2004).
Mediante el análisis de los diferentes parámetros o valores de distribución, tróficos, endemismos, de categorización, de protección y otros, se determinó que las especies de mayor valor conservativo (Vce), en el Municipio de la Paz fueron la Rana de Zongo ( Oreobates zongoensis), la Marmosa de Zongo ( Marmosops creightoni) y la Taruja ( Hippocamelus antisensis), con los mayores valores conservativos de 20.40, 16.60 y 15.87, respectivamente. En un segundo orden de importancia conservativa se encuentran, el Jukumari ( Tremarctos ornatus), el Cabrito ¨Chuñi¨ ( Mazama chunyi) y la Soka gigante ( Fulica gigantea), con valores de 12.20, 11.85 y 10.79, respectivamente; mientras que los valores más bajos fueron registrados para las especies como el Pato de las Torrenteras ( Merganetta armata), el Zorro Andino ( Lycalopex culpaeus) y la Vizcacha ( Lagidium viscacia) con valores de 8.58, 8.44 y 6.14, respectivamente (Tabla 3.8.1.2).
El valor conservativo ambiental (Vca) para el área de estudio (Municipio de La Paz) alcanzó un valor de 110.9 para las nueve especies consideradas de importancia ecológica en la región. Es importante destacar los endemismos de la fauna, en el Municipio de La Paz, principalmente para el Valle de Zongo, como la Rana de Zongo ( Oreobates zongoensis), la Marmosa de Zongo ( Marmosops creightoni), que arrojaron los valores conservativos más altos.
Determinación de valores conservativos para algunas especies consideradas como objetos de conservación (OC) en el Municipio de La Paz, Provincia Murillo, Departamento de La Paz, Bolivia.
3.8.2 Análisis de Sensibilidad de los OC a Partir de Criterios de Amenazas y Endemismos
Parte del análisis de sensibilidad de los objetos de conservación (OC) se muestra en el análisis para la asignación de valores de conservación de los OC. En esta parte se muestra que las especies como la Rana endémica de Zongo ( Oreobates zongoensis), la Marmosa endémica de Zongo ( Marmosops creightoni), la Taruka o Venado Andino ( Hippocamelus antisiensis) y el ¨Jukumariü Oso Andino ( Tremarctus ornatus), tienen los valores conservativos más altos: 20.40, 16.60, 15.87 y 12.20, respectivamente. Sin embargo, no pueden ser considerados como especies a monitorear en este estudio, puesto que son muy raras y difíciles de monitorear, y por ende las detecciones y avistamientos requieren un esfuerzo de campo muy grande.
Al realizar un análisis sobre las especies amenazadas en el Libro Rojo (LR) de los vertebrados de Bolivia (MMAyA, 2009a), encontramos que las comunidades de anfibios tienen categorías de mayor riesgo, vale decir, En Peligro Crítico a dos especies ( Oreobates zongoensis y Telmatobius verrucosus) y otra categorizada como En Peligro (EN) ( Yunganastes bisignatus) (Tabla 21). Por otra parte Cortez (2011) indica que las 15 especies del Valle de Zongo se encuentran en peligro de extinción local; estos datos indican medidas urgentes para su conservación y hace evidente su monitoreo a largo plazo. En el caso de los mamíferos merece una mención importante la Taruja o Venado Andino ( Hippocamelus antisiensis) especie en peligro y las tres especies en la categoría de Vulnerable, dos marsupiales ( Marmosops creightoni, Gracilianus aceramarcae), el Cabrito Chuñi ( Mazama chunyi) y el Oso Jukumari ( Tremarctus ornatus), pero el muestreo de estas especies requiere mucho esfuerzo de campo para monitorearlas y en este estudio solo quedan como objetos de conservación.
En cuanto a la variable de endemismos, encontramos que la mayoría de las especies de anfibios (5) son endémicas (Tabla 21) y existe una sexta ( Noblella spp.) que actualmente no se la ha clasificado a nivel de especie, lo cual sugiere la importancia para evaluar sus poblaciones a través de un monitoreo sistemático.
En cuanto a las amenazas para las especies consideradas como objetos de conservación, la principal amenaza para dichas especies es la pérdida de hábitat (Tabla 3.8.2.1) y localmente debido a la tala de bosques por extracción de la madera y expansión de la frontera agrícola, principalmente para monocultivos de coca ( Erytroxylum coca) en los bosques de Yungas. En tierras altas la pérdida de hábitat se relaciona con la contaminación minera en sistemas acuáticos (lagunas, lagos, arroyos) y bofedales y turberas; maximizado con actividades humanas como la extracción de áridos y arena en el Rio Kaluyo y otros. El cambio climático también es otra fuerte amenaza para los OC, la cual las hace más propensas a ciertas enfermedades como en el caso de las comunidades de anfibios susceptibles al ataque de un hongo ( Batrachochytrium dendrobatidis) que reduce sus poblaciones ostensiblemente.
Criterios de especies amenazadas, endemismos y amenazas para las especies consideradas como objetos de conservación (OC) en el Municipio de La Paz, Provincia Murillo, Departamento de La Paz, Bolivia.
Los bosques húmedos montanos están considerados, entre los tipos de bosques tropicales, como los más vulnerables al cambio climático. Se prevé que para la segunda mitad del presente siglo, los cambios en temperatura y precipitación, llevarán al re-emplazamiento de estos bosques por ecosistemas de menor altitud (Bubb et al., 2004). Especies restringidas a este tipo de bosque, como los marsupiales ( Marmosopscreightoni, Gracilianus aceramarcae) son propensas a un alto riesgo de extinción por efectos del cambio climático.
3.9 ÁREAS PRIORITARIAS DE CONSERVACIÓN PARA LA FAUNA
El análisis de los ecosistemas prioritarios para la conservación de la fauna silvestre local, ha sido realizado en base a las Unidades de Paisaje, para cada una de las cuales se han identificado los elementos importantes para la conservación. En consecuencia, el concepto de ecosistema aplicado en este análisis es amplio y puede incluir espacios con mayor o menor variabilidad interna.
La identificación de las prioridades de conservación a nivel de Unidades de Paisaje, considera la presencia de una o más de las siguientes características:
- Presencia de vegetación típica.
- Presencia de especies de flora o fauna típicas de ciertas unidades.
- Funciones ecológicas (particularmente la de corredores de flujo faunístico).
Tomando en cuenta la amplitud de la superficie del Municipio de La Paz y el breve tiempo disponible para el trabajo de campo, no siempre ha sido posible identificar sitios particulares prioritarios. En especial en lo referido al segundo criterio, la presencia de especies amenazadas en algunos casos es potencial y en otros ha podido ser verificada en una o dos localidades, sin que esto signifique que los sitios donde se observaron son los más importantes para la conservación de la especie.
3.9.1 Unidad del Altoandino (4300 a 5000 m)
Este piso se encuentra alrededor del Huayna Potosí (Anexo 3.2: Fotografía 65).y marca el inicio del descenso hacia el fondo de valle de Zongo (Anexo 3.2: Fotografía 64), el paisaje está circundado por las montañas nevadas, laderas y rocas de diverso tamaño (Beck & Paniagua, 2010). Similarmente, en el Valle de La Paz, Huaripampa (Anexo 3.2: Fotografía 61) y Hampaturi en el piso Altoandino está dominado por montañas escarpadas, glaciares, roquedales y ambientes acuáticos conocidos como bofedales o vegas como los presentados en La Cumbre, tanto el camino que lleva a los Yungas como el que desciende a Zongo; también los sectores de mayor altitud de las Ánimas, Achachicala y Hampaturi (López, 2010).
Los principales valores para la conservación identificados son:
- La formación vegetal más diversa en cuanto a comunidades de plantas la conforman los bofedales o vegas altoandinas. Tres grandes unidades a nivel de paisaje son considerados: 1) los bofedales a lo largo del Rio Kaluyo (al norte de Achachicala) hasta las cercanías de Pampalarama (Anexo 3.2: Fotografía 52), 2) los bofedales y vegas del valle de Hampaturi-Jaccha Toloko y 3) los bofedales y vegas del valle de Zongo (Anexo 3.2: Fotografía 67).
- Muchas especies de plantas y arbustos como las gramíneas, poáceas y ciperáceas son importantes recursos alimenticos para el ganado camélido (llamas) y otra fauna silvestre que ramonea en estas formaciones vegetales.
- Muchas aves limícolas forrajean en los cuerpos de aguas (lagunas, arroyos) y áreas anegadas de los bofedales para buscar su alimento. Los humedales altoandinos se constituyen en ¨paradasöbligatorias para especies de aves migratorias que arriban en épocas de verano local.
- Entre las especies más importantes de fauna existente en esta unidad se encuentra ciertas especies de anfibios asociados a ambientes acuáticos (lagunas y bofedales altoandinos) como ( Telmatobius marmoratus) que se encuentran como Vulnerable a nivel del país, pero localmente se encuentra En Peligro (Cortez, 2011).
- Algunos elementos de fauna, particularmente aves son conspicuos en esta formación como el caso de las aves acuáticas, patos ( Anas flavirostris, Anas puna, Lophonetta specularioides), otras aves migratorias en sus rutas migratorias toman como puntos de paradas y recursos a las extensas formaciones de bofedales entre ellas detacamos los chorlitos ( Tringa melanoleuca, Tringa flavipes) y otras especies locales como el Puku Puku ( Thinocorus orbiygnianus) o el raro ( Gallinago andina) están estrechamente asociados a los humedales.
Algunas debilidades que afectan la integridad ecológica son:
- Existe importante actividad humana, principalmente a lo largo del Rio Kaluyo, que se dedica a extraer abono de las turberas, esto implica una reacción en cadena para la fauna de la región, es decir, primero como pérdida de hábitat para ciertas especies como el topo ( Ctenomys opimus) que prácticamente habría sido extirpado de la región; segundo están turberas conforman un ecosistema o nicho ecológico importante para ciertas especies de artrópodos y gusanos (estos últimos muy importantes en la aireación de los suelos de turberas), y otros invertebrados asociados que son seriamente amenazados por la pérdida de su hábitat y tercero, muchos animales como las aves, suelen forrajear en este hábitat y debido a la perturbación de estos sitios por la gente, son desplazados a otras localidades. Por lo tanto, es la formación vegetal más amenazada, y sería por tanto importante proteger la mayor parte de su área de distribución.
- Los asentamientos humanos locales vierten sus aguas servidas a los cursos de los ríos y en muchos casos suelen ser depositados en los márgenes de los bofedales lo cual incrementa su contaminación. Los nutrientes aportados causan el desarrollo excesivo de algas filamentosas, y por otra parte, las heces en los lechos de los ríos pueden causar el traslado de vectores y enfermedades.
- Los factores climáticos han cambiado los regímenes de lluvias, existen ciclos de lluvias a destiempo que se inician tardíamente en diciembre y se prolongan hasta fines de abril como el presente año y la época seca es más marcada que antes, lo cierto es que los bofedales se ven seriamente afectados por el cambio climático y están propensos a desecarse, tal como se constato en el trabajo de campo (julio 2012) en el sector de Hampaturi.
3.9.2 Unidad de Páramo Yungueño y Ceja de Monte (3000 a 3900)
En la unidad paramuna, cerca al 60% de la flora de los páramos es exclusiva de la alta montaña, es decir endémica. Se tienen registros de 3400 especies de plantas vasculares y 1300 especies de plantas no vasculares (Vásquez & Buitrago, 2011). En términos generales esta unidad presenta un estado de intervención alta y presenta un estado de conservación muy depauperado por las actividades humanas, como en el valle de Zongo, las plantas hidroeléctricas a lo largo de toda la cuenca han perturbado el equilibrio ecológico de las fuentes y cursos de aguas. Se ha identificado tres áreas boscosas importantes de conservación de esta unidad ecológica, las mismas que se continúan con el bosque del piso inmediato inferior (Mapa 3.9.3.1).
Los principales valores para la conservación identificados son:
- Estos bosques son los únicos a nivel del país por su singularidad de formaciones vegetales, entre ellas destacan algunas especies de Puya ( Puya brittoniana, P. pizarroana) y un helecho con tronco pequeño ( Blechnum loxense) localmente conocido como ¨chusi¨ consideradas especies típicas el páramo yungueño (Beck & Paniagua, 2010) y una variedad de bromelias (Bromeliaceae), cuyos cogollos son el alimento principal de ciertos animales como el amenazado Oso Jukumari ( Tremarctus ornatus).
- Entre los mamíferos más importantes a nivel de conservación se encuentran la Taruja ( Hippocamelus antisiensis) que es una especie En Peligro, otra especie importante para la conservaión en la Ceja de Monte es el Cabrito Chuñi ( Mazama chunyi) y el tigrecillo ( Leopardus tigrinus) descubierto en la ceja de monte del Cerro Cielo Jahuira.
- Entre las aves de interés para la conservación se encuentran el Torori Andino ( Grallaria andicolus), una especie Vulnerable; el loro ( Hapalopsittaca melanotis), el Tucán Andino ( Andigena cucullata), la Pava Ala de Hoz ( Chamaepetes goudotii) especies raras y poco conocidas en La Paz; frecuentan esta unidad boscosa para lo cual se recomienda más estudios principalmente al noreste del Municipio de La Paz, una área poco explorada.
- La Ceja de monte, en general presenta una estado de conservación bueno, puesto que no existen asentamientos humanos o poblaciones, sólo cooperativas mineras en algunas laderas de fácil acceso, pero en gran parte de su superficie no hay gente, por ende tampoco existe agricultura debido a la abrupta topografía y principalmente a las lluvias constantes y perpetuas durante todo el ciclo anual.
- Importante para la cuenca amazónica porque las partes superiores de este bosque (dosel) debilitan el impacto de las gotas de lluvia y absorben gran cantidad del agua (epífitas), protegiendo los suelos del efecto de goteo, así no permiten la radiación directa del sol hasta el piso del suelo, manteniendo el ciclo de nutrientes y alta concentración de humedad en el interior del bosque.
Algunas debilidades que afectan la integridad ecológica son:
- La minería del tipo cooperativas auríferas, operan en algunos sectores de montaña, que en mucho casos utilizan mercurio para la extracción de oro, lo cual contamina cursos de agua y por consiguiente a la fauna asociada y esto repercute en la cadena alimenticia de los animales, e incluso afecta y atenta contra la salud de los pobladores aguas abajo.
3.9.3 Unidad Bosque Altimontano de los Yungas (2500 a 3000 m)
En términos generales, esta unidad presenta un estado de intervención medio. Existen sitios de difícil acceso por la falta de vinculación caminera, lo que determina escasa presencia humana y transformación de ecosistemas. Se han identificado tres áreas prioritarias de conservación en el sector noreste del Municipio de La Paz que coincide con el área de re-delimitación de límites con otros municipios (Mapa 3.9.3.1). Estas áreas identificadas, debido al relativamente buen estado de los bosques, permiten cumplir procesos ecológicos de conectividad y flujos para la fauna hacia otras regiones de bosques de montaña con otros municipios colindantes como el de Caranavi y Guanay, dada la continuidad de la vegetación (Anexo 3.2: Fotografía 72). En definitiva, se considera que esta unidad de paisaje, presenta una distribución más extensa hacia el norte del municipio de La Paz, a juzgar por las imágenes satelitárias analizadas, lo cual la califican como un ¨corredor biológicoïmportante para flujo de la fauna. Por ejemplo, avifauna amazónica que asciende desde tierras bajas amazónicas y elementos aviares típicos de los Yungas que descienden en sus movimientos a tierras bajas.
Esta unidad es la que presenta gran diversidad de hábitats y sustratos específicos como los musgos, líquenes, epífitas como las orquídeas que representan una oferta alimenticia muy importante para el forrajeo de la fauna silvestre, particularmente, las aves. El bosque tiene una altura promedio (10-15 m). Por otro lado, ocupa una unidad relativamente grande, en la superficie total del municipio de La Paz, a manera de un cinturón alrededor de los bosques de montaña, especialmente en el flanco noroeste del municipio.
Los principales valores para la conservación identificados son:
- Entre las especies más importantes de mamíferos, se encuentra el Venado Chuñi ( Mazama chunyi), así como especies de marsupiales altamente sensibles a los cambios climáticos como la endémica ( Marmosops creightoni) y otras como Microreus demerarae y la rara Gracilianus aceramarcae conocido en el Valle de Zongo y Llamachaqui en el bosque húmedo montano con lianas y abundante cantidad de epífitas y suelos con abundante materia orgánica. Entre los anfibios destacan dos especies endémicas ( Yunganastes bisignatus, Noblella spp.) que se encuentran como no evaluada y En peligro respectivamente (Cortez, 2011).
Mapa de las áreas prioritarias para la conservación en el Municipio de La Paz
- En el caso de aves, ciertas especies amenazadas como el Águila crestada o Poma ( Spizaetus isidori), un especie amenazada en la categoría de Vulnerable. Otras aves endémicas como el Gorrión de Monte ( Atlapetes rufinucha), el Cola de pincel de Cuello Negro (Schizoeaca harterti) y el Hormiguero de Cara Rufa ( Grallaria erythrotis) han sido registradas en áreas de bosque yungueño al norte del municipio.
Algunas debilidades que afectan la integridad ecológica son:
- La extracción forestal es una amenaza latente sobre todo en las cotas más bajas de esta unidad de paisaje, existen especies maderables muy codiciadas por pobladores locales como cedro amarillo, nogal y sikiri colorado.
- El avance de la frontera agrícola, principalmente para el cultivo de la coca se abren nuevas tierras y nuevamente las cotas más bajas de esta unidad son amenazadas por esta actividad.
3.9.4 Unidad Bosque Húmedo montano de los Yungas (1000 a 2500 m)
En términos generales, esta unidad presenta un estado de intervención medio en las cotas más altas y seriamente dañadas en las cotas más bajas por efectos de la agricultura y la cosecha de la coca, especialmente en el flanco este de la región de Zongo-Choro, pero también existen sitios de difícil acceso en el extremo noroeste del municipio, por la falta de vinculación caminera, lo que determina escasa presencia humana y transformación de ecosistemas. Se han identificado tres áreas prioritarias de conservación en el sector noreste del Municipio de La Paz que coincide con el área de re-delimitación de límites con otros municipios colindantes como el de Guanay (Mapa 3.9.3.1). Estas áreas identificadas, todavía califican como un ¨corredor biológicoïmportante para flujo de la fauna (Anexo 3.2: Fotografía 75). Por ejemplo, avifauna amazónica que asciende desde tierras bajas amazónicas y elementos aviares típicos de los Yungas que descienden en sus movimientos a tierras bajas.
Esta unidad es la que presenta mayor riqueza de especies en todos los grupos de fauna, debido a la altura del bosque (20-30 m), existiendo varios niveles o estratos del bosque, cuyos organismos, particularmente las aves tienen comunidades específicas para determinados estratos del bosque. Por otro lado, ocupa una unidad relativamente grande, en la superficie total del municipio de La Paz, a manera de un cinturón alrededor de los bosques de montaña, especialmente en el flanco noroeste del municipio.
Los principales valores para la conservación identificados son:
- Entre las especies más importantes de mamíferos grandes como el Tigre ( Panthera onca), y el Änta¨ ( Tapirus terrestris), que aparentemente persisten en estas áreas de acuerdo a las entrevistas locales.
-
En el caso de aves, el ¨Tunquiö Gallito de Roca ( Rupicola peruviana) (Fotografía 3.9.4.1); ciertas especies amenazadas como el Siringuero Andino ( Lipaugus uropygialis), el Torori Andino ( Grallaria andicolus), el Autillo de Montaña ( Megascops marshalli), todas en la categoría de Vulnerables y otras aves endémicas como el Hormiguero Yungueño ( Myrmotherula grisea) han sido registradas en áreas circundantes al municipio, principalmente al norte de su territorio.
Fotografía 3.9.4.1
Un ave carismática, el Gallito de las Rocas ( Rupicola peruviana) típica en el paisaje de los bosques de Yungas de la región: a) hembra y b) macho
(Fotografía: Mauricio Pacheco). - Se destaca la presencia de anfibios de importancia para la conservación como la Rana de Cristal ( Nymphargus cf. pluvialis) amenazada en Peligro, conocido de la localidad tipo en el Cerro Uchumachu cerca a Coroico, pero que en este estudio se destaca su presencia en un sitio entre las localidades de Kellhata-Suapi, cerca al municipio de La Paz.
Algunas debilidades que afectan la integridad ecológica en esta unidad de paisaje son:
- La extracción forestal es una amenaza latente sobre todo en las cotas más bajas de esta unidad de paisaje, existen especies maderables muy codiciadas por pobladores locales como en el trayecto Santa Rosa, Ipiro-Nogalani hasta Apana donde termina el camino y este hecho favorece la conservación del bosque.
- El avance de la frontera agrícola, principalmente para el cultivo de la coca se abren nuevas tierras y nuevamente las cotas más bajas de esta unidad son amenazadas por esta actividad.
- La degradación de la vegetación por el chaqueo para la obtención de pastizales y terrenos agrícolas, el uso de la vegetación leñosa como combustible, además de los cultivos agrícolas, lo que causa en su conjunto el elevado escurrimiento superficial de las aguas pluviales, la erosión y una alta carga de sedimentos en los ríos en época húmeda, aunque estas actividades son mucho menos intensos que en otras regiones amazónicas del país.
3.10 ESTIMACIÓN DE ESCENARIOS FUTUROS DE LOS GRUPOS DE FAUNA ANTE LOS CAMBIOS CLIMÁTICOS
La Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, define al cambio climático como ¨cambio¨ de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables (Tapia Ponce et al., 2012).
El cambio climático y el calentamiento global ya son una realidad en Bolivia, cuyos impactos (retroceso de glaciares, sequías e inundaciones más frecuentes), se sienten cada vez más fuertes. Sin embargo, los estudios sobre el impacto del cambio climático en la biodiversidad y más específicamente en áreas protegidas como los principales instrumentos para la conservación de la biodiversidad, son muy escasos. En Bolivia una serie de modelos climáticos han sido y están tratando de utilizarse para llegar a una comprensión integral de los escenarios climáticos más consistentes para nuestras diferentes regiones. Entre las instituciones se destaca al SENAMHI, EL Programa Nacional de Cambios Climáticos, la Universidad Mayor de San Andrés, con tres institutos de investigación (Instituto de Investigaciones Físicas, Instituto de Agronomía e Instituto de Hidráulica e Hidrología), la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), entre otros. Entre los modelos utilizados se pueden señalar aquellos de circulación general (MCG) y los de circulación Regional (MCR) (LIDEMA, 2010):
- Modelo generador de escenarios climáticos MAGIC/SCENGEN (Model for Assessment of Grenhouse gas Induced to Climate Change and Regional Climate Change SCENarios GENerator).
- Modelo Japonés MRI/JMA-TL959 (Meteorogical Research Institute/Japan Meteorogical Agency).
- Modelo PRECIS (Providin Regional Climates for Impacts Studies).
Aunque los modelos juegan un rol fundamental en la investigación del impacto del cambio climático global sobre la biodiversidad, ellos no pueden ser desarrollados, ni tampoco evaluar su rendimiento sin tener datos apropiados de campo y observaciones de laboratorio, que incluya monitoreo y experimentación (Huntley & Baxter, 2003). En este contexto de evaluar los posibles impactos de cambio climático sobre la biodiversidad, los datos más relevantes son aquellos derivados de varias clases de experimentos que incluyan manipulaciones de campo de la humedad y niebla, experimentos de dióxido de carbono y experimentos ambientalmente controlados.
En las dos décadas pasadas, investigadores han ido incrementando sus esfuerzos para incorporar efectos sinérgicos en experimentos sobre impactos del cambio climático en organismos (biodiversidad) y ecosistemas. Estos trabajos han identificado muchos principios importantes y también la necesidad de realizar experimentos más complejos, particularmente investigaciones de una variedad de efectos sinérgicos para tener un conocimiento profundo de los impactos del cambio climático. Ciertos trabajos han explorado la respuesta de un organismo a un simple cambio climático, manejando ciertos parámetros como CO2, temperatura o radiación ultravioleta-b (Betts & Midgley, 2003).
Efectos sinérgicos son de dos tipos. Un tipo de efecto es el que se produce cuando la sinergia entre manejos crea un efecto que es más que un simple efecto aditivo de dos manejadores. Un segundo efecto ocurre cuando interacciones entre especies y ecosistemas modifican los impactos de manejadores con consecuencias que emergen a nivel de sistema. Experimentos de diseño más complejos han dirigido ambos desafíos (Betts & Midgley, 2003). Pocos estudios han investigado específicamente interacciones entre temperatura, agua y requerimiento de nutrientes y pocos aún han investigado interacciones sinérgicas entre estos y estrés por radiación UV-b (Betts & Midgley, 2003).
El reciente enfoque sobre la función de la biodiversidad ha apuntado un número de estudios de campo involucrando manipulaciones de composición de especies y de variables externas, a menudo interacciones importantes entre manejadores y especies en resultados determinantes. Por ejemplo, De Valpine & Harte (2001) mostraron que el calentamiento en las Montañas Rocosas de Colorado en Estados Unidos, alteran el suministro de nitrógeno y agua del suelo y que las especies son diferencialmente sensibles a cambios en estos recursos, mostrando respuestas especie-específicas negativas y positivas, algunas de las cuales pueden ser resultado de interacciones específicas como competición.
Un número es estudios adicionales confirman una variedad de impactos potenciales de efectos sinérgicos. Phillips et al. (1998) sugieren que el incremento de CO2 favorece a las especies de plantas de crecimiento rápido en bosques tropicales, mientras que especies de crecimiento lento pueden ser desfavorecidas y propensas a la extinción. Ello sugiere que especies arbóreas sean menos densas que especies de crecimiento rápido, y consecuentemente existiría menor almacenamiento de carbono en bosques tropicales.
Bond & Midgley (2000) sugieren que concentraciones elevadas de CO2 pueden favorecer el incremento de almacenaje de carbono en plantines de especies arbóreas suprimidas por los fuegos de pastizales en ecosistemas mixtos de pastizales y árboles. Este efecto puede acelerar la capacidad de los platines arbóreos para emerger en sistemas de sabana y contribuir a posibles cambios de ecosistemas de sabanas a islas y luego a bosques.
En un contexto global, entre los efectos del cambio climático que a futuro se advierten están los fenómenos de desaparición o disminución de recursos hídricos, erosión, desertificación, aumento de gases de efecto invernadero, aumento de la temperatura ambiental, incremento de los efectos erosivos del viento, disminución de la humedad y entre los factores bióticos relevantes en esta parte, la pérdida de biodiversidad con una marcada alteración de los regímenes de vida.
3.10.1 Observaciones del Cambio Climático en Bolivia con Énfasis en la Región
¿Qué sabemos sobre el cambio climático en Bolivia? ¿Cuáles son los escenarios de cambio climático más probables? ¿Cuáles son las repercusiones del cambio climático sobre los sectores del agua y seguridad alimentaria? ¿Cómo y cuán efectiva es nuestra respuesta a los retos climáticos con los que estamos confrontados? Son algunas de las preguntas que nos planteamos ante esta realidad mundial y que Bolivia siente los impactos del aumento en frecuencia e intensidad de los eventos climáticos como sequías, inundaciones, deslizamientos, granizadas, heladas, incendios y temperaturas extremas, situación que ha agravado los factores internos de vulnerabilidad existentes en el país.
Sólo el fenómeno de El niño de los años 1982/83 – uno de los más fuertes registrados en las últimas décadas- afecto a siete de los nueve departamentos, 38% del total del territorio, un total de 1,6 millones de afectados, causó una pérdida de 2.821 millones de dólares, 250.000 unidades productivas se han visto damnificadas y el impacto sobre el Producto Interno Bruto nacional fue del 7%. En la última década, los impactos del fenómeno El Niño/La Niña han generado pérdidas por un valor de entre 400 y 500 millones de dólares anuales (PNUD, 2011).
El IPCC (2007a) estima que el aumento de temperatura para América del Sur será de entre 1,8 a 4,5°C, y existe la posibilidad de que hasta finales de siglo la temperatura suba de 1,1° a 6,4°C y cambios en las precipitaciones entre -12 a + 12% para el 2080, asimismo, que el aumento de la temperatura atmosférica ha generado una aceleración del retroceso de los glaciares en la región andina, con consecuentes impactos sobre la disponibilidad de agua y la generación de energía hidroeléctrica.
Seiler (2009) menciona que se espera que en las próximas décadas la temperatura aumente en toda Bolivia, en un rango de 1,3 a 1, 6°C para el año 2030 y entre 4,8°C para el año 2100; con mayores cambios en la zona andina (valles, yungas y altiplano). En relación a las precipitaciones, Seth et al. (2010), con resultados del multimodelo CMIP3, señalan que entre las altitudes 10°S y 20°S, donde se encuentra circunscrito el Municipio de La Paz, se encuentra un descenso en la precipitación durante la primavera (septiembre-noviembre) y una vez que se establecen las lluvias, durante la época alta (diciembre a marzo), éstas son más abundantes y el aumento persiste hasta abril. Aunque este 2012, en el occidente de Bolivia (ciudad de La Paz) las lluvias persistieron hasta mayo. Jeffrain (2007) presenta un análisis regional de las precipitaciones para la región andina, observando que muestran una tendencia al aumento durante los últimos años. Kamiguchi et al. (2006), exponen los cambios en el índice de sequías CDD (Dry Spell Index), el cual se modifica fuertemente en las zonas donde los valores de precipitación son altos, como en la faja subandina en Bolivia.
Wagnon et al. (2001), examinan la relación entre El Niño y la fusión glaciar en Zongo, Charquini (Anexo 3.2: Fotografías 53, 56 y 60) y Chacaltaya, los cuales fueron seleccionados por su valor científico y temático, tales como la gestión de recursos hídricos y el análisis de impactos del cambio climático, así como de su adaptación. El niño está asociado con el déficit de precipitaciones en el altiplano, los valles interandinos como en el valle de Zongo (Tabla 3.10.1.1).
Promedio anual de precipitación (mm) (agosto-julio) y promedio de precipitación: (1) años de El Niño, (2) años de El Niño excepto años 72-73, (3) años de la Niña en cada caso para nueve localidades del Municipio de La Paz, Bolivia.
Los fenómenos de cambio climático están impactando en ecosistemas frágiles como los humedales. Estos ecosistemas según RAMSAR (2002), almacenan cerca del 40% del carbono terrestre mundial. Por lo tanto, la supervivencia de estos ecosistemas casi cerrados es vital para evitar el incremento de la cantidad de gases de efecto invernadero y otros gases que podrían ser emitidos si ellos desaparecieran sino también a la gran cantidad de especies endémicas que ellos albergan, las cuales no podrían apartarse a condiciones secas y desaparecerían irremediablemente (PNCC, 2007). Al parecer, ésta es la pauta que se advierte en ciertos humedales de la cuenca alta del Municipio de La Paz, donde extensas áreas de bofedales como el de Kaluyo y Hampaturi se encuentran en un virtual proceso de desecamiento, en ciertos casos acelerado por las malas prácticas (p.e., extracción de turberas, sobrecarga del ganado camélido) de la gente local. A pesar de que no todos los ecosistemas acuáticos se verán afectados por igual, muchos estudiosos advierten que los humedales sufrirán cambios en su permanencia, superficie o extensión, así como en los ciclos biogeoquímicos y en la biota (flora y fauna). En este sentido los humedales más vulnerables son los pertenecientes a los ambientes endorreicos, lagos, lagunas, ríos y arroyos de montaña como los encontrados en la cuenca alta del Municipio de La Paz (Anexo 3.2: Fotografía 62). Este efecto se producirá debido al incremento de la estacionalidad prevista en las precipitaciones que provocará la disminución temporal y espacial de la superficie inundada y una menor recarga de los acuíferos, actualmente sometidos a una fuerte presión. Su fuerte disponibilidad de agua hace que cualquier modificación en el ciclo hidrológico de la cuenca a la que pertenecen puede alterar sensiblemente la configuración de estos (PNCC, 2007). En la Cuenca alta del Municipio de La Paz, ya se advierte este fenómeno con el retroceso de los glaciares de Chacaltaya y Tuni Condoriri en un 40% de su superficie y este último aporta el 30 y 40% de agua las ciudades de La Paz y El Alto (MMAyA, 2010), lo cual podría explicar el desecamiento al cual se ven sometidos los bofedales del valle del Rio Kaluyo y el valle de MiIluni en la otra vertiente opuesta.
Los siguientes ecosistemas en la superficie del Municipio de La Paz, parecen ser los más afectados por los cambios climáticos:
- Los ecosistemas montanos podrían desaparecer por efectos de la elevación de la temperatura, reduciendo o despareciendo totalmente toda su biodiversidad.
- Los incrementos de temperatura tienen un efecto sobre el desplazamiento hacia alturas mayores de la biodiversidad en los Bosques de Yungas como los existentes al norte del Municipio de La Paz.
- En los Valles secos ubicados al sur del Municipio de La Paz, el aumento de la humedad facilitaría la invasión de especies secundarias de zonas más húmedas e incrementaría la erosión en los suelos poco cubiertos. Sin embargo, es muy difícil pronosticar sobre cambios de clima local, puesto que su característica fisiográfica los convierte en ecosistemas muy especiales con climas locales singulares. Lo que si puede preverse esa dificultad que tendrán las especies para escapar de estas zonas por sus características fisiográficas especiales.
3.10.2 Impactos del Cambio Climático en la Biodiversidad y Fauna Local
Muchos animales tienen suficiente autocapacidad para enfrentar el cambio climático; ellos tienen capacidad sensorial para detectar diferencias en las variables climáticas y tienen la habilidad discriminatoria y adaptaciones de comportamiento para responder a aquellas percepciones sensoriales (Higgins et al., 2003). Los insectos han mostrado respuestas rápidas a los cambios climáticos, en parte por la movilidad individual. Entre ellos destaca el caso del escarabajo del pino de montaña ( Dendroctonus ponderosae), un barrenillo nativo del pino torcido; desde finales del decenio de 1990, las poblaciones del insecto han adquirido dimensiones alarmantes y atacan actualmente una extensión de más de 13 millones de hectáreas en la Columbia Británica (Canadá), una superficie equivalente a la de Inglaterra (Konkin & Hopkins, 2009). Se atribuye la epidemia a varios factores, entre las que está el cambio climático y las intervenciones de ordenamiento forestal. Se pronostica que para 2015, la epidemia habrá acabado con más de 75% del volumen de los pinos (900 millones de m³ de madera) que hubiesen podido contribuir a la economía de los pobladores locales. Sin embargo, los diferentes nichos de la fauna están definidos por múltiples parámetros de los cuales el clima es uno solo, más importante que sortear el cambio climático, están los recursos alimenticios, refugio y la estructura de hábitat proveído por las plantas que no pueden moverse como los animales. La distribución de las plantas puede jugar un importante rol limitante en la distribución futura de los animales.
Se estima que el recalentamiento del clima es una causa importante de los brotes epidémicos de enfermedades y plagas nativas que están causando problemas relativamente nuevos y catastróficos; los ejemplos recientes comprenden, en particular, la banda roja (Woods et al., 2005) y el escarabajo del pino de montaña (Aukema et al., 2008) en Canadá occidental. Lovett et al. (2006), indican que als enfermedades y las plagas de insectos siguen siendo introducidas e invaden y amenazan regiones fuera de sus ámbitos de distribución natural. Además, se prevé que las variedades de plagas de insectos se expandirán en diferentes escenarios de establecimiento de modelos del cambio climático, por ejemplo: la mariposa monja ( Lymantria monacha), la lagarta de la encina ( Lymantria dispar) (Vanhamen et al., 2007).
Se prevé que el cambio climático originará movimientos en gran escala de especies y de poblaciones hacia zonas climáticas donde en la actualidad tales especies o poblaciones podrían no existir (Yanchuk & Allard, 2009). Un estudio del Programa Nacional de Cambios Climáticos (PNCC, 2007) complementa esta tendencia de aumento de temperatura en los Andes a partir de observaciones sobre la incidencia de casos de malaria en comunidades del Altiplano boliviano. La malaria ha reaparecido en extensas zonas en las que ya no había transmisión y se han presentado brotes, en áreas que tradicionalmente por sus condiciones altitudinales y climáticas no permitía el desarrollo de este tipo de dolencia como en el caso de Carabuco, situado a 2800 m, en La Paz (Rutar, 2000; PNCC, 2007).
En el caso de la leishmaniasis, una enfermedad de carácter parasitario transmitida por Phlebotomus y Lutzomias, frecuente en zonas tropicales boscosas, cuya incidencia era a una altura menor a 750 m de altura, sin embargo, últimamente se han encontrado casos en alturas entre 1000 a 2700 m; el vector Lutzomias longipalvis se encuentra a 1800 m. En Bolivia, se ha reportado casos de leishmaniasis al límite altitudinal de 1800 m (Le Pont & Desjeaux, 1986) y su incidencia es cada vez más evidente. Lo cierto es que con un escenario de cambio climático en función a que las formaciones vegetales de tierras bajas se hagan más evidentes en tierras altas, la figura es que la fauna entomológica emigre también a límites cada vez más altos, los cual, repercutirá en un elevado índice de casos de leishmaniasis en alturas mayores y otras enfermedades tropicales.
La diversidad entomológica se está perdiendo an las zonas tropicales de la tierra (Thomas, 2005; Franco et al., 2006; Régnière, 2009), ya que las especies altamente específicas deben hacer frente a la desaparición de climas y hospederos apropiados. En respuesta a los cambios climáticos, la estructura genética de las especies de insectos también está cambiando. Si bien las variaciones genéticas son un proceso natural normal, en las especies cuyo ámbito se está modoficando se han observado alteraciones morfológicas en períodos cortos (del orden de una década) en relación con la capacidad de vuelo (Hill et al., 1999; Thomas & Blakeley, 2001), las estrategias del ciclo biológico, la inducción de la diapausia (latencia) (Burke et al., 2005), la fisiología del desarrollo (Rank & Dahlford, 2002) y la criotolerancia (Calosi et al., 2001).
En bosques neotropicales, parecería preponderar, especies altamente móviles y polífagas, un desplazamiento de las zonas de distribución hacia latitudes más elevadas (Régnière, 2009). Muchos insectos demuestran sensibilidad a los fenómenos climáticos extremos (sequías, olas de calor, períodos de mucho frío). Los ambientes tropicales que hoy albergan a la mayor parte de la biodiversidad de la tierra podrían bien terminar calentándose, secándose o fragmentándose demasiado a consecuencia del cambio climático y la deforestación y no permitir ya la existencia de muchas especies de insectos (Williams et al., 2003). Especialmente en zonas tropicales, corren un gran riesgo de extinción las especies que ostentan una interacción huésped-planta muy evolucionada o que viven en microhábitats (Lewis, 2006). Por otra parte, la riqueza de especies de insectos está en aumento en las zonas frías del globo (Andrew & Hughes, 2005). De lo que puede inferirse que para la cuenca alta del municipio de La Paz (Hampaturi, Kaluyo y Huaripampa, por ejemplo), que ha mediados del presente siglo, se prevé un aumento en la riqueza de especies de insectos y con ello preverse al arribo también de especies dañinas a la salud, como es el caso de la malaria a alturas intermedias del municipio de La Paz.
En tres comunidades del Altiplano de Cochabamba se han determinado a ciertos elementos faunísticos considerados como zoo-indicadores, entre ellos al Zorro ( Lycalopex culpaeus), las aves: ¨Chijta¨ ( Phrygilus plebejus) y el ¨Chiwanku¨ ( Turdus chiguanco); el Sapo ( Bufo spinolosus), y artrópodos como el escarabajo ¨Pankataya¨ y hormigas ( Lasius sp.), como predictores del clima (Tapia Ponce et al., 2012). Estos animales son considerados de amplia distribución en la región andina y valles interandinos y su presencia en el Municipio de La Paz es también amplia. Por ejemplo, el "Leke-Leke" ( Vanellus resplendens) es una ave acuática (Fotografía 3.10.2.1), que hace sus nidos en la misma pampa cuando el año va a ser seco, pero lo construye en las partes altas del altiplano cuando habrá mucha lluvia (Berg, 2008; Velásquez, 2011). Algo similar ocurre con dos aves especialistas en totora ( Schoenoplectus californicus), el Siete Colores ( Tachuris rubrigastra) y ( Phleocryptes melanops), en las lagunas de Achocalla, que suelen construir sus nidos en niveles bajos de la totora en años secos y por el contrario cuando el año será lluvioso lo hacen en las partes mas altas de los totorales (O. Martínez 2012, obs. pers.).
Un ave acuática, el ¨Leke-Leke¨ ( Venellus resplendens) en la ribera de la Laguna Charan Khota de Achocalla
(Fotografía: Omar Martínez).
El Zorro Andino ( Lycalopex culpaeus) es otro animal silvestre considerado zooindicador por los campesinos de tierras altas, quienes indican que cuando se lo observa subiendo del río o de zonas bajas, aullando con voz ronca hacia la punta del cerro, significa que debe sembrarse papa en la äynoquas¨, en las lomas, habrá buena producción de papa y cosecha abundante de otros productos agrícolas (Tapia Ponce et al., 2012). Por el contrario, cuando aúlla con voz clara, la producción será poca y de mala calidad. En el caso del Sapo ( Bufo spinolosus), si entre los meses de septiembre a octubre aparecen sapos de gran tamaño, se considera que será un buen año en lluvias; por el contrario, si estos aparecen pequeños se considera que será un mal año de lluvias (Tapia Ponce et al., 2012). En el caso de algunos insectos como la Araña ¨Kusi-kusi¨, si entre septiembre a octubre, camina con huevos grandes en su cuerpo, se considera que será un año de buena producción de papa, con buen tañano, pero si camina con huevos pequeños y escasos significa que será un año de mala producción de papa y de tubérculos pequeños (Tapia Ponce et al., 2012). Ciertas hormigas (¨chaka¨), si la hormiga se presenta con alas en Todos Santos y navidad, cesan las lluvias; si estas hromigas se presentan en diciembre, paran las lluvias por tres días o una semana, aspectos que los comunarios aprovechan para realizar el laboreo de parcelas y regar si la precipitación fuera tenue (Tapia Ponce et al., 2012). Finalmente, cuando en febrero o marzo los gusanos ¨pankatayas¨ (larvas de insectos coleópteros de color marrón), empiezan a meterse en la tierra, los campesinos saben que se avecina el final de la época de lluvias y empieza a prepararse para la tierra para la primera roturación de las chacras que vfa a cultivar. Al escoger lso terrenos de cultivo, puede dejarse guiar por la conducta de una mosca llamada ¨chuñusillpi¨, que se presenta en nubes durante el mes de febrero; algunas veces para incubar, se ponen en zonas bajas y otras en zonas elevadas. La ubicación donde se loclaiza este insecto es indicador para los agricultores sobre el lugar donde se desarrollará su futuro cultivo de papas (Berg, 1988).
Existe poca información disponible de escenarios de cambio climático de una buena resolución a escala nacional que permitan modelar los cambios en la zona andina, paralelamente hay poca información sobre el comportamiento de la biodiversidad bajo tales condiciones (Hoffmann, 2010). Existen pocos estudios sobre la magnitud del cambio climático sobre la biodiversidad, porque la mayoría de los estudios de biodiversidad son de corto plazo. Por otra parte, los escenarios que existen son aún muy contradictorios, particularmente en lo referente a la precipitación y al impacto del clima en las partes altas de la cordillera.
Algunos estudios nos alertan sobre las consecuencias del cambio climático acelerado, como la relocalización geográfica de especies y ecosistemas (Dudley, 2003; Hansen et al., 2003; Hannah et al., 2007). A continuación marcamos puntualmente algunos de los fenómenos o efectos sinérgicos que ocurrían en escenarios de cambio climático adaptado para tierras altas de cordillera y gradientes de montaña como el que se presenta en el municipio de La Paz:
- Se pronostica que como consecuencia del cambio climático para mediados del presente siglo, que las especies de fauna emigrarán hacia zonas de temperatura y precipitaciones que les serán más favorables y que con mucha probabilidad otras especies competidoras o incluso masivas mejor adaptadas a las nuevas condiciones del clima se instalarán en los lugares que las primeras habrán abandonado (Mansourian et al., 2009). Estos desplazamientos podrían, en algunas áreas protegidas o municipios como el de La Paz, determinar hábitats y mosaicos de especies diferentes de los que inicialmente se pretendía proteger.
- La migración de especies por gradientes altitudinales y latitudinales, puede ser afectada negativamente por tierras agrícolas. En el grupo de las aves, Bolivia recibe 55 especies provenientes de la región neártica (hemisferio norte) y casi el doble (104) de migratorias australes (Base de datos de Armonía - Gómez & Aguilar, 1998). Similarmente, un importante cuartel de aves se desplaza altitudinalmente y latitudinalmente en función a las estaciones. Estos movimientos actualmente están sufriendo ritmos desfasados y ex-temporaneos o tardíos. Por ejemplo, las lluvias con el cambio climático se han retrasado en el municipio de La Paz y los movimientos migratorios de la avifauna visitante parecen seguir la pauta. Como ejemplo podemos citar el Gaviotín de Pico Grande ( Phaetusa simplex)
(Fotografía 3.10.2.2) de amplia distribución en tierras bajas entre 100 a 500 m de altitud y accidentalmente en los Andes (Fjeldså & Krabbe, 1990). Actualmente, se la puede observar ocasionalmente en tierras altas como en Potosí a 3800 m (Rocha et al., 2012) y de un tiempo a esta parte ha sido visto con frecuencia en algunas lagunas de los alrededores de la ciudad de Oruro (Claudio Flores 2012, com. pers.), lo cual parece reflejar que el cambio climático está alterando movimientos altitudinales y desplazamientos en aves.
Fotografía 3.10.2.2
El Gaviotín de Pico Grande ( Phaetusa simplex), una especie de tierras bajas que últimamente ha sido visto en tierras altas de Potosí y Oruro
(Fotografía: Danilo Mota). - El cambio climático puede alterar la distribución de las especies a escala regional. Para mediados del presente siglo, el cambio de rango de distribución puede extenderse decenas de kilómetros en las latitudes altas y cientos de metros en altitudes, tanto en bosques tropicales montanos como en bosques templados (Kappelle et al., 1999). Evidencias paleo-ecológicas y esfuerzos de modelos a futuro sugieren que estos rangos de migración pueden ser individualisticos, involucrando los movimientos de especies individuales, no de comunidades (Hannah & Salm, 2003).
- Estos rangos de migraciones pueden alterar los patrones regionales de biodiversidad, afectando la composición de especies y riqueza de áreas protegidas (Midley et al., 2002, Peterson et al., 2002). Por lo tanto, las reservas que son actualmente ricas pueden perder su riqueza. Otras reservas pueden ganar en riqueza de especies, especialmente en tierras altas, la riqueza puede verse incrementada o ser más rica (Midley et al., 2002). En nuestra área de estudio, tomando como ejemplo, el colindante Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata, que gran parte de su superficie se encuentra dentro del municipio de La Paz, dado el predominio de bosques de montaña con una superficie actual de 60.000 Has y las mismas en la realidad se incrementan en tres veces más su tamaño dado la topografía abrupta e irregular del terreno (Ribera, 1995), bajo estas consideraciones en un escenario de cambio climático se espera que la riqueza de especies en esta área protegida sea más rica para mediados de siglo. Un patrón similar se esperaría para el Municipio de La Paz, particularmente para bosques de montaña de los Valles de Zongo y las tres áreas prioritarias para la conservación propuestas en este estudio. Dentro de estos patrones regionales, especies amenazadas con rangos restringidos pueden experimentar cambios en la distribución o tamaño de sus poblaciones a una escala fina. Dentro las comunidades de aves existen aves de rango restringido a los Andes Centrales y la mayoría son especies amenazadas o raras, entonces se prevé proceso de colonización y extinciones en los parches de distribución.
- En los trópicos, el cambio de rango de la fauna se espera principalmente en bosques de montaña. Actualmente, en los Andes tropicales, 41 especies de aves tienen rangos elevacionales menores a 1.000 m y rangos menores a 50.000 km². La entera extensión de este rango de especies puede a menudo estar contenida en una simple reserva, aunque muchas reservas en los Andes tienen dimensiones de decenas de kilómetros. Como las especies de rango restringido experimentan cambios de rango, un parque puede ser capaz de manejar el cambio entero dentro un segmento de su rango, reduciendo la complejidad de coordinación inter-regional, especialmente en áreas como en los Andes, donde reservas individuales son bastante grandes para soportar poblaciones viables independientes de otras reservas (Hannah & Salm, 2003).
- A causa del cambio climático, están en peligro de extinción en todo el mundo hasta el 25% de las especies de mamíferos (unas 125 especies) (IPCC, 2002) y alrededor del 20% de las especies de pájaros (unas 180 especies) (IPCC, 2007b). En este contexto, la realidad boliviana no escapa a las inminentes extinciones de especies y para considerar algunos grupos como el de marsupiales del municipio de La Paz, como altamente susceptibles al cambio climático, como por ejemplo, Gracilianus aceramarcae, Marmosops creightoni. Se prevé que para la segunda mitad del presente siglo, los cambios en temperatura y precipitación, llevaran al re-emplazamiento de su hábitat, los bosques de montaña por ecosistemas de menor altitud (Bubb et al., 2004), con lo cual muchas especies restringidas a este tipo de bosque, como los marsupiales enunciados son propensas a un alto riesgo de extinción por los cambios climáticos globales.
- Hay una preocupación creciente sobre especies endémicas en puna y páramo, por la interacción entre cambio climático y cambio de uso de la tierra. Por ejemplo, En el municipio de La Paz, existe remanentes de pequeñas poblaciones (metapoblaciones) de dos especies de aves: la Remolinera Real ( Cinclodes aricomae) en la categoría En Peligro Crítico (Gómez, 2009a) y el Tiranuelo de Pecho Cenizo ( Anairetes alpinus), especie amenazada como En Peligro (Gómez, 2009b), asociados estrictamente a bosquetes relictos de keñua ( Polylepis pepei), cosechados por campesinos para leña y sus amenazas son la pérdida de hábitat, tala, agricultura y ganadería, por ende un futuro incierto para ambas especies. El Manejo de metapoblaciones, ejemplifica los temas complejos de manejo que pueden crecer en importancia con el progreso del cambio climático.
- La abundancia de especies, dinámica sucesional, y fenología reproductiva pueden ser alterados por el cambio climático (Hannah & Salm, 2003). Además, relaciones huésped-polinizador, por ejemplo, pueden cambiar asincrónicamente sobre grandes áreas (Mc Laughlin et al., 2002). En el pasado, paisajes no modificados permitieron una vasta escala espacial sobre el cual estos cambios pudieron haberse dado, periodos de parejas fenológicas o abundancia entre polinizadores y plantas pueden ser paralelos en alguna parte de los dos rangos. En el presente, paisajes fuertemente modificados tienden a que las oportunidades para parejas fenológicas y abundancia pueden ser grandemente reducidas o asíncronas. Por lo tanto, las acciones de manejo pueden requerir cambios de rango para el mantenimiento de poblaciones viables. Estos y otros impactos mediados por el clima pueden tener efectos específicos en los sitios que pueden ser dificultosos de anticipar y se requiere de un monitoreo cuidadoso con acciones de manejo guiadas.
- Existirán movimientos de especies desde y hacia áreas protegidas (deseados y no deseados, p. e. especies invasoras).
- Se prevén cambios en el manejo de los recursos naturales, debido al cambio climático por parte de las poblaciones locales (Hoffmann, 2007). Por ejemplo, en razón a las temperaturas más altas que permiten cultivar en regiones que antes estaban reservadas a la ganadería, como los fenómenos observados en Tuni-Condoriri. Estos fenómenos, que son impactos indirectos del cambio climático sobre la biodiversidad, tienen consecuencias importantes. Zonas tradicionales de la quinua ( Chenopodium quinoa) en el Altiplano boliviano como Salinas de Garci Mendoza, ven afectados sus intereses, puesto que grandes regiones del Altiplano actualmente como consecuencia del cambio climático son zonas aptas para cultivo de la quinua y por ende, la fauna oportunista de estas plantas como el Suri ( Pterocnemia pennata) sea mas susceptible a la caza por pobladores locales, debido al cambio de sus rutas de forrajeo (O. Martínez 2011, obs. pers.). Con relación a los cultivos de quinua, Vacher & Brasier (2012) indican que en 20 años, el altiplano norte donde esta el Lago Titicaca, será propicio para la producción de quinua y se desfavorecerá el cultivo de haba, trigo y pastos, lo que provocará que esa zona ya no será productora lechera. Se prevé que la producción de quinua en 2013 se incrementará en 75% respecto a 2012, cuyas exportaciones llegarán a más de 80 millones de dólares (Victor Vásquez – Viceministro de Desarroll Rural - 2012, com. pers.). Asi mismo, el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) indica que también en el oriente existe un proceso de adaptación de los cultivos de quinua para producir en corto tiempo, el cereal en esa región (Lucio Tito – Director del INIAF – 2012, com. pers.). Bajo este panorama se espera que regiones altoandinas y de la Puna Superior del Municipio de La Paz, tales como Kaluyo, Zongo y Hampaturi, serán zonas propicias de producción quinuera, lo cual promoverá movimientos de la fauna silvestre oportunistica, como la mencionada más arriba.
- Muy probablemente la resiliencia de muchos ecosistemas estará siendo rebasada durante este siglo, debido a la contaminación, debido a una combinación sin precedentes del cambio climático, de disturbios asociados a este (p. e. inundaciones, sequías, fuego, insectos plagas, etc.) y otros factores como el cambio de uso de la tierra, la contaminación y la sobre-explotación de recursos (Stolton et al., 2008).
- Relacionado al punto anterior, se evidencia el retroceso de los humedales o bofedales de altura. Actualmente se ven procesos de secamiento o desertificación en las vegas de los valles de Kaluyo-Hampaturi como en la cuenca alta de Zongo. Este proceso se ve acelerado por la capacidad de carga de los mismos. Sin embargo, falta determinar el tipo de ganadería intensiva o extensiva de camélidos, los cuales aceleran procesos de pérdida de cobertura vegetal en estos ambientes altamente frágiles.
- Cambios climáticos rápidos inciden en ecosistemas sensibles, debido a las emisiones de gases efecto invernadero y ponen algunos retos fuertes acerca de la vulnerabilidad de reservas naturales y otros paisajes naturales (Halpin, 1997). La magnitud y la velocidad del cambio climático proyectado, podrán llevar a que las especies y ecosistemas motivo de protección de las áreas protegidas se pierda, desaparezcan, o sean desplazados hacia otros sectores. Esto llevara a cambios en la representación y abundancia de especies dentro de áreas protegidas y de sus redes (Araujo, 2004; Hole et al., 2009). En principio se esperaría que las áreas protegidas más pequeñas sean las más impactadas por los cambios ambientales.
El cambio climático ha alterado procesos reproductivos en ciertos grupos susceptibles de la fauna como en el caso de anfibios. El calentamiento global, particularmente en la estación de invierno ha precipitado cambios en la temporada reproductiva en algunas especies de anfibios pero no en todas, en las Islas Británicas (Beebe, 1995). Esta variabilidad ha alterado solapamiento de nichos temporales en lagunas y cuerpos de aguas donde se reproducen, con consecuencias inmediatas en las interacciones tróficas (Walther et al., 2002). Por ejemplo, las salamandras acuáticas ( Triturus spp.) actualmente arriban a los cuerpos de agua más temprano que antes, mientras las ranas como Rana temporaria no han alterado sustancialmente su fenología reproductiva. En consecuencia, embriones y larvas de ranas que desarrollan más temprano están expuestos a altos niveles de depredación por las salamandras (Hughes, 2003). Otros datos que nos sugieren el monitoreo de anfibios están relacionados a los estudios de Pounds et al. (2006), que han establecido una relación causal entre la extinción ampliamente anunciada hace ya casi 20 años del Sapo Arlequín ( Atelopus sp.) y el Sapo Dorado ( Bufo periglenes) del bosque de Monteverde en Costa Rica y el recalentamiento de los trópicos americanos, fenómeno éste que favorece el desarrollo de un cierto tipo de hongo que infecta a los anfibios. Nuestro país y en nuestro caso el Municipio de La Paz no es la excepción. En el Valle de Zongo concentra poblaciones de anfibios endémicos (6 especies) y al menos 15 especies en total; distribuidos en parches y la supervivencia de dichas poblaciones dependen de medidas urgentes. El cambio climático ha afectado notablemente a los anfibios y se ha evidenciado la presencia de un hongo ( Batrachochytrium dendrobatidis) cuya presencia ha sido confirmada para Bolivia (Barrionuevo et al., 2008) y es muy probable que esta pueda ser la causa de la clara disminución de las poblaciones de anfibios.
Aunque los cambios más intensos atribuidos al cambio climático se registran en zonas de latitud elevada, los cambios menores que se registran en los climas tropicales pueden tener efectos considerables en la vegetación debido a la compleja relación de interdependencia que existe entre los organismos forestales y los estrechos nichos climáticos en que éstos se encuentran; esto explica que la determinación de la vulnerabilidad y de los riesgos en zonas tropicales sea una labor muy ardua (Bernier & Schoene, 2009). Cambios en el ecosistema de una localidad pueden afectar a las especies que forman parte de un ecosistema, ya sea impactando a las especies migratorias. Por ejemplo, aves como los atrapamoscas (tiránidos), se conoce que muestran signos de estrés cuando existe asincronía entre su tiempo de arribo en Europa y el estado fenológico de la vegetación cuando ellos arriban (Both & Visser, 2001; Betts & Midgley, 2003). En el caso de la deforestación, la pérdida de masa boscosa en alguna parte del globo puede impactar a especies de aves migratorias que controlan una población de insectos en alguna otra localidad (Betts & Midgley, 2003). En el caso de Bolivia y el área del territorio del Municipio de La Paz, recibe estacionalmente numerosos cuarteles de poblaciones de especies migrantes, principalmente migrantes australes, que arriban del Cono Sur del continente, siendo una de las familias más numerosas, los tiránidos (Tyrannidae) con al menos unas 50 especies que arriban al norte y este del municipio y según un escenario de cambio climático, se prevé de muchas de estas especies verán alteradas sus rutas migratorias y sus bosques típicos se harán más típicos a mayores altitudes y por consigue sus rangos altitudinales se incrementaran en elevación.
Algunos efectos exacerbados de los fenómenos del niño y la niña por efecto del calentamiento global para los valles secos interandinos como el Valle de La Paz indican aumentos de la desertificación y procesos erosivos, una intensa contaminación por aguas contaminadas no tratadas y además del incremento de lluvias torrenciales y granizadas (LIDEMA, 2010). Este mismo estudio, indica escenarios para los Yungas con reducción de caudales y desecamiento de cascadas y ojos de agua; estos fenómenos nos permiten prever que los organismos más sensibles como los anfibios tenderán a la declinación de sus poblaciones y en casos extremos a su extinción. El reporte de LIDEMA indica que además escenarios en los Yungas con:
- Lluvias extremas que aumentan riesgos de riadas.
- Prolongación anómala de la época seca aumenta los riesgos de incendios forestales.
- Riesgo de incremento de enfermedades de transmisión por vectores (malaria, leishmaniasis, fiebre amarilla, dengue) o por virus hemorrágicos.
- Incremento de plagas y malezas.
Por otra parte, algunos de los escenarios de cambio climático para el país hasta el año 2100 (MMAyA 2009b) y adaptados aquí para el Municipio de La Paz indican:
- Los ecosistemas montanos podrían desparecer perdiendo toda su biodiversidad.
- Los bosques de Yungas e desplazaran hacia alturas mayores principalmente en Cochabamba y Santa Cruz y en menor grado La Paz.
- Se formaran valles secos en La Paz, con riesgo de incremento de erosión y pérdida de biodiversidad.
En general, se ha establecido que los ecosistemas montanos serán menos resistentes a incrementos de temperatura con relación a ecosistemas de zonas bajas. En todo caso, los ecosistemas más afectados serán aquellos ecosistemas de bosques húmedos como el caso de Valle de Zongo, aunque en el altiplano las condiciones de bio-productividad en las praderas también se verán afectadas por el aumento en la inestabilidad de las precipitaciones y el descenso de recarga de los acuíferos y una pérdida dramática de la capacidad productiva de los ecosistemas.
Por otra parte, los extensos humedales de la cuenca alta de Zongo, Hampaturi, Valle de Kaluyo y Jaccha Toloko en el Municipio de La Paz a juzgar por los estudios realizados, demuestran que los humedales sufrirán cambios en su permanencia, superficie o extensión, así como en los ciclos biogeoquímicos y en la biota, siendo los más vulnerables los situados en alta montaña y los dependientes de aguas subterráneas.
En definitiva, como parte de la estrategia nacional del bosque y cambio climático para el Municipio de La Paz, se sugiere un monitoreo integral del bosque, un inventario nacional forestal, fortalecer la prevención, monitoreo y control de incendios forestales y finalmente un monitoreo y evaluación de impactos de la implementación de proyectos piloto vinculados al mecanismo.
3.11 CONSERVACIÓN
Una superficie considerable de bosque primario pedemontano de Yungas en lugares de relativo fácil acceso en áreas circundantes a los poblados desde localidades como Suapi (Anexo 3.2: Fotografía 74), pasando por Ipiro-Nogalani, Santa Rosa, Apana y al norte del municipio entre Zongo-Choro hasta Monteverde en la ribera del Río Zongo, es talada para la agricultura (plátano, arroz, yuca, maíz) y principalmente para cultivos de coca excedentaria ( Erythroxylum coca). Estas áreas son, en muchos casos, abandonadas y ocupadas por vegetación sucesional. La historia de varias localidades en nuestros sitios de estudio, principalmente en el Valle de Zongo-Choro (Anexo 3.2: Fotografías 82 y 89), sigue una pauta similar de ocupación, uso y abandono.
Este estudio sugiere que comunidades de aves y fauna silvestre en general, son afectadas indirectamente por el uso del suelo e influencias de regeneración del bosque (resiliencia). Entendiéndose como resiliencia, la capacidad del ecosistema de absorber, recuperarse y adaptarse a los fenómenos de estrés provocados por el cambio climático (Konkin & Hopkins, 2009). Las prácticas de manejo más severas son la devastación de áreas extensivas de bosque para proyectos de extracción madera no sostenible (p. e. aserradero Nogalani que ha explotado intensivamente en la década de los ochenta y parte de los noventa) o la plantación de monocultivos (p. e. coca). Estas actividades causan gran impacto en comunidades de la fauna silvestre, entre ellas aves exclusivistas de bosque primario, en particular las comunidades aviares del sotobosque (tamnofílidos, dendrocoláptidos, formicáridos), grupos altamente sensibles a la fragmentación del bosque.
Una estrategia de conservación es el uso de corredores que conectan fragmentos de bosque para el mantenimiento de la diversidad biológica (Saunders & Hobbs, 1991). En el diseño de corredores, es importante considerar muchos factores ecológicos como especies dominantes de árboles y el paisaje del corredor (Lindenmayer & Nix, 1993; Borges & Stouffer, 1999). Muchas especies que han desaparecido en fragmentos de bosque, retornan años después, principalmente cuando los pastizales pioneros son dominados por algunas especies arbóreas (Borges & Stouffer, 1999).
En este sentido, se sugiere incluir dentro de las prioridades para el flujo de la fauna toda la superficie de las tres áreas prioritarias para la conservación de bosque montano que conectan flujos de elementos faunísticos provenientes de la Amazonía y otros propios de los Yungas que descienden a tierras bajas, particularmente en el caso de las aves, porque existen bosques representativos de Yungas y bosques pedemontanos con especies arbóreas de importancia alimenticia para la fauna, por ejemplo, las palmeras como el Asaí ( Euterpe precatoria) es fuente alimenticia para monos como ( Ateles chamek), Anta ( Tapirus terrestris), Venado ( Mazama americana), y chanchos de monte ( Tayassu spp.) (Wallace et al., 2000) y en el municipio de La Paz existen al menos 20 especies potenciales de palmeras como ( Aiphanes aculeata, Attalea phalerata, Bactris gasipaes, B. major, Ceroxylon parvifrons, C. parvum, C. vogelianum, Chamaedorea angustisecta, Ch. linearis, Ch. pinnatifrons, Dictyocaruym lamarckianum, Euterpe precatoria, Geonoma brongniartii, G. densa, G. deversa, G. orbigniana, G. weberbaueri, Iriartea deltoidea, Prestoea acuminata, Syagrus yungasensis) (Moraes, 2004). Las palmeras (Anexo 3.2: Fotografía 88), juegan un rol importante en la dieta de la fauna silvestre y el rol de dispersores de semillas a lo largo de este corredor es de importancia para la colonización de las palmeras y otras especies arbóreas de las cuales se alimenta la fauna silvestre.
Por otra parte, millones de habitantes indígenas y comunidades pobres de países en desarrollo, dependen directamente de los bosques y de sus productos para la obtención de alimentos, piensos, leña, medicamentos. En un sentido amplio, los bosques contribuyen al bienestar humano, puesto que le proporcionan una gama de servicios ecosistémicos. La adaptación al cambio climático tiene, en consecuencia, una importancia fundamental. En el plano local, la ordenación forestal y la silvicultura influirán probablemente en el secuestro de carbono por los árboles, en la forma en que los bosques reaccionan ante el cambio climático y en los servicios que los bosques proporcionan a la población, es en este punto donde deben confluir la mitigación y la adaptación (Bernier & Schoene, 2009). La entrega de beneficios derivados de las acciones de adaptación y mitigación a la población local en los países en desarrollo debe figurar como un objetivo urgente. A este respecto, la silvicultura puede ofrecer soluciones importantes, ya que promueve la diversificación, supone intervenciones para reducir los riesgos y contribuye a estabilizar los medios de vida. Mediante las prácticas agrosilvícolas solo se consigue secuestrar modestas cantidades de carbono por hectárea; en cambio, es posible forjar combinaciones múltiples de árboles, bambúes y palmas con cultivos agrícolas locales (walusa, maíz, sorgo, etc.), pastoreo y los estanques piscícolas en superficies extensas en casi todos los lugares del mundo.
Los conceptos de adaptación y mitigación también deben considerar el concepto de reducción de emisiones derivadas de la deforestación y degradación de los bosques. La ordenación forestal se adapta mejor a los cambios climáticos. Para los países en desarrollo, la iniciativa de reducción de emisiones significa también un proceso de adaptación, ya que junto con el cambio climático surgen nuevas oportunidades, tales como los planes de incentivos, las ventas de créditos de carbono y la inversión forestal. Los beneficios generados por las acciones de mitigación deben confluir en las comunidades o propietarios del bosque y esto se logra cuando las acciones de mitigación promueven la adaptación al cambio climático en la localidad y encajan con otras iniciativas destinadas a reducir la vulnerabilidad y la pobreza de las comunidades locales (Bernier & Schoene, 2009).
El tema de la variación genética es indispensable para la adaptación de las especies y poblaciones de árboles a los cambios ambientales y es así mismo la condición previa de la conservación (Silveira Wrege et al., 1999). Los programas de conservación de especies como la Keñua ( Polylepis pepei), el pino de monte ( Podocarpus rusbyi) u otras de interés de conservación, considerando que estas pantas suelen formar bosques o fragmentos de bosques como hábitat para la fauna de la cual muchas especies suelen ser especialistas, es decir que solo existen o habitan esos bosques. Si se coteja la información sobre variabilidad genética de especies y poblaciones de árboles con mapas climáticos, para predecir con mayor precisión la respuesta de las especies al cambio climático, se necesita realizar programas de seguimiento específicos para llevar a cabo investigaciones más minuciosas de fisiología fundamental.
En general, El Valle de Zongo y regiones aledañas se constituyen en un complejo mosaico de formaciones vegetales exclusivas entre ellas se destaca una porción significante de Incienso ( Clusia sp.) en las áreas cumbrales de la ceja de monte (Cerro Hornuni y Cielo Jahuira), áreas de bosque relicto de Keñua ( Polylepis pepei) en el piso altoandino y Pino de Monte ( Podocarpus rusbyi) en el bosque altimontano de Yungas, ó hábitats únicos como los bambúes ( Chusquea spp.), donde se encuentran por ejemplo aves especialistas de este recurso (p. e. Amblycercus holosericeus, Catamblyrhynchus diadema) o áreas transicionales en bosques pedemontanos de Yungas donde ciertos grupos de fauna como los jochis o saris, chanchos de monte y venados frecuentan ambientes antropogenizados como los cultivos (maíz, maní, walusa) y aves que frecuentan los frutos silvestres y cultivados como los cítricos, conforman una biocenosis única en las áreas boscosas del Municipio de La Paz, por lo que la conservación de estas comunidades de fauna silvestre dependen de la conservación de sus hábitats altamente reducidos por malas prácticas antropogénicas.
3.12 RECOMENDACIONES Y SUGERENCIAS
El cambio climático puede inducir la necesidad de crear nuevas áreas protegidas en orden para proveer cobertura total de las especies en su rango actual y futuro (Hannah & Salm, 2003). En este sentido se sugiere que las tres áreas sugeridas en el noroeste del Municipio de La Paz, sean consideradas como áreas protegidas municipales, puesto que en los límites actuales del municipio no existen áreas contempladas en ese sector tropical del municipio. Estas áreas se encuentran por encima de la cota 2500 m que cubre tres tipos de bosque (altimontano de Yungas, Ceja de monte y Páramo yungueño). Dado que se constituyen en áreas con escasa población y asentamientos humanos, dada la abrupta topografía y debido a la escasa agricultura practicada en la región por las extremas precipitaciones y regímenes pluviales extremos, sumado al buen estado relativo del bosque. Aspectos que la califican como áreas prioritarias para la conservación.
El Municipio de La Paz cuenta actualmente con un área protegida nacional y más de 30
áreas protegidas municipales (Quiroga & Aranda, 2010; GAMLP, 2010). La mayoría de ellas concentradas en el Valle de La Paz, Kaluyo y Hampaturi. Sin embargo, la otra vertiente del municipio que circunda los extensos valles de Zongo y Zongo-Choro, no tiene áreas de protección representativa, a excepción de una extensión importante del PN
AMI Cotapata al este de municipio. Existen extensas áreas de bosques de montaña como las descritas en este estudio en el nor-oeste del municipio en bosques montanos, no contemplados en el sistema de áreas municipales del municipio de La Paz. Durante muchos años, las áreas protegidas han sido consideradas como instrumento esencial para la conservación de la biodiversidad. El impacto del cambio climático les confiere ahora una función renovada como instrumento de adaptación frente a un clima cambiante.
A este respecto, su importancia radica en tres fundamentos cruciales:
- Al proporcionar a las especies refugio y corredores de migración, las áreas protegidas les ayudan a adaptarse al pautado del cambio climático y a los fenómenos climáticos repentinos.
- Al proteger a las personas de los fenómenos climáticos repentinos, las áreas protegidas reducen su vulnerabilidad frente a las inundaciones, sequías y otros desastres ocasionados por el clima.
- De un modo directo, al reducir los costos de los impactos negativos relacionados con el clima, las áreas protegidas permiten a las economías adaptarse al cambio climático.
Ante un clima cambiante, las áreas protegidas cobrarán una importancia aún mayor como zonas seguras que ofrecen a la biodiversidad, hábitats de buena calidad y menos vulnerables a las condiciones climáticas extremas. Por lo tanto, las áreas propuestas al nor-oeste del municipio, debieran ser tomadas en cuenta por planificadores municipales para los fines correspondientes. También será importante proteger los paisajes de referencia, que son ecosistemas que sirven para planificar las intervenciones y evaluar los resultados de la restauración (Sayer, 2005). La adaptación de la biodiversidad local en los bosques montanos de Yungas, podrá verse facilitada si el planificador paisajista define con exactitud y sabe manejar las conexiones y corredores como el propuesto; eliminando e impidiendo que se establezcan barreras, tales como carreteras o cultivos monoespecíficos de árboles ó monocultivos agrícolas como la coca excedentaria, y dispone las áreas protegidas como si fuesen ¨piedras para cruzar un arroyo¨, destinadas a determinadas especies. Asegurando la supervivencia de las especies prioritarias de plantas y animales que se han elegido como objetos de conservación en este estudio, con fines de conservación y será necesario obtener nueva información a partir de la línea base y con el futuro monitoreo de las especies objeto, acerca de:
- Su sensibilidad a objetos que producen interrupciones (por ejemplo, carreteras, actividades agrícolas, asentamientos humanos (Anexo 3.2: Fotografía 85), etc.);
- Su sensibilidad al efecto de borde, es decir la relación entre el perímetro y el área (por lo general, mientras mayor es esa relación, mayor es la sensibilidad de las especies a las perturbaciones que proceden de fuera del perímetro);
- Su especialización alimentaria y la disponibilidad de alimentos;
- La calidad de hábitat que requieren (por ejemplo, bosque primario o secundario);
- Sus desplazamientos, especialmente en situaciones de estrés;
- Sus hábitos migratorios y sus itinerarios;
- Su relación con las comunidades humanas y con otras especies (Mansourian, 2006).
A nivel de paisaje, la adaptación planificada puede comprender medidas destinadas a minimizar los efectos potenciales de incendios, ataques de insectos y enfermedades, el incremento de la reforestación, la instauración de corredores de biodiversidad y la rehabilitación de bosques degradados (Bernier & Schoene, 2009). El seguimiento de los bosques es un elemento indispensable de la adaptación planificada en el ámbito de la ordenación forestal. El seguimiento efectuado en niveles múltiples permite conocer precozmente los cambios en la situación y la salud de los bosques. Mediante telepercepción se detectan y cartografían a tiempo los cambios y alteraciones que afectan a la salud forestal; esta técnica es muy útil en las regiones en las que no se realizan levantamientos de campo sistemáticos como es el caso del municipio de La Paz. Con una frecuencia de cobertura y una resolución más altas, los instrumentos de telepercepción consiguen incluso capturar fenómenos transitorios pequeños (Bernier & Schoene, 2009). A partir de la línea base de este estudio se sugiere realizar un seguimiento de los bosques incorporando una base cartográfica que permita detectar los cambios y alteraciones de la salud de los bosques montanos de Yungas, principalmente en las tres áreas prioritarias propuestas en este estudio a lo largo del tiempo. A continuación, detallamos algunos lineamientos en relación a Miller (1975), que muy bien pueden aplicarse a las tres áreas naturales y prioritarias identificadas en este estudio y sus funciones que cumplen:
- Mantener grandes áreas de muestreo de cada ecosistema (tipo de bosque, etc.) en estado natural no perturbado para mantener la continuidad de procesos evolutivos, migraciones animales y patrones de flujo genético.
- Mantener, ejemplos de dimensiones variables de cada tipo de comunidad natural, paisaje y formaciones geológicas, en orden de asumir una diversidad lo más grande posible de la riqueza ecológica para asegurar la continuidad de varias funciones regulatorias del ambiente.
- Mantener todos los materiales genéticos como elementos de comunidades naturales y cultivadas y preveer pérdidas de algunas especies de plantas y animales.
- Proveer facilidades y oportunidades para investigación en áreas naturales, mediante educación formal e informal y monitoreando estudios de parámetros ambientales.
- Mantener y conservar sistemas hidrológicos y fuentes de agua, haciendo observaciones estandarizadas de la cantidad, calidad y flujo de las aguas como parte de un monitoreo ambiental.
- Control y monitoreo de la erosión y sedimentación en las cuencas, especialmente donde están estrechamente relacionados al uso de aguas o bien al caudal de ríos para transporte, irrigación, agricultura, emprendimientos de pezca (p. e. de la trucha) y recreación.
- Mantenimiento y manejo de vida silvestre y recursos pesqueros para sus roles vitales en regulación ambiental, para la producción de proteína y como una base para deportes y actividades de recreación.
- Proveer oportunidades de salud, como de recreación constructiva, ambas para la gente local y como una base para el desarrollo de industrias de turismo orientadas hacia las características únicas de cada area en particular.
- Manejo sostenible de los recursos del bosque para su rol de regulación ambiental y proveer productos maderables sobre una base sostenible para la construcción de casas y otros usos de alta prioridad nacional.
- Proteger y hacer disponible la investigación y uso público de todos los valores arqueológicos, históricos y culturales como elementos de herencia cultural de la nación.
- Protección, manejo y promoción de recursos escénicos, la belleza de los paisajes, para resaltar la calidad de los ambientes cercanos a la ciudad, identificando sendas y ríos para centros de recreación para turismo.
- Manejo y mantenimiento de vastas áreas con diferentes usos de tierras las cuales pueden fácilmente ser alteradas y modificadas en relación a futuras opciones. El diseño de usos de tierras a ser empleadas en estas áraes puede asumir la posibilidad de cambios de los cultivos de uso intensivo y evitar la reversión de áreas boscosas y silvestres. De esta manera, una respuesta total puede ser dada para cambiar los requerimientos humanos en las técnicas de uso de los recursos y en la influencia de varias prácticas de uso de tierras sobre el ambiente.
- Enfocar y organizar todo tipo de actividades de usos de suelos para proveer una conservación integrada y la utilización de tierras rurales, incluyendo aquellas consideradas marginales para análisis físico y económico tradicional, incluyendo análisis de ciclos energéticos y otros factores ambientales y otras formas de producción y manejo en la región.
Las áreas protegidas y áreas boscosas prioritarias para la conservación propuestas al noreste del municipio de La Paz, pueden proporcionar servicios del ecosistema tales como el agua proveniente de los ríos como el de Zongo (Anexo 3.2: Fotografía 84), el almacenamiento de carbono, protección de cuenca hidrográficas y la estabilización del suelos; dichas áreas pueden asimismo contener lugares sagrados para diferentes comunidades religiosas y encerrar importantes reservorios de genes, valiosos en el campo de la medicina, la agricultura y silvicutura. Por ejemplo, Vásquez y Buitrago (2011), indican que la polinización es un servicio ecosistémico esencial en los bosques de montaña y amazónicos, ya que, el 80% de las plantas con flor son polinizadas por animales, como aves, murciélagos, pero principalmente por insectos, los cuales inciden sobre el 35% de la producción agrícola mundial, aumentando el rendimiento de 87 de los principales cultivos del mundo, así como de numerosas medicinas de origen vegetal. Por lo tanto, la polinización es un proceso esencial para los ecositemas terrestres naturales y los gestionados por el hombre.
Los páramos de estas tres áreas prioritarias para la conservación del Municipio de La Paz, nos ofrecen los siguientes servicios ecosistémicos, en relación a Vásquez & Buitrago (2011):
- Regulación del agua: la capacidad de los suelos y vegetación de los páramos para almacenar y luego liberar regularmente el agua, hace de estos ecosistemas el lugar de origen de lagunas, quebradas y ríos. De allí que aproximadamente el 70% del agua que llega a las grandes ciudades de los Andes, provenga de los páramos.
- Retención de carbono: la vegetación de los páramos, sus suelos y sobre todo sus turberas pueden retener 10 veces la cantidad de carbono que un metro cuadrado de bosque tropical. De otra manera este carbono estaría en la atmósfera aumentando el calentamiento global.
- Biodiversidad: 3379 especies de plantas; 70 especies de mamíferos; 154 especies de aves; 15 especies de reptiles (11 de lagartos y 4 de serpientes) y 87 especies de anfibios y aproximadamente una 130 especies de mariposas.
- Sus paisajes y belleza escénica de las montañas, arroyos, turberas, bofedales, manantiales, etc.; y la limpieza del aire puro, entre otros. Otros valores escénicos del municipio son los nevados como el Mururata e Illimani (Anexo 3.2: Fotografía 46).
Sin embargo, en nuestro país, y más concretamente en el Municipio de La Paz, aún desconocemos este patrimonio natural, sus características y los servicios que nos brinda el páramo y altoandino a las comunidades campesinas, índigenas y urbanas; a industrias y empresas como la hidroeléctrica. Por lo tanto, esta condición nos ayuda a valorarlo y proponer políticas ambientales para promover su prioritaria y urgente conservación.
Todas estas funciones adquieren carácter crítico cuando se busca intensificar la capacidad de la población local de adaptarse al cambio climático (Simms, 2006). Además, la ordenación de las áreas municipales y protegidas contribuye al empoderamiento de poblaciones o grupos comunitarios marginados. En las áreas protegidas se están poniendo en práctica formas alternativas de gobernanza, tales como la conservación comunitaria o la gestión conjunta, gracias a las cuales es posible reducir los conflictos sobre tierra o promover el mantenimiento durable con el objeto de ofrecer beneficios a las partes interesadas. Un caso ilustrativo es la iniciativa ¨parques con gente¨ de Bolivia, lanzada en 2005 para comprometer a las comunidades indígenas en la ordenación de las áreas protegidas (Peredo-Videa, 2008). Con las informaciones apuntadas más arriba, pueden entonces superponerse a las hipótesis climáticas pronosticadas y ello permitirá llevar a cabo las acciones destinadas a salvaguardar la biodiversidad.
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